capítulo 08

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Renna
Iba a ir a una fiesta después de tanto tiempo, en una ciudad nueva, con personas que no conozco de nada. Genial, una tratando de pasar de percibida y termina diciendo que si a la primera oportunidad.

Siempre me gusto usar vestidos, tenia demasiados. Escogí el primero que encontré, uno de mis favoritos. Negro, con la espalda descubierta, mangas largas y pegado al cuerpo, aunque ahora me queda un poco suelto a comparación de cuando lo compre. Decide hacerme una cola alta y ponerme un poco de corrector de ojeras y rímel para no parecer muerta.

La verdad es que no estaba ni emocionada ni aterrada. No me apetecía hablar con mucha gente pero un poco de alcohol en sangre nunca viene mal. No me malinterpreten, no es que siempre me emborrache, pero la paso mejor así. No pienso mucho las cosas y dejo que todo ocurra. No creo que necesite beber mucho para no estar al cien por ciento por que con las pastillas el proceso se acelera.

Eran como las diez y la fiesta comenzaba a las nueve, Ash nos recogería en su coche. Miedo, pánico, terror. El desgraciando conduce como si no hubiera un mañana, siempre lo ha hecho. Aunque... la vez pasada cuando fuimos a la playa noté que iba demasiado lento para ser el. Menos mal.

Kylan y Nathan bajaron al living conmigo para esperar a Ash, estaban muy arregladitos, con sus ojos verdes vibrantes y su distintivo cabello rubio y ondulado. Los malditos habían heredado los mejores genes, se parecían bastante con Bella, yo era la única con el cabello castaño.

-¿Qué opinas Renna?- dijo Nathan.

-Muy básicos ademas están despeinados. Y tú Kylan tienes una mancha de pasta dental en la remera.

-¡Qué mentirosa! No tengo nada.

-Siempre caes.- dije mientras reía bajito.

-¿No están emocionados de salir juntos? Como antes, solamente que ahora Renna y yo ya no tenemos quince, estamos más mayores y podemos quedarnos un poco más.- dijo Nathan con una sonrisa.

No era como antes por que siempre salía con mi hermana. Me dio nostalgia pensar en cómo Kyla, Ash y Bella cargaban con nosotros dos y la responsabilidad de cuidarnos. Ash siempre se iba con alguna chica, Bella desaparecía por arte de magia y Kylan se quedaba de niñero. Era muy divertido verlo mirándome fijamente de lejos por si algún chico se me acercaba. Pero yo no tenía ojos para otro chico que no fuese Ash.

Se me comprime el pecho en pensar en todas las cosas que hacíamos con Bella y como planeábamos lo que queríamos hacer este año, las dos juntas. Con mamá y papá.

La tía Jess se vio emocionada cuando le comenté qué tal vez iría a una fiesta. Viendo la luz en sus ojos y la sonrisa de oreja a oreja que tenía no pude decir que no. Además me había puesto a pensar que ni a mi hermana ni a mis padres les hubiera gustado verme así, tan demacrada. Al final tengo que seguir por ellos o eso intento porque la culpa no me lo permite, cada vez que intento mejorar, disfrutar, seguir adelante no puedo. Me derrumbo. Me vuelvo a estancar en ese pozo que no tiene salida.

Estaba perdida en mis pensamientos (seguramente mirando un punto fijo) cuando la puerta sonó. Kylan abrió y era Ash, con su aire de superioridad y juguetón. Se había puesto unos jeans negros y una camisa blanca con unas vans negras. Llevaba el cabello más despeinado de lo usual, cosa que lo hacía ver mucho mejor.

Que mierda estoy diciendo.

-Donde están mis chicos favoritos y mi chica favorita.

Mi corazón dio un respingo. Como podía sentirme así con unas simples palabras.

-Llegas tarde Ash, como siempre.

-Tengo una vida ocupada Kylan.

-Pero que dices, seguro te has quedado dos horas mirándote al espejo.

Las cartas de mi vida.Where stories live. Discover now