Capitulo 23 / El camino a la felicidad

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"No apresures las cosas, a veces los corazones necesitan tiempo para sanar "

B.C.


Subo las escaleras lentamente, cuidando que la sopa que llevo en mis manos no se resbale y me caiga encima.

«Con la suerte que he tenido estos días, no me sorprendería» Pienso

Al llegar a la puerta de la habitación toco dos veces y cuando escucho el pase del otro lado, abro y me adentro al interior. Camino hacia la mesa de noche al lado de su cama, con la mirada en cualquier lugar menos en el chico enfermo acostado en ella, puedo sentir su ojos fijos en mi buscando que lo mire, pero no lo haré, porque se que si lo hago mis murallas se romperán y lloraré a mares.

—Come la sopa, te ayudará a que te sientas mejor—digo con un hilo de voz, me es difícil hablar con el nudo que se forma en mi garganta.

Me doy la vuelta a punto de marcharme he irme a mi casa para encerrarme en mi habitación y por fin llorar, cuando una mano toma la mía y me detengo en seco al sentir su tacto, el cual sigue haciendo que mi cuerpo lo recorra una electricidad de pies a cabeza.

Tragó saliva.

—Por favor suéltame—le pido en voz baja aún sin mirarlo—Necesito irme...

Al oírme hace un ademán de levantarse pero por lo débil que está no lo logra.

—No te vayas, estrella—dice en un tono suplicante, sin soltar mi mano—solo escúchame y si luego de hacerlo quieres irte, lo aceptaré.

Por fin levanto la mirada del suelo para observarlo fijamente. Tengo una batalla interna entre quedarme y escucharlo e irme y no darle oportunidad, pero algo me dice que debo quedarme, que solo escuchando lo que tiene que decirme exista la posibilidad de que el dolor en mi corazón disminuya.

—De acuerdo—acepto y puedo ver cómo su mirada se ilumina con esperanza— pero solo tienes 30 minutos.

—Quiero comenzar con decirte que lo que viste afuera del teatro fue un malentendido— enarco una ceja y le doy una mirada como diciendo, ¿es en serio?—se que no me crees, pero es cierto, ella no significa nada para mí como lo haces tú.

Suelto una risa sarcástica, porque de verdad no puedo creer que use esa línea tan gastada.

—¿Te das cuenta de lo trillado que suena lo que has dicho, no?— entre cierro los ojos en su dirección—si eso querías decir, entonces me largo.

Cuando me doy la vuelta y estoy a punto de girar el pomo para salir e irme, el habla de nuevo.

—Ella es parte de mi pasado, Luciana, jamás podría cambiar a la chica que me devolvió la esperanza en el amor, por la que rompió mi corazón y me hizo creer que enamorarse era solo una estafa— dice todo rápidamente con desesperación.

Me doy la vuelta lentamente para mirarlo. Tiene la mirada gacha, como si mirarme a los ojos fuese a ser el detonante de derramar muchas lágrimas, y lo sé porque así me sentí esta noche cuando mientras cantaba su mirada conectó con la mía. Mira de reojo en mi dirección y al ver que no me he marchado y continua.

—Se llama Sara y fue mi novia—trago el sabor amargo que me deja escuchar que la chica del teatro y el tuvieron algo—Ella me hizo creer que me amaba, me hizo cambiar tantas cosas de mi que ya no quedaba nada, me hizo alejarme de todos solo para estar con ella y que no se enojara, hasta que ese día...—habla y se muy bien a qué día se refiere—cuando más la necesite, cuando solo quería un abrazo y que me dijera que todo estaría bien, solo me dejó para irse con otro.

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