—Eso es verdad —mamá dice a mi lado, también la están peinando.

No puedo evitar reír y tomar su mano con cariño.

—Siempre tuviste mucha paciencia.

—Claro que si. —Besa mis nudillos.

—¡¿Ya está lista?! —Brigitte entra a la habitación mirando hacia todos lados.

Justo cuando llega a mi lado la peluquera termina su trabajo.

—Lista, señora Brigitte.

Ella se pone detrás de mí mientras me toma de los hombros y me observa con detenimiento.

—Estas hermosa, Rose. Como una reina —sonríe.

Tomo su mano que se encuentra en mi hombro y le doy un leve apretón.

—Todo esto es gracias a ti —respondo.

—Claro que si. —Asiente con orgullo y todas reímos— Mira lo que traje para ti. —Toma mi mano llevándome hasta el armario.

Abro la boca totalmente impresionada, mi vestido está en los colgadores y aún no me puedo creer que yo usaré ese vestido.

Es hermoso.

—Siempre quedaré igual de sorprendida —murmuro despacio.

—Y es solo tuyo. Es hora de que te lo pongas.

A los pocos minutos tengo como a cinco chicas a mi alrededor mientras me ayudan a ponerme el vestido.

—Con mucho cuidado, chicas. No queremos de esto un desastre. —Brigitte se pasea a mi alrededor.

Todas lo hacen con sumo cuidado.

La puerta de la habitación se abre haciendo que todas miremos hacia allí, Freya es la que entra con una Hilary en sus brazos que no deja de llorar.

—¿Qué sucede? —pregunto preocupada.

—Tiene hambre, pero necesito que alguien la tome para preprarale el biberon.

—Yo la tomo. —Me intento acercar, pero todas dan un grito— ¿Qué? —pregunto despistada, todas tienen una mueca de horror.

—Te vas a ensuciar el vestido —responde Emily—. Yo la tomo.

Niego.

—Ella no va a querer contigo, seguirá llorando.

Hilary era bastante caótica respecto a las personas que la tomen en brazo, si no le gusta, llora todo el tiempo.

—Entonces lo haré yo. —Mamá se acerca, pero la freno.

—No pasará nada, además, quiero tenerla conmigo.

Finalmente todas dejar salir un suspiro de resignación y yo me acerco con una sonrisa a mi pequeña ahijada tomándola en mis brazos.

—Ya, cariño, ya traerán tu biberon. —Beso sus mejillas regordetas mientras la meso.

Sus manos enseguida se van a mi collar y no tengo problema con ello, Hilary tiene un pequeño tic con los collares.

Sus sollozos se calman de a poco y me observa con detenimiento.

—Siempre me sorprenderá su conexión —Emily murmura a mi lado. Todas las demás han seguido en lo que estaban.

Ambas observamos a la pequeña que también nos mira fijamente.

—Yo también estoy sorprendida —respondo—, pero es tan igual a Olivia, que me es inevitable no sentirme cerca de ella. Es como si pudiera verla, sabes.

Te Necesito (#1) BORRADOR Where stories live. Discover now