Extra 8

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—¿Las estás mirando, Sana? —La castaña reclamaba a su amiga, las dos entrenando en el campo de fútbol —¡Sana!

La japonesa dejó de estirar para darle la atención a su mejor amiga.

—¿No ves que estoy ocupada, aquí? —Señaló la posición en la cual se encontraba, con la pierna estirada hasta arriba al igual que un gato.

Mina apretó los labios, señalando a las gradas, nada feliz por la falta de interés.

—¡Lo mío es más importante! —rectificó, clavando sus ojos en el pequeño grupito de tercer año —¡Sólo míralas, parecen buitres!

Sana decidió obedecer a su amiga para que dejara el berrinche. Llevaba una hora soportando las quejas interminables de la castaña sobre las niñitas en las gradas que rondaban a su novia. (Celosa se nace)

Sí, eso. Mina y Chaeyoung llevaban un tiempo de novias, prácticamente meses. Ahora las dos cursaban su último año en la secundaria, habían iniciado clases tan solo hace unas dos semanas. La castaña se sentía nostálgica al pensar que este año se graduarían. Pero Chaeyoung era una novia creativa, cariñosa, atenta, inteligente, hermosa, perfecta, con ojos más profundos que... (Ya, ya, creo que entendimos) Mina podía durar horas enumerando cada virtud que amaba de la bajita. Y era sexy, no mal interpreten. Mina siempre la había considerado atractiva, pero últimamente las personas comenzaban a notarlo también, exageradamente.

La castaña maldecía el día en que no detuvo a su novia cuando Chaeyoung quiso iniciar una clase de pilates en el gimnasio cercano a su casa, se arrepiente. Antes apoyó la idea por el simple hecho de que para ella todo lo que hacía Chaeyoung le salía bien y, además, así podría ver su abdomen aún más marcado. (Golosa)

Ahora sabe que fue un error. Ya que la bajita había adquirido un cuerpo atlético muy provocativo, sonreía y sus ojos brillaban todo el tiempo. Mina sabía que tanta alegría de su novia era por ella (Qué modesta), pero hacía parecer a Chaeyoung más atractiva de lo estrictamente prohibido y eso no le agradaba ni un poco.

No por ella, claro que no. Mina seguía enamorada hasta la médula de esa chica de ojos marrones. Era por las chicas, chicos y más chicas, por todas partes ¡Se multiplicaban como conejos!

Acosaban a la pobre Chaeyoung de arriba para abajo, sin importarles si quiera o parecer tener consciencia de que la bajita tenía una novia muy celosa y que en cualquier momento podrían sufrir una muerte "accidental".

(Mina y su Mafia)

O sea ¿desde cuándo asistían tantas chicas gays a su instituto? ¿era posible o sólo se les caía la tanga por Chaeyoung? ¡Qué rabia! Mina no se preocupaba tanto por Chaeyoung (aún), la bajita respiraba y sonreía por ella solamente, obvio. Aun así, no podía evitar sentir la sangre hervirle en las venas y los impulsos homicidas acudir a ella al verla cerca de chicas que obviamente querían llevársela a la cama.

(Es Chaeyoung, todas quieren tenerla allí)

Nuevamente en Sana. La japonesa entrecerró los ojos, ubicando al grupo de la bajita en las gradas más cercanas. Chaeyoung reía con Tzuyu, Sana sonrió como idiota al verla, mientras que un grupo de cinco chicas, contó, intentaban charlar con la bajita. Mina esperaba, con las manos en la cadera, sin importarle un poco el estiramiento. Primero su novia, antes que todo.

—¿Ves? ¿Verdad que son unas zorras? —Fulminó con sus ojos chocolates a las chicas, considerando terminar temprano el entrenamiento y darle una severa charla de protección contra acosadoras a Chaeyoung.

—Son menores que nosotras —declaró la chica de ojos miel y era cierto, esas chicas tenían quince años.

—Dale, entonces son unas zorritas —dijo Mina sarcásticamente, nada conforme por la tranquilidad de su amiga —¡No actúan como tal! ¿Acaso estás ciega? ¡Miran a Chaeyoung como si fuera... no sé, algo comestible! —Alzó los brazos, necesitando consuelo. Sana no era la indicada.

Rivales || MichaengWhere stories live. Discover now