Capitulo Nueve 🐉 Solo agradecimiento.

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La molestia de Doyoung tardo aproximadamente una semana en desaparecer, siendo esto reforzado con que Junghwan no tenia la más mínima idea de lo que ocurría, que Doyoung tampoco se lo explicase, que Yoshinori de cierta manera si lo entendiera pero no podía decir nada a petición de su hijo, y el hecho de que Asahi todos los días viniese a buscar a Junghwan para que lo ayudase con una nueva labor que le habían encargado a él pero como buen gato holgazán que era prefería solo dejársela a alguien más.

—Mi novio es quien hace todas estas cosas— Explico el felino estirándose con pereza en la manta que había colocado en el suelo mientras Junghwan apilaba muchas cajas con zanahorias y papas, era demasiado temprano y en casa todos seguían durmiendo por lo que la serpiente solo había dejado una pequeña nota en la mesa para que supieran en dónde estaban.

Ese día era su cumpleaños, era su cumpleaños número dieciocho.

—¿Tu tienes un novio?— Pregunto terminando de colocar la última caja.

—Si, se llama Jaehyuk y es un híbrido de león, pero lleva dos semanas en la ciudad porque su abuela está enferma— Asahi lucia como alguien calmado, un poco manipulador, pero calmado —¿Qué te gustaría llevar hoy?— Pregunto recostándose por completo en la manta y cerrando los ojos por un momento, Junghwan lo pensó, realmente lo pensó por un rato y no estaba seguro de si estaba bien, pero preguntar no mataría a nadie.

—Quiero uno de esos pequeños pasteles de fresa— Indico refiriéndose a los que entregaba una de las tías de Asahi, el minino pareció pensarlo por un rato, no era algo tan complicado ya que siempre habían muchos en la cocina.

—De acuerdo, te daré dos.

Esa mañana Junghwan regreso a casa con dos pequeñas cajas de pastel de fresa y también una cajita de panecillos dulces que le había obsequiado la abuela de Asahi por ser un muchacho tan colaborador, le había dicho que podía compartirlos con su novio y Junghwan solo esperaba que a Doyoung le gustaran.

Pero en casa no habia nadie.

Solo una nota que decía que estaban llevando a koki a una consulta rutinaria, que no se preocupara por ello ya que solo era una formalidad, y que regresarían a medio día con el almuerzo.

No sabia cocinar pero de todas maneras hizo el intento, recordando perfectamente la forma en su madre solía hacerlo y recreando el plato con cuidado, no sabía hacer panqueques, así que solo coloco dos rodajas de pan, dos huevos fritos que no pudo evitar se rompiesen un poco, una salchicha picada en forma de pulpos, tocino, una versión de desayuno americano que amaba y siempre recibía, claro con una mejor presentación, la mañana de su cumpleaños, sirvió un vaso de leche y dejo su desayuno de cumpleaños en la mesa junto a uno de los pequeños pasteles que habia traído, guardando el otro en el refrigerador junto a los panecillos dulces.

Le había pedido una pequeña vela a Asahi, comió en silencio saboreando todo como si de aquel desayuno especial se tratara y limpio todo dejándolo cómo estaba, regresando a la mesa para encender la pequeña vela y luego de un rato de solo observar como está se derretía y tratar de reprimir sus pensamientos, simplemente apagarla y comer el pequeño pastel sin apuros.

El dia paso con calma, koki hizo todo un alboroto explicando cuando odiaba ahora el pueblo, porque era aburrido y no tenía sembradíos de arroz, que habían comprado un poco de ropa y que el señor doctor le había dicho que sus pulmones estaban perfectos aunque él no estaba seguro de cómo el médico podía ver su pulmón si estaba dentro de su cuerpo.

Yoshinori había traído el almuerzo tal como lo decía en la nota así que ellos comieron en silencio, Doyoung lucía molesto, y solo por ser ese día Junghwan se sintió un poco triste pero no le dio importancia, olvidando mencionar los dulces en el refrigerador cuando salió a caminar por la tarde.

El tigre, el conejo y la serpiente 🐉 DohwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora