MARTINUS

CAPÍTULO 8

Mientras tanto en el bosque Lámina, Louis estaba en el lago, con una vela en su mano haciendo un hechizo que le pudiera dar fuerza y valentia a su alma gemela. Sabía que Harris no estaba bien, podía sentirlo en el fondo de su corazón, esa necesidad de abrazar a esa persona, reconfortarlo entre sus brazos. Por otra parte comprendía lo que estaba por hacer, sabía que los dos estaban sangrado por su tatuaje, el tatuaje que cambiaría sus vidas por completo, y Louis estaba dispuesto hacerlo todo por Harris.

-Mientras él esté triste, solo y confundido, tu le le darás fuerza para seguir luchando contra ese espíritu maligno, la fuerza para seguir amando. Que pueda mantenerse bien, sano y salvó. Que me encuentre y me ame hasta el fin del mundo, que nuestro destino sea inseparable, que nos amemos hasta el último abrazo, el último beso y el último roce. Danos fuerza para seguir batallando después de todo el amor que no es solamente un sentimiento, son nuestras almas que al juntarse forman el amor- dijo Louis mientras dejaban delicadamente la vela en el agua, está flotó alejándose de él con lentitud y el joven brujo salió del agua sin sacar sus ojos de ella.

Luego de unos momentos, tomó a los pequeños elfos Marenis y los metió en su saco después de asegurarse que todo estaba listo, montó su dragón y se derigio a Martinus, hacía un bosque que estaba muy cerca del castillo. No quería qué lo vieran o sospechen de algo, debía ser extremadamente cauteloso para pasar desapercibido.

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Mientras tanto en Martinus, Harris seguía solo en su habitación pensando en todo lo que le había ocurrido, el rey Martines estaba en su despacho y decidió formar un ejercicio de soldados y dragones, iba vengarse de la reina Armendoris ya que lo que le había pasado a su hijo no era normal y ella era la única sospechosa.

Sumando todo el rencor que el rey le tenía a la reina por su traición, ahora sentía que aquel sentimiento había crecido mucho más. Preparando a sus hombres salio del Castillo junto a un grupo de soldados hacia Terminus. En su mente no había dejado de rondar la imagen del chico que había chocado con su hijo, seguramente algo tenía que ver con el estado en que se encontraba hoy el príncipe heredero

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Cuando Louis llegó a su destino abrió su sacó, tomó un cofre de madera que traía entre su vestimenta y de él sacó una poción de color roja. Se veía que era bastante antigua por la forma del recipiente pero sin dudarlo un segundo, la destapó y la bebió hasta el fondo. Luego esperó unos minutos hasta que le hiciera efecto y se fue juntó a los elfos que aún seguían durmiendo.

No conocía el lugar, pero no le fue difícil encontrar uno de los caminos transcurridos, siguiendo una carreta llegó a la ciudad sin problema y se encaminó hasta las enormes puertas del castillo.

La enorme infraestructura no lo sorprendió, había más vida en el castillo de su Reina. Martines no le había hecho mantención a las paredes, el musgo y las malezas cubrían toda la parte posterior y parte del frontis. Aquello solo demostraba el desinterés que tenía el Rey en cosas materiales de su propia tierra.

Louis se hizo paso entre los soldados que custodiaban la entrada, invisible a los ojos ingreso sin problema por la puerta principal y una vez dentro observó con gran atención para descubrir dónde estaba Harris.

Al ser un principe lo primero que pensó eran en las habitaciones que el castillo tenía en lo alto, también debía ser una habitación con acceso a la escalera para alguna emergencia eso le ayudaría a encontrarlo, pero no tenía suficiente tiempo para revisar una por una. El hechizo de invisibilidad hacia efecto unas cuantas horas por lo que debía ser certero en sus movimientos.

Despertando a sus acompañantes, envío a los elfos a investigar el castillo mientras el obserbaba todo el lugar. No tardaron mucho que volvieran con información necesaria, los elfos eran tan pequeños que no les hizo difícil moverse ágilmente por todo el castillo sin ser vistos. Conocían la apariencia de Harris y al encontrarlo no dudaron en volver junto a su brujo amigo.