Capítulo 15 - Seungcheol

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Me desperté arropado por la calidez de un cuerpo abrazado al mío, de unas monas que me arropaban. Jeonghan. Sonreí contra su pecho, sintiéndome seguro. No importaba lo que ocurriese, Jeonghan estaba a mi lado y me apoyaría. No me iría sin luchar. Le di un beso en la zona donde se encontraba su corazón y trató de separarse de él sin despertarle.

Una vez a solas en el baño cogí mi teléfono para leer los mensajes que tenía acumulados. Mi hermano no había dejado de bombardear con llamadas y palabras de preocupación. Cuando llegamos, Jeonghan me aseguró que había hablado con él para decirle que estaba en casa, pero Joshua no se quedaría tranquilo hasta que no lo comprobase por sí mismo. No tardó en contestar pese a ser las cinco de la mañana, como imaginaba, necesitando esa confirmación.

—¿Estás bien? —Preguntó preocupado. El padre primerizo atacando de nuevo—. Llevo toda la noche dando vueltas, preocupado.

—Estoy mejor. Me asusté, pero ahora estoy más tranquilo —Me senté en la taza del váter bajando mi voz para no despertar a Jeonghan—. Por un segundo creí que tendría que volver, pero esta es mi casa y no va a arrebatármela.

—Así se habla —Se quedó callado—. Ayer estuve investigando.

Su tono de voz descendió por la gravedad del asunto. Del mismo modo que a mí me había afectado, Joshua estaba sufriendo. Estaba lejos, no podía darme el apoyo físico que sabía que necesitaba. Para colmo, recordaba cómo había tenido que ser llevado al hospital. Su complejo de héroe estaba haciéndole sentir culpable, pero prefería que se ocupase de todo allí y viniese para quedarse, no de visita.

—Fui al bufete y me explicaron que había cogido vacaciones —Me confesó—. Su casa estaba vacía y sus padres no saben dónde ha ido —Suspiró con pesar—. Todo indica que está allí, pero no sé cómo te ha encontrado.

—¿Sabes que no es tu culpa? —Le pregunté necesitando darle un abrazo. Mi hermano era un dulce y necesitaba constantemente que se lo recordasen para que no creyese lo contrario—. Todo irá bien —Dije más para mí que para él—. Tú ocúpate de ti y de venderlo todo que estés aquí pronto.

—Está pidiendo lo imposible, siempre me preocupo —La ternura en su voz me hizo sonreír—. Hablemos de cosas felices —Cambió de tema sabiendo que ya habíamos llegado al límite de la seriedad—. ¿Quieres que me encargue de tu piso o volverás...?

—Encárgate —Le pedí. Solo pensar en volver a aquel lugar estéril y frío me daban escalofríos. Algo de lo que debería hablar con Chan—. Quiero que lo vendas todo. Empaca solo los libros que guardo en las puertas cerradas de la estantería y el resto de la ropa —Luego suspiré aliviado, pero sabiendo que quedaba algo más por hacer—. ¿Supongo que no puedes demitir por mí?

—Tristemente, no, pero puedes hacerlo. No tienes que hablar con ellos. Redacta una carta de dimisión estándar y envíala.

Escuché ruido al otro lado de la puerta, señal de que Jeonghan estaba despierto. Sonreí, feliz al saber que él estaba allí, siempre vigilante. Todo iba a ir bien.

—Te tengo que dejar, Joshua. Daddy se acaba de despertar —Reí al escucharle gruñir algo sobre no necesitaba imaginarse lo que su hermanito hacía en su privacidad.

—Adiós, enano, te quiero.

Colgué justo a tiempo de escuchar los toques en la puerta. Jeonghan entró con cuidado le indiqué que podía pasar, la preocupación dibujada en su rostro. Dejé mi asiento en la taza del váter y me abracé a él besando primero su barbilla, luego suavemente sus labios.

—Buenos días —Sonreí logrando que parte de su preocupación desapareciese—. He estado hablando con Joshua ¿Te he despertado?

—No, pero me he sentido solo sin ti —Besó mi frente con cariño—. ¿Cómo te sientes hoy? —Notaba como trataba de analizarme para saber que hacer—. Necesito trabajar, así que ni se te ocurra prohibirlo.

Los hombres de El valle 1 - El abogado y el ranchero (Jeongcheol) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora