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" que pinche miedo, verdad?" Juan 2022

Aquel argentino se sentía algo frustrado e incómodo de tener que usar algo de otro oso, y le fastidiaba bastante pero su ropa estaba muy húmeda que el hechicero tenía razón, razón de que podría resfriarse. Soltó un suspiro y se cambió de ropa, salió de aquel baño con una expresión totalmente fría y seria, realmente quería irse de allí tan rápido como pudiera pero su orgullo no se lo permitía, sus ojos pasaron hacía el hechicero, quien se veía sumamente feliz al lado de quien fué su pareja. Un raro sentimiento se apoderó de su pecho, sintiendo amargarura en si, de alguna manera, inspeccionó al español de arriba abajo, « ¿qué tiene él que no tengo yo? » pensó, y inmediatamente pensó en la respuesta que le daría el castaño, " tiene casa ". Frunció el ceño, pero el verle tan feliz al castaño conviviendo con quien amaba tanto le hizo sentir algo mejor, aunque aquella presión en su pecho no se iba.

El oso argentino fué sacado de sus pensamientos en el momento que el oso español habló para que ambos chicos le escucharan. - ¿Tienen hambre? puedo prepararles algo de comer mientras la lluvia para.

- SÍ, por favor, ya no queremos más papas cocinadas. - Respondió Juan inmediatamente por los dos, así que Rubius se levantó del sofá y se dirigió a la cocina, mientras que el hechicero le hizo señas al argentino para que ahora este se sentará a su lado, lo cual el argentino algo frutrado hizo, Juan notó esto.

- ¿Por qué estás así?

-¿A ti qué te importa? — “ respondió en un tono un poco hostil hacía el hechicero, soltando un suspiro fastidiado por el momento.

- Spreen, solo estás actuando como un niño pequeño y pendejo.

- JUAN, entiende que estoy harto de estar en este lugar, extraño lo que quedaba de mi casa, y tú lo único que haces es hacerte ojitos con tu ex esposa que probablemente ni te recuerde, entiende Juan que en nuestro universo nos pueden estar necesitando, y tu quieres arriesgarlo todo por quienes ni te conocen. — susurró con notable frustración, y es que era cierto lo que estaba diciendo.

- ¿te molesta que sea feliz con la única persona que me amó como realmente soy por unos momentod antes de no volverle a ver? en serio eres un puto oso egoísta, hubiera preferido incluso venir con Drako a que contigo. — una notable frustación se hizo presente, mientras sacaba el libro que le dió Eón y se lo entregó al oso argentino. — Si tanto quieres irte, vete, yo me quedaré aquí.

Spreen frunció su ceño ante aquello, mientras gruñó un poco de molestía, en serio Juan dejaría todo por su estúpida ex esposa que siquiera le recordaba, y es que el oso pelinegro presentía que el otro oso estaba mintiendo, y no conocía de sus intenciones realmente, y eso le jodía porque parecía que Juan confiara ciegamente en aquel estúpido eso, ¿que tenía él de bueno? se veía como un tipo parecido a perxita, un trolleador extremo, y temía que pudiera aprovecharse de él para algún tipo de plan que pudiera salir mal, y es que sí, estaba a la defensiva. — El egoísta eres tú por querer tu felicidad por encima de nuestros amigos.

Juan miró a aquel chico con furia, había pasado la raya, iba a responderle hasta que ambos escucharon la voz del español que rompió un momento la tensa situación entre ambos. — Espero y les guste. — dejó ambos platos en la mesita del centro y se sentó frente a ambos. El hechicero sonrió ampliamente tomando el plato entre sus manos y así empezar a comer, Spreen hizo lo mismo pero con una expresión de enojo y desconfianza total.

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Tortillaland, ¿qué había pasado hasta ahora? bien, al parecer profeta se enfadó bastante con todo el pueblo, obligando a todos a encontrar una solución para regresar a Juan y a Spreen a su universo natal. Y la mayoría (menos Drako) estaban buscando una manera de matar al profeta, debido a que estaban tan cansados del profeta y de sus abusos constantes con respecto a todo, parecía una dictadura y peor sin Juan que al menos hacía que el profeta se controlase o al menos un poco.