⚜️𝑳𝒆𝒈𝒂𝒄𝒚⚜️

★彡[ɴ°3]彡★

16 de junio de 2019

Narra Viviana

El tiempo se fue volando y, cuando menos lo pensé, ya había pasado un mes desde que me uní al equipo de Red Bull como asistente de Max. Para ser honesta, me la he pasado bien con él. En este mes, agarré mucha confianza con Max y viceversa. Llegamos al punto en que me llama hermana, y la verdad es que no me quejo; es muy tierno. Dado que paso la mayor parte de mi tiempo en Austria, tuve que comprarme un departamento, ya que no era muy rentable hospedarme en un hotel cada vez que fuera.

Hablando un poco más de Max, todo el mundo cree que es engreído, temperamental, incomprensible y sin sentimientos. Pero en realidad, él se volvió así por su padre. El poco tiempo que llevo conviviendo con él me hizo darme cuenta de que solo necesitaba a alguien que lo escuchara y realmente lo entendiera. Justo llegué yo a su rescate.

En este mes también ocurrió el Gran Premio de Mónaco, ganado por Hamilton, seguido de Vettel y Bottas. Tristemente, Max quedó en cuarto lugar. Luego, el Gran Premio de Canadá, donde le fue peor a Max, quedando en quinto lugar, debajo de Bottas, pero por encima de su antiguo compañero Daniel.

Max me presentó a algunos de sus amigos. Aunque yo ya conocía a la mayoría de los pilotos (principalmente porque amo la F1 y conozco a toda la parrilla), no alcancé a presentarme a los chicos de McLaren. Era una lástima, ya que tenía ganas de conocer en persona a Lando Norris y al guapo de Carlos Sainz. Siempre trataba de mantener distancia con Vettel, Hamilton y Kimi, ya que me conocían de niña. También de Fernando Alonso, pero por lo que oí, Alonso estaba en una especie de "retiro" aunque iba a volver, pero aún no se sabía. Creí que Daniel me reconocería, pero no, de verdad no me reconoció, lo cual estaba mucho mejor.

También retomé una bella amistad con Checo. De verdad lo extrañaba. Un día fue a las oficinas de Red Bull para visitarme, pasamos una linda tarde jugando en un simulador de F1 y le di tremenda paliza. Por obra del destino, Max junto con Pierre nos vieron. Al principio, les pareció algo raro que supiera manejar un simulador de F1 y más que le haya ganado a Checo. A lo cual Checo solo dijo que fue suerte de principiante, y gracias a Dios, Max y Pierre se lo creyeron.

En este mes, Max empezó a interrogarme sobre mi supuesto "novio" gracias a que el tonto de Checo les dijo a los chicos que estaba en una relación con un chico mexicano. Esto es una gran mentira, principalmente porque en mi vida he tenido novio. Cuando vivía en Brasil, los chicos solo me buscaban por mi dinero, y en México, aunque muchos chicos me invitaban a salir, yo me negaba, ya que estaba concentrada en mis estudios y no quería perder ese hilo.

Tristemente, tuve que inventarme una historia de amor para que Max dejara de molestar. No malinterpreten las cosas, él no quería nada conmigo. Solo quería conocer a "su cuñado", según él. Básicamente, ese es el resumen de lo que viví estas últimas semanas. Nada del otro mundo. Tampoco es como si mi vida fuese muy interesante. Por más que Checo y Max trataran de convencerme de salir de fiesta con ellos, siempre me negaba, ya que no soy de salir a fiestas. Más bien, jamás fui a alguna fiesta, por lo mismo de no perder mi perfil de buena alumna.

Ahora me encuentro en un avión de camino a México para visitar a mis amigos y llevarles una sorpresa. Cuando vivía en México, me costó mucho hacer amigos, pero como si Dios hubiera visto mi desgracia, me mandó a tres angelitos que se convirtieron en mis mejores amigos. Ellos tres son los únicos, aparte de Checo y Christian, que saben quién soy realmente y dónde estoy. Al principio, a mis tres amigos no les impactó mucho la noticia de que era sobrina del famoso Ayrton Senna, ya que en ese momento a ninguno les llamaba la F1. No fue hasta una o dos semanas después que empezaron las preguntas, ya que los muy malditos habían investigado.

Al inicio, me reprocharon por qué había abandonado a mi familia multimillonaria y por qué no porto orgullosa el apellido Senna. Fue entonces cuando tuve que explicar toda mi historia. Quedaron fascinados y, al mismo tiempo, se compadecieron de mí, ya que mi punto de vista no era muy descabellado.