☞ɢᴏʀᴅᴀ☜ [Cartas a Abby] FnaFHS

『20』

La distancia entre Abby y la gente se hacía cada vez más notoria, Mai se esforzaba por mantenerla de buen humor mientras buscaba pistas a escondidas para resolver el misterio, y claro, su gemela era una gran fuente de pistas para detener esa tontería.

Una noche cualquiera, bajo un cielo cualquiera y una luna cualquiera, con una conversación cualquiera, Mai sacó el tema de Abby frente a su hermana.

   –Entonces... Puppet...
   –¿Sí? Hermanita.
   –¿Qué tienes para decir?
   –¿Sobre qué? Porque tengo muchas cosas para decir, cómo estuvo mi día, qué comí hoy, algún dato curioso de la vida...
   –Ya sabes de lo que hablo...
   –Nunca te viste tan seria, Mai...
   –Sobre Abby.

Inmediatamente Puppet se dió la vuelta ignorando el tema, revisó su carpeta escolar como si fuera a estudiar.

   –¿Desde cuándo eres así?
   –¿Así cómo? Hermanita.
   –Una persona con tanta falta de empatía y sentido común por los demás.
   –Yo no soy así, jajaja...
   –¿Cómo que no? Tú y quién sabe quién más están arruinandole la vida a esa pobre chica, ¿no has aprendido nada?
   –¿Aprender qué cosa? –Dijo poniendo un tono de voz que expresaba molestia, como si Mai estuviera terriblemente equivocada.
   –El rechazo que recibimos por ser lo que somos, especialmente tú, ustedes no son tan diferentes, con sus gustos, su personalidad estrafalaria y sus lazos emocionales.
   –De verdad que estoy tratando de entender pero no puedo, jaja...
   –¡Ah! ¿Cómo puedes no entender algo tan obvio? La pasaste mal y ahora estás aportando a que esa pobre chica la pase mal también, sin ninguna razón, ¿todavía te sientes tan miserable que necesitas atormentarla a ella? Apenas se conocen...
   –Sabes que te quiero, Mai, pero es mi asunto y me gustaría que no te metas.
   –También es mi asunto.
   –¿Por qué lo dices?
   –Es mi deber protegerte y que estés bien, y también hacerte entrar en razón si considero que algo anda mal en ti, y por supuesto que algo está muy mal dentro de ti, no me vayas a decir que no.
   –Es hora de dormir.
   –Agh...

Apagaron el velador, la habitación quedó en silencio y a oscuras, Mai se recostó cerrando los ojos y evitando caer en la ira.

Mientras tanto, una lagrima caía en la almohada de Puppet, quien miraba a la pared.