𝙝𝙚𝙖𝙙 𝙤𝙫𝙚𝙧 𝙝𝙚𝙚𝙡𝙨 ! ;; affocream

verse O6. killing me softly

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Una vez se prendió la mecha la noticia corrió como la pólvora por todo el internado.

Clotted Cream y Latte, después de años de una supuesta amistad muy cercana, había empezado a salir juntos. Era, en cierto modo, algo que todos estaban esperando. Quizás hubieran sido solo buenos amigos en el principio, pero todo el mundo que una amistad así estaba destinada a derivar en la atracción. Además, hacían una bella pareja y se les veía realmente enamorados.

Así era como siempre había estado destinado a ser. Los dos sobresalientes, responsables y con un prometedor destino por delante. Eran perfectos el uno para el otro, se apoyarían mutuamente y quizás, en un futuro no muy lejano, formarían una hermosa familia.

Porque así es como siempre debió ser. El hombre con la mujer y la mujer con el hombre. Como Dios los creo, para que se complementaran entre ellos.

"Así es como debió ser siempre. " Era la frase que se repetía en la mente de Clotted continuamente. Cuando rodeaba los hombros de Latte con su brazo, cuando se tomaban de las manos al caminar, cuando ella le tomaba del rostro para besarlo.

" Así es como siempre debió ser " Fue lo único que su padre le dijo aquella noche en la que Clotted le llamó por teléfono para contarle la noticia. El adolescente sintió que su garganta se cerraba. En realidad, Custard ni siquiera se alegraba de su felicidad. Lo único que le interesaba era el beneficio que le traería el hecho de que la futura esposa de su primogénito fuera la hija de sus más cercanos socios. Ya que, por supuesto, si iban a mantener una relación sería con vistas de futuro a un seguro matrimonio.

Clotted no culpó a su padre por ser un mentiroso. No podía porque él también lo era. Él también estaba haciendo aquello porque sabía que era lo mejor. Lo que siempre debió ser. Si su felicidad era falsa o no era irrelevante.

Aquella noche no pudo dormir. Pensó en su padre, en Latte, pero sobre todo pensó en Affogato.

El tiempo en el que estuvo entre sus brazos fue tan fugaz como pasional. Ahora le parecía poco más que la estela de un recuerdo lejano. Se preocupó al principio de que el moreno esparciera el rumor de sus amoríos, pero eso nunca llegó a suceder. Al contrario, a penas sabía de su existencia ahora. Cada vez que miraba a su alrededor Affogato jamás estaba allí y en los pocos momentos que compartían cuando estaban en clase parecían ignorarse el uno al otro.

Parecía ciertamente que nunca había pasado nada entre ellos, lo cual, en principio, debió ser motivo de alivio. Pero no lo fue.

Si tener a Affogato lejos era una tortura para Clotted, tenerle cerca era su muerte. Cada segundo le angustiaba más que el anterior cuando, aún estando a solas y teniéndole a escasos metros, este se negara a cruzar miradas con él.

Pero eso no tenía que importarle. Ahora tenía una novia maravillosa a la que nunca se atrevería a dañar. Affogato era solo un capricho al que su cuerpo se había acostumbrado. Nunca estaría a la altura de Latte, hermosa, dulce e inteligente.

Y sobre todo, que sí era una mujer.

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- Si te soy sincero, tampoco me entusiasma la idea de tener a Clotted como cuñado. - Dijo Espresso con una mueca de disgusto.

Affogato le miró de reojo antes de abrir la ventana y apoyarse en el alféizar. Desde que se habían enterado de la relación entre Latte y Clotted, ninguno de los dos pronunciaba con regularidad el nombre del rubio. Affogato por obvias razones y Espresso porque lo último que quería era echar sal en la herida. De todas formas, era inevitable que a veces el tema surgiera en conversaciones así.