>>Me dijo que iba a investigar sobre el pero ya pasó bastante tiempo.

>>¿Encontró algo?

Spreen releyo el mensaje y regresó su mirada al hechicero que busca la ropa en el armario, ¿debía contarle sobre lo que sabía? Lo más razonable era que si pero spreen este día no lo era, dudo unos segundos y escribió.

Nada boludo, pero aún sigo investigando. <<

Tampoco es que estuviera mintiendo, no tenia toda la información que quería aún, debería pasar mucho más tiempo con el hechicero para recopilar más datos de él.

Era una excusa que ni el se creía pero lo calmaba por el momento, era suficiente para razonar con su buen juicio.

Se convencía sin mucho éxito sobre lo que había pasado, se decía a sí mismo que todo sólo fue un tonto tropiezo en su plan, los errores que cometes antes de llegar a tu meta.

Apago el teléfono cuando Juan se acercó a él, tenía una pijama azul grande entre sus manos y se la entregó.

—¿Voy a estar en pijama todo el día?— Spreen recibió la ropa y la reviso un poco era una sudadera sin capucha y unos pantalones azules también, por suerte el hechicero había comprado antes ropa más grande a su talla por equivocación.

—¿Te estás quejando? Todos quisieran estar en pijama en todo el día.— Juan se cruzó de brazos con burla, spreen río por lo bajo por su broma pues tenía razón.

—Voy a cambiarme.— Spreen se levantó con cuidado de que la toalla estuviera bien puesta y tomó la ropa con uno de sus brazos, se dirigía al baño para cambiarse con un poco más de confianza.

—Spreren ¿por qué actúas tan vergonzoso? Puedes cambiarte delante mío.— Juan fingió inocencia, en realidad lo hacía para molestar como siempre a su interés amoroso, porque si Juan veía a spreen como uno hace mucho tiempo.

—Cállate un rato pelotudo.— Spreen habló sin mirarlo y se dirigió al baño a cambiarse y Juan no pudo evitar reírse fuertemente, no entendía porque se avergonzaba si hace más de 20 minutos no reflejo nada de timidez en ese cuarto.

Después de calmarse un poco agarró la ropa sucia de spreen y bajó a la lavandería para ponerla en la lavadora.

(...)

Spreen ya estaba cambiando, gracias a un poco de su buena suerte la ropa le quedaba lo suficientemente cómoda, bajo las escaleras para llegar a la segunda planta del santuario, el lugar era tan grande que se podía perder de seguro.

—¡Hey Gafotas!— Spreen buscaba al hechicero, después de un rato buscando y considerando seriamente que su acompañante se fue, el hechicero apareció de repente subiendo las escaleras. —¿Donde estabas?—

—Estaba colgando la ropa afuera, justo se chingo la secadora.—Juan comentó y se acercó al argentino, una sonrisa se formó en su rostro. —¿Quieres ver una película?—

—¿No me querés contar más de tu mágica vida?—

—Claro, ¿quieres saber de Rubius?—

—¿Qué película vamos a ver?—


















¡HOLAAA! ¿Cómo están gente bonita ? 💕

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¡HOLAAA! ¿Cómo están gente bonita ? 💕

Espero que bien, yo estoy hasta la madre de la vida pero siempre feli, por cierto, aún no canten victoria, spreen sigue siendo igual solo que tuvo un deslin 😿.

Se vienen cositas (cosas buenas, cosas buenas)

Sin nada más que decir les deseo una gran noche y bayyyyyy.

—Willi.

𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣Where stories live. Discover now