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—¿Crees... Que me volví loco?

Hablar con las gallinas era lo que le quedaba después de perder a sus dos fieles vacas, aunque ciertamente no era lo mismo, no sabía porque, pero le parecía más reconfortante un "muuuu" que un "coak"

Acostado justo enfrente del talló gigante y sin saber que hacer con él, incluso a veces dudaba si estaba ahí, lo que más lo asustaba es que en las noches juraba escuchar voces provenir de arriba, nunca sabía que decían, solo sabía que era aterrador y para colmo la voz de ese condenado enano no dejaba de sonar.

"¿Y si no crees porque lo vez?"

A veces Kokichi se preguntaba:

"¿Y si lo veo que tengo que hacer?"

Y entonces la voz le respondía:

"Sube"

Pero jamás se atrevió a seguir ese consejo, no hasta el regreso de los hijos reales, Shuichi que era muy amigo de uno de los guardias, Kaito, había conseguido que este lo llevará de nuevo al pueblo a espaldas de su padre, para su mala fortuna su hermana que nunca podía estarse quieta se había colado y ya no había manera de regresarla, pues quería ver de nuevo a aquel inigualable muchacho.

El carruaje se detuvo antes de llegar, pues no querían llamar la atención y para no ser reconocidos se puso una capucha cada uno.

— Kaito, no pierdas de vista a Kaede en lo que voy a investigar el tallo ¿Está bien?

— ¡Claro!... Pero ¿Cuál talló?

Shuichi ya ni siquiera explicó, solo asintió y comenzó con su camino, el tallo era tan grande que desde su posición podía verlo y solo bastaría con caminar hacia él, por otro lado, Kaede tomo del brazo a Kaito y muy alegre lo jalo para buscar a quien había comenzado a llamar "su verdadero amor"

Los dos entraron como si nada por el pueblo, pero la caminata floreada de la princesa era inconfundible y de vez en cuando se ganaban la mirada curiosa de uno que otro pueblerino.

— ¡Pasen por aquí! ¡Vengan y conozcan a la gran Yumeno para que revelé su futuro!

Kaede volteo ingenuamente asombrada, un muchacho de cabellos verdes frente a una tienda parecía gritar su oferta específicamente para ellos.

—¿Deberíamos ir? — pregunto a Kaito

— No lo sé... Me suena más a una estafa y eso no es muy seguro...

— ¿Y si no lo es?

— ¿Valdría el riesgo?

— ...

— ...

— ...

— ¡Pues vamos!

Los dos cayeron fácilmente en la trampa, el muchacho muy sonriente le cobro hasta 10 de oro y los dejo entrar a la carpa donde esperaba una chica muy bajita, los dos se miraron un momento y después se sentaron justo enfrente de ella, esperaron un minuto y la muchacha hablo.

— ¡Quiero que me den algo suyo, algo importante que jamás podrían perder sin perder la cabeza!

La luz del sol que sobrepasaba la carpa que la pintaba de verde se intensificó así que los dos comenzaron a buscar, Kaede ofreció un anillo de rubí que llevaba años acompañándola, pues le perteneció a su madre y fue regalado a ella cuando aprendió a tocar el piano, por otro lado Kaito dió la pluma de su primer casco de batalla, nunca había ido a una honestamente, pero tan solo portar el casco por si acaso ya era todo un honor para él.

— ¡Oh! ¿Y si le llevamos una predicción a Shuichi?

— ¿Eh?

Kaede saco de su capucha una pequeña libreta con tapa de madera, la misma donde Shuichi escribía todas sus investigaciones.

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2022 ⏰

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