♛ CAPÍTULO 8 ♛

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Me despierto con un dolor de espalda insoportable, la cabeza me da vueltas, siento como si estuviera viviendo una de las peores resacas de mi vida

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Me despierto con un dolor de espalda insoportable, la cabeza me da vueltas, siento como si estuviera viviendo una de las peores resacas de mi vida.

Los ojos me pesan, supongo que todo lo ocurrido con la marca ayer me ha pasado factura, así que decido darme una ducha, tratando de relajar mi cuerpo, como si, efectivamente, fuese una mala resaca.

Busco por el armario, entre la ropa que Raxi trajo, encuentro un body precioso, de encaje, con una falda larga de gasa totalmente transparente, está claro que el llegar a este sitio ha hecho que mi ropa sea bastante más atrevida, y que yo, me quiera más.

Me preparo rápido, quiero ir a ver a Raxi, tengo que contarla todo, y es la única amiga que tengo aquí, así que me recojo el pelo, me pongo la ropa y salgo de la habitación.

Desde que estoy aquí no he comido nada, supongo que estando muerta el hambre desaparece.

— Joder — me tiro en el suelo de la entrada, el pecho vuelve a arder.

Dejo que una lágrima ruede por mi mejilla, a pesar de ser un dolor menor que el de ayer sigue siendo insoportable.

— ¿Mortal? — Dom abre la puerta y lo miro desde el suelo, con los ojos completamente llenos de lágrimas.

— ¿Va a ser así siempre?

— Zane ha venido, por eso...

— ¿También arde si es él? — gruño conteniendo los sollozos.

Dom se muerde el labio y asiente, arrodillándose frente a mí, me acaricia la marca haciendo que un frescor relaje el dolor.

— ¿Cómo haces eso? — lo miro volviendo a recuperar el aliento.

— Soy hijo de un rey, todos aquí tienen al menos un poder especial, pero los que tenemos sangre de la realeza... solemos tener varios poderes.

Quiero preguntar por todos sus poderes, pero por alguna razón, sé que no va a decirme nada sobre ese tema, así que decido evitar la pregunta estúpida.

— ¿Por qué no vas al reino de tu padre? — me da la mano para ayudarme a levantarme.

— No quiero ser como mi padre — sentencia sin darme opción a preguntar más — ¿dónde ibas?

— A ver a Raxi. 

— Vamos, te acompaño.

— No es necesario Dom, no creo que Raxi...

No me escucha, se gira, y sale por la puerta esperando a que lo acompañe.

Su actitud arrogante cada vez me molesta menos, no veo ni un mínimo rastro del carácter que Raxi me mencionó, al menos, no conmigo.

Me está cuidando, y aunque me duela admitirlo, agradezco sentir que alguien se interesa por mi bienestar.

— Em...

PRESA DEL REY © COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora