Los hombres de El valle 1 - El abogado y el ranchero (Jeongcheol) [+18]

Capítulo 10 - Jeonghan

Observé mi alrededor con una sonrisa de satisfacción. Era miembro de Cuero y cuerdas desde que supe lo que era el BDSM, pero desde hacía un par de años no había encontrado el momento adecuado. Una de las zonas había sido habituada para aquellos que querían bailar y disfrutar de un momento agradable sin llegar a participar en una escena. La planta de arriba había sido acomodada para diferentes temáticas y salas privadas que se podían alquilar. Allí tendría lugar la exhibición de bondage y shibari a la que Julia deseaba ir desde que se anunció. En el lado que se encontraban ellos había mesas y sofás cómodos para aquellos que querían una velada tranquila, estaban teniendo el cuidado que necesitaban tras una escena o se preparaban para conocer a alguien con el que jugar aquella noche.

En esta ocasión, una parte había sido modificada con globos, juguetes y buffet de chuches para albergar una fiesta temática dedicada a littles y middles. A su alrededor, aquellos que disfrutaban de aquel estilo de vida dentro del BDSM disfrutaban a sus anchas sin tener que acudir a una de las salas dedicadas a ellos. Los daddys buscaban a sus chicos para atenderles cuando lo necesitaban, ellos jugaban con cualquier cosa que encontraban por el camino. Estaban en paz, tranquilos y disfrutando. Sin duda, había escogido el día perfecto para traer a Chan.

Su mirada se dirigió a su amigo que lo miraba todo sonriendo. Ahora que estaba sentado y había comprobado la seguridad por sí mismo, podía respirar tranquilo, pero habían tenido que afrontar una pequeña crisis de pánico en el aparcamiento. Julia, que los acompañaba, no cuestionó lo que estaba sucediendo ni les preguntó el por qué. Se limitó a ayudarlo hasta que fue capaz de salir del coche para entrar en el club. Todos los miembros de su familia, de su equipo, sabían cómo comportarse en aquellas situaciones, así como a no preguntar nada hasta que la otra persona no le diese la información cuando se sintiese capaz.

— Gracias por traerme, chicos. Era justo lo que necesitaba —Su mirada se pasó por la sala buscando. Sabía que era demasiado pronto para que volviese al ruedo, pero solo observar le acercaba más a disfrutar de nuevo de su estilo de vida.

— No las des, me moría por una noche en compañía —Dijo Julia una vez que la camarera colocó nuestras bebidas en la mesa, un Cosmopolitan para mí lo que recibió una fuerte carcajada por parte de mis amigos que no comprendían las bebidas refinadas, una cerveza para Chan y un Nestea para ella—. Por mucho que me guste venir para tener escenas, ya era hora de poder disfrutar de una noche con amigos.

Nos relajamos en los sofás, riendo y hablando sin presión por comenzar con la noche. Era raro que pudiésemos tener una noche libre todos, pero mañana era de los pocos momentos donde podíamos comenzar el trabajo mucho más tarde. A Julia le quedaba tiempo para la exhibición y nosotros nos planteábamos si acompañarla o seguir allí. Aquel día solo buscábamos explorar, Chan necesitaba relajarse de nuevo primero y yo tenía a alguien esperando en casa.

— ¿Creéis que habrá algún middle por aquí que esté solo? —Preguntó mi amigo con curiosidad—. No me parecía mal un poco de diversión —Bromeó, aunque una parte de él seguramente deseaba que alguien llamase su atención. Jun y Mingyu le ayudaban a procesar lo que faltaba en su vida, pero ellos no estaban en el estilo de vida abiertamente, solo era una sospecha que por ahora funcionaba.

— Hablando de diversión... —Empezó Julia mirándome intensamente y bebiendo de su vaso. No me iba a gustar lo que tenía que decir, estaba seguro. Eran una panda de entrometidos, a los que adoraba, pero que no paraban hasta sonsacarte la información personal—. ¿Vas a hablar con Seungcheol? Porque sería perfecto para que descargues un poco de la dadditis que nos está sofocando a todos.

Le lancé una servilleta hecha bola y rio. Tenía razón, tenía que hablar con él y lo había decidido durante la cita en el pueblo. Sin embargo, no sabía cómo iniciar la conversación. ¿Me plantaba delante y le soltaba: "¿puedo ordenarte por ahí?, porque soy un Daddy y quiero que seas mi chico"? Lo más probable era que me tirase algo a la cara y saliese corriendo. No había una forma correcta para esta conversación. Aun así, era hora de que se armase de valor porque no podía tener una relación vainilla. Él buscaba un sumiso casi 24 horas, pero que fuese independiente y tuviese sus propias metas en la vida.