07.

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 "¡Mi duque!"

 "Ack, ¡atrapad a este tipo! ¿Por qué es tan fuerte?"


Detrás de él, Luisen podía oír el grito desesperado de Ruger y los sonidos de la lucha. Sin embargo, Luisen apenas podía cuidar de sí mismo. El bosque era áspero y sin pavimentar. Cada vez que los poderosos cascos del caballo golpeaban el suelo, se levantaba polvo y los guijarros rebotaban en la cabeza de Luisen.


Luisen se agarró con todas sus fuerzas. Podía caerse ante cualquier despiste. Si se cayera del caballo a esa velocidad aterradora, seguramente sufriría una grave lesión. No había nada a lo que agarrarse, ni nada que lo atara adecuadamente, así que se limitó a pegar todo su cuerpo al caballo.


Cuando el caballo saltó para evitar las raíces de los árboles, el cuerpo de Luisen también voló hacia arriba. De alguna manera se las arregló para mantenerse sobre él, pero la dura silla de montar golpeaba el estómago de Luisen con cada salto.


"¡Hnnk! ¡Urk! Ahh!"


Un firme trasero de caballo presionó contra la mejilla de Luisen, y la cola del caballo abofeteó su cuerpo. La sangre comenzó a acumularse en su cabeza, y manchas negras entraron en su visión.


En el momento en que empezó a pensar "tal vez sea mejor morir...", el caballo se detuvo. Luisen no pudo aguantar más y rodó hasta el suelo. Un fuerte golpe sonó de su impacto.


Sintiendo un dolor vertiginoso en la rabadilla, Luisen inclinó la cabeza hacia el suelo y empezó a tener arcadas. Su cuerpo seguía sintiéndose como si se tambalease sobre el caballo que corría. Las lágrimas se formaron automáticamente en las esquinas de sus ojos.


 "Hurk. Hnngh". En medio de las arcadas, Luisen comenzó a escuchar risas.


"Hahahahaha".


'¿Te estás riendo? ¿Soy gracioso ahora mismo?'


"¿Qué clase de criatura tonta has recogido del bosque? ¿Has ido a cazar? ¿Te lo vas a comer esta noche?"


"¡Esa cosa está tan flaca que apuesto a que no tendrá buen sabor!"


Los que hablaban eran increíblemente groseros y no tenían modales, como un grupo de pandilleros.


'¿Me han arrastrado los bandidos?'


Luisen se aferró a su cabeza mareada y levantó la vista. Con el telón de fondo de un campamento temporal, vio a numerosos hombres. Todos llevaban armadura y portaban armas. Estaban vestidos demasiado bien para ser mercenarios, pero demasiado despreocupados para ser auténticos caballeros o soldados.


Una bandera bordada con un león ondeaba violentamente sobre sus cabezas. El león azul... un símbolo de la familia real y también del rey. Esa bandera sólo podía ondear en presencia del rey o del mensajero del rey. El león era sinónimo de la voluntad del rey... aunque en lugar del rey, ahora simbolizaba al primer príncipe.

Las  circunstancias de un señor caídoWhere stories live. Discover now