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Cada que cierro los ojos, recuerdo todo lo que e vivido. El oxígeno que respiro, cada vez se vuelve más turbulento, logrando que mi respiración se convierta en una totalmente agitada.

Otra pesadilla.

Comenzaba a aterrarme el patrón que mis sueños seguían: pesadillas, simplemente. No recuerdo con vividez lo que es soñar con algo que adoras, porque desde que me mude a esta vivienda, la casa del homicidio, noche tras noche despierto en medio de la madrugada, producto a un mal sueño.

Actualmente, son aproximadamente las cuatro u tres de la mañana, y estoy intentando conciliar el sueño. Otra pesadilla ocasionó mi situación, el miedo todavía recorre toda la habitación. En esta etapa, comprendí que, porque mis sueños se asemejen a la realidad, eso no ocasionará que se conviertan en una verdad. Porque, noche tras noche el recuerdo de la felicidad me atormenta, como si aquello ya no formase parte de mi.

Esta oscuridad aparenta que, sería una larga y solitaria noche.

Unas manos hurgaban por todo mi dorso, formando un sendero por mis costillas. Mi piel desnuda no tarda en endurecerse, vibrando. El tacto frío permitió que mi cabeza retumbe, tal como un instrumento de aire. Aquella extremidad abraza suavemente mi cadera, formando un recuerdo abstracto de las manos de cierto rubio.
Mi mirada dormida recorre toda la habitación, en busca de alguna explicación de que ocasionó ello, quien estaba junto a mí, en mi cama.

Nada, no había nadie más que yo en este lugar.

Empezaba a estremecerme este lugar. Su historia era algo que jamás me había acobardado, excepto estos momentos. También, temía estar volviéndome loca, que todo esto sea producto de mi imaginación; lo cual, no sabía si sería algo bueno o malo.

Sin esperar nada en concreto, me levante flojamente, caminando persitentemente lento. Me acerque a la ventana, una que daba directamente a mi cama. En busca de una hora aproximada, fije mi mirada en la vista que proporcionaba el agujero, alcanzando a apreciar el sol, el cual apenas estaba saliendo. Fue así que, aún con mi ropa de dormir, me dirigí hacia abajo, en busca de un desayuno decente.
Fue así que, a paso apresurado, baje en dirección a la cocina. Esta vez, evitaba un escalón, saltando de dos en dos.

Tropeze.

Podría decirse que resbale, pero el concepto es el mismo, algo así.
Me levante avergonzada, aun cuando nadie me veía -quitando el sentimiento de que, si, me estaban obvservando-, me dirigí hacia la cocina. Esta, estaba repleta. Dos hombres, desconocidos, a mis ojos, se encontraban en la mesada de él ambiente, tallando calabazas. Tratando de pasar desapercibida, corrí hacia la salida, pero falle. Mamá me vio, pero en cuanto intento hablar, instantáneamente hice un par de señas, rogando que simplemente no hablara, que no mencionara mi presencia en aquella habitación. Al parecer, comprendió, dado que asintió confusa. Cerré la puerta que separaba ambos ambientes cuidadosamente, intentando hacer el menor ruido posible. Lo logre, al menos no tuve ningún tipo de interacción con esos hombres, exceptuando haberlos visto, solo eso.
Apresurada, caminé hacia mi habitación, donde normalmente solía estar. Se había presentando un feriado entre hoy y mañana, puesto que en un día seria la mejor festividad de todo el año. Halloween. Y lo que era aún mejor, era que lo iba a pasar con Tate, el rubio de ojos lindos

La figura femenina de Violet logro hacerme saltar del terror. Exhale con fuerza, mirándola mal. Ella, solo sonrió y habló.

─Oí que mamá y papá compraron varios artefactos para estar más.. seguros. Desde el incidente mamá se volvió loca, hablo en serio ─confiesa Violet, ladeando la cabeza.

─Si, yo igual vivo con ellos, estoy al tanto de la cordura de mamá.

Violet se limita a asentir, bajando la mirada. Una risa se escapo de sus labios, mientras negaba repetidamente, divertida.

𝐃𝐈𝐅𝐅𝐄𝐑𝐄𝐍𝐓 𝐑𝐄𝐒𝐔𝐋𝐓,, tate langdon  ❪✓❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora