Capítulo Trece.

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Nueve de la noche, los amigos de JiSoo se habían retirado después de sentir que fue suficiente, ella junto a NamJoon los despidieron y ante los halagos de una Lisa borracha diciendoe que se veian como una pareja de casados, quedaron solos una vez más.

El jardín estaba hecho un desastre con todas esas botellas de soju y latas de cerveza, los platos sucios y las copas de vino con una botella en medio de éstas. Los dos observaron el desastre y con un suspiro por parte de ella comenzaron a limpiar en silencio.

-No tienes por qué ayudarme- comenzó JiSoo aplastando las latas-. Se supone que yo soy la dueña de la casa.

-Creo que las reglas no van muy bien conmigo- le sonrió y siguiente a eso empezaron a limpiar.
Por lo general no era muy común en Corea que los amigos ayudarán a limpiar después de una reunión, pero NamJoon era todo un caballero y por supuesto que tenía una gran educación por parte de su madre. Madre que aún no sabía del proceso de divorcio por el que estaba pasando, y que aseguraba si se enteraba se enfermaría más de tristeza que de coraje.

Finalmente el patio quedó como nuevo, las luces de jardín incrustadas en el pasto se encendieron de repente dejando ver más bonito el lugar.

-Muchas gracias por venir- siguió JiSoo acompañando a NamJoon a la salida-. Es un poco injusto que seas el primero en llegar y el último en irte.

-No importa- le restó importancia-. Me divertí mucho con tus amigos, y la casa es muy bonita y cómoda. Gracias a ti por invitarme.

-Está bien...- JiSoo se encogió de hombros, su sonrisa entre abiertas y sus ojos hechos líneas, sus mejillas estaban sonrojadas por el alcohol que tomó en el transcurso del día y su cabello alborotado.

NamJoon suspiró nervioso y tragó pesado viéndola más allá de lo que debía hacerlo, imaginando que tal vez, solo tal vez, si se diera una oportunidad con alguien más después del divorcio, sin duda sería con ella.
JiSoo era muy bonita, amable, paciente y por sobre todo de familia prestigiosa. Entonces ella era la candidata perfecta, aunque si hubiera conocido a SeokJin y a JiSoo al mismo tiempo, no dudaría en escoger a SeokJin una vez más...

-Me voy, nos vemos el lunes en el trabajo- siguió el moreno y ella asintió lentamente.

Pero NamJoon no dió paso más, al contrario de eso se voltearon a ver directo a los ojos, el corazón de JiSoo latió muy rápido cuando NamJoon se acercó poco a poco y cerrando los ojos se dejó llevar en ese beso lento que le dió.

NamJoon estaba inclinando, lo suficiente como para alcanzar sus labios y sentir las manos de la mujer dirigirse a sus hombros y apretarlos. El beso empezó a ser más... Apasionado, sus lenguas se encontraron de un momento a otro y los chasquidos eran lo único que se escuchaban en toda la habitación.

Pero NamJoon recupero la conciencia perdida por el alcohol y para no verse mal se alejó poco a poco.

-Yo...- carraspeó un poco viéndola desviar la mirada hacia el suelo, pero con aquella sonrisita contenta-, Ahora si ya me voy.

-Bueno- asintió con la cabeza-, llega con cuidado.

NamJoon no contestó más y después de una última mirada y una leve sonrisa ahora sí salió de la casa para ir directo a su auto. Ya en la intimidad de este y después de un recorrido de quince minutos se detuvo en un semáforo en rojo y no pudo evitar que las lágrimas se acumularán en sus ojos. Pensando así que, si JiSoo era la mujer perfecta y por lo visto compartían sentimientos mutuos... ¿Por qué no sentía lo mismo? ¿Por qué ese beso no significó nada? No sintió nada, ni siquiera deseo cuando el vestido de JiSoo se deslizó inocentemente por uno de sus hombros, ni mucho menos sentimientos sinceros hacia ello.
Pero, recordar que SeokJin ya estaba conociendo a alguien más le quitaba solo el uno porciento de su culpa acumulada en sus hombros.

Siguió su camino cuando el semáforo regresó a verde y el auto atrás de él pitó para que avanzará.

Cuando llegó a su casa soltó un bostezo casi de inmediato cuando cerraba la puerta, se dirigió a la cocina y en medio del camino de detuvo sintiendo su corazón salirse del susto y soltando una pequeña maldición.

-Qué mierda...- observó el cuerpo parado en medio de la sala, específicamente encima de la mesa de madera-,¿SeokJin?

El nombrado asintió lentamente sin dejar ese puchero en los labios, y dejó de nuevo la cabeza caída y la vista perdida.

-¿Qué se supone que haces ahí?- está vez SeokJin se encogió de hombros y cuando NamJoon se acercó más pudo ver ese letrero que colgaba con un listón sobre sus hombros y tenía escrito un Mentiroso con letras negras.

Eso le sacó una sonrisa burlona que desapareció cuando el olor excesivo de soju le llegó a la nariz.

-¿Hoy bebiste?- el mayor asintió-. ¿Otra vez solo? Sabes que ser un tomasolo está muy mal, te va a hacer daño. Además, por qué el letrero.

-TaeHyung me lo puso... Me dijo que me lo merecía y que para estuvieras enterado debía esperarte justamente aquí- murmuró.

NamJoon volvió a reír.
-¿Cuánto tiempo llevas así?

-No sé, tal vez dos horas.

El moreno no quiso preguntar más sobre la situación y mientras negaba con la cabeza sólo se dispuso a cargar forma nupcial a su esposo quien se aferró a su cuello para no caer.

-No vuelvas a beber solo- comenzó yendo directo a la habitación de SeokJin, subir las escaleras sería un lío para sus piernas pero no importaba-. Cuando quieras hacerlo entonces espérame y lo haremos juntos, ¿De acuerdo?

Finalmente y después de una guerra para ponerle la pijama, SeokJin ya estaba en su cómoda cama, sus mejillas sonrojadas por el alcohol y sus cabellos que caían sobre su frente. NamJoon sonrió tierno al verlo y después de acomodar el edredón para que no sintiera frío dió media vuelta con intenciones de retirarse y descansar él también.

Sin embargo, antes de dar el primer paso el mayor lo sostuvo del brazo deteniendolo de inmediato.

-No te vayas- murmuró aún con ojos cerrados y NamJoon tragó pesado-. Quédate conmigo está noche. Si haces eso, entonces yo... yo podré olvidar que te fuiste con ella, y que la besaste.

SeokJin no tenía que investigar, tampoco le tenían que decir que, efectivamente, NamJoon besó a su compañera de trabajo, pues el simple hecho de verle los labios manchados levemente de rojo le confirmaban que por lo menos un beso sí se habían dado.

Y eso simplemente le había roto el corazón. SeokJin finalmente, había perdido a NamJoon.

- Mi Suegro y Yo -


Creo que alguien no entendió muy bien el vestuario que llevaba JiSoo, pero es algo como la imagen sólo que con el cabello sujeto y medias poco largas

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Creo que alguien no entendió muy bien el vestuario que llevaba JiSoo, pero es algo como la imagen sólo que con el cabello sujeto y medias poco largas.

-AnaBoleda.

Mi Suegro Y Yo -NamJin.Where stories live. Discover now