xxxɪ | ᴀɴʜᴇʟᴏꜱ

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Juntas, como lo estarían cada día a partir de ese momento trascendental en la vida de todos.

Los días transcurrían sin pausa y poco a poco comenzaban a adaptarse a la nueva realidad; todo había sido tan rápido que mejorar sobre la marcha fue la única opción válida para esa familia que apostaba a que el amor todo lo podía.

Con la valiosa ayuda de la abuela, Venus desde la cama donde permanecía cuidando al pedacito de ser que crecía en ella ideó un blog para promocionar las fotografías que capturó durante años de viajes, trabajos y aventuras, Tamara era su mayor inspiración para escribir en cada postal un mensaje inspirador que conquistaba a sus fieles seguidores.

La pequeña Vida había comenzado las clases en una escuela muy cerca de casa; recuperaría el tiempo perdido asistiendo como oyente mientras esperaba un nuevo año escolar pero sin duda la felicidad le brotaba por los poros, no le daba pena alguna explicar su pasado y mucho menos que ahora era parte de una familia especialmente hermosa, aún estaba pensando si decirle "mamá" a Venus, pero en su corazón no había vuelta atrás, adoraba tener dos mamis que darían todo por ella y claro, ese hermanito al que cada tarde al regresar le contaba con lujo de detalle las hazañas de su cotidianidad, si, susurraba contra el vientre de Venus por largos minutos creando un nexo eterno de fraternidad.

¿Venus?

Dime mi muñecacon una enorme sonrisa le acarició con cuidado el cabello largo.

Han pasado muchos días ¿cuándo nace?

Ay mi niña aún faltan muchos días más; a penas cumplió 5 meses ahí dentro, faltan 4 mas o menos la ternura invadió su corazón al ver ese puchero en los labios de la pequeña acompañado de unos ojitos de decepción — peeero, te tengo una buena noticia, mañana por fin vamos a saber si es niño o niña.

— Que sea niño por favor — cruzó sus deditos cerrando los ojos almendrados con fuerza.

— Pensé que tu sueño era tener una hermanita muñeca, una nena.

— Lo era, pero ya no ¿está mal?

— No muñeca mía — cobijandola en un tierno abrazo le dejó saber que todos sus anhelos eran importantes — esta bien que a veces cambiemos de opinión, pero recuerda, sea lo que sea, tu eres nuestra princesa.

— ¿Crees que mamá llegue hoy temprano?

— No lo sé amor, sabes que ahora trabaja un poquito más pero jamás se pierde la cena con nosotras así que al baño señorita, a lavarse las manos y cambiarse ese uniforme. Te espero con las tareas.

La pequeña sonrió divertida, como siempre le dejó un pequeño beso en la mejilla y luego uno en el vientre para ir directo a su cuarto pero antes de cruzar el umbral de la puerta giró con esa picardía en la mirada que tanto adoraba Venus.

— A veces eres mandona como ella, si pareces una mamá.

La huída fue inmediata y ese gesto de satisfacción mezclado con unos irreverentes nervios se vio reflejado en el rostro de la sagitariana quién por instinto le envió un lindo mensaje a su amor diciendole cuanto la extrañaba; lo que ella no sabia aún es que Tamara no doblaba el turno como empacadora, su labor repartiendo a domicilio los artículos del pequeño supermercado iba de maravilla, cada vez mas persona confiaban en ella y las ganancia estaban destinadas a adquirir otra bicicleta.

Esa sonrisa jefa...

Ay Leticia, carajo un día de estos me matarás del sustoreplicó la ojos grises con la mano en el pecho y el ceño fruncidoy ya te dije que no me digas así.

𝘽𝙀𝙉𝘿𝙄𝙏𝘼 𝙌𝙐𝙄𝙈𝙀𝙍𝘼 ♀♀Where stories live. Discover now