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Mi mente revoloteaba vagamente por todos lados, evitando así pensar en lo que sucedió una noche anterior. Los invasores, como prefiero llamarlos, terminaron realmente mal, y los dejé a manos de Tate, quien se supone que se encargo de ellos. Acaso, ¿Tate era capaz de matar?, claro que no, solo era una suposición. De seguro, solo les pateo delicadamente el trasero y salieron corriendo.

Ben, según el indicó, vino en cuanto antes obtuvo oportunidad.

─Entiendo, ¿Llegaste..? ─preguntó un policía, interrogando a papá.

─Hoy, ya lo dije, hace unas horas ─se queja Ben, tratando de evitar a aquel hombre, el cual, notoriamente, lo intimidaba de sobremanera.

─Bien, entonces, ¿estaba en Boston cuando todo esto ocurrió,
Sr. Harmon? ─Interrogó el de uniforme, mirando acusatoriamente a papá, el cual se negaba y resistía a la mirada del hombre.

─Si.. ─respondió papá con simpleza.

─¿En que consistía su viaje, que hacía allá? ─Cuestiono el mismo policía, anotando algo ilegible en su pequeña anotadora de bolsillo.

─Fui a ver a una paciente ─contestó, mirando, por fin, a aquel hombre, quien solo hacia su trabajó─ Ginny Blevens ─completó.

Al parecer, ambos trabajadores no confiaban en la palabra de Ben, puesto que juntaron sus miradas insatisfechas con la contestación de papá. No tardaron un segundo en mirarse uno al otro, supongo, que para definir que tan cierto sonaba aquello.

─¿Una verdadera paciente? ─Cuestionó a lo que papá confesó.

El susodicho simplemente soltó una cara de confusión, mezclada con nerviosismo, para luego hablar.

¿Qué?

Basto solo esa palabra para que los oficiales le enseñen a mamá y papá un cuadernillo con, lo que supongo que era información sobre algo, debido a la cara de ambos, supe que no se trataba de algo bueno, ni cerca de ello.

─Quiero decir, ¿Se trata de un caso igual al de esta mujer? ─atacó el mismo oficial, quien ya había hablado varias veces─, ¿Es la mujer que usted vio el Miércoles por la mañana?

Papá se veía igual de sorprendido que mamá, más que ella, ya que la nombrada tenía más una cara de cansancio a otro cosa.

─Si. Si es ella ─confiesa papá, observando con más detalle la imagen de una mujer, la cual no pude distinguir entre el diminuto espacio que proporcionaba el ojo de la cerradura.─ debió investigar la casa. Nunca la había visto.

─Ni la volverá a ver ─Interrumpe el mismo oficial, tez morena y ojos marrones. Hablaba con un semblante serio, el cual parecía que con cualquier pista de alguna emoción, se desbordaria todo, tal como el titanic.

Se genera un silencio acusatorio, el cual no se lograba entender a quien iba dirigido, pero era algo que podría deducirse. El mismo hombre vuelve a hablar, sin esperar contestación.

─La encontramos a seis cuadras, casi partida a la mitad.

El oficial estaba moviendo los labios, pero la castaña no lograba comprender que decía o a quien se dirigía específicamente. Tal como había sucedido un día atrás, su vista se nubló, solo, que a diferencia de ayer, no cayó. Estaba completamente consciente de su posición, la cual no le agradaba. Sin esperar a nada en concreto, se dio la vuelta, y como entró, salió. Muy apresurada, camino hacia las escaleras.
Ya no le temía a su habitación. Bueno, puede que si lo siga haciendo, pero en ese momento solo quería acostarse a dormir y evitar pensar en cualquier cosa. Pero, no podía volver a la habitación de Violet, no quería deber más favores, a quien sea, incluso a su hermana menor. Pero, en cuanto estaba yendo en dirección a las escaleras, un brazo sujeta a Isabela.

𝐃𝐈𝐅𝐅𝐄𝐑𝐄𝐍𝐓 𝐑𝐄𝐒𝐔𝐋𝐓,, tate langdon  ❪✓❫Where stories live. Discover now