Capítulo 31: "Desafío".

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20/12/2022. El velorio ya había pasado, Rose, Alex y Charlie estaban destrozados cuando los vi, Charlie más que nada, era su mejor amigo después de todo.

Luego de eso, ellos siguieron normal con sus vidas, aún se sentía todo bastante raro sin él. Los chicos ya habían terminado sus estudios, están de vacaciones, Lía y yo aún teníamos que decidir a qué universidad iremos, pero no tuve las fuerzas como para pensar en eso, suena algo tonto, pero todavía sigo procesando las cosas.

Este último mes pasaron muchas cosas, el juez le cedió la custodia de Emma a Beatrice, Lía y Charlie comenzaron a salir, pero irían lento, Rose y Alex quedaron como amigos, mi padre llegó la semana pasada a París y se estaba quedando con nosotros, Zaz casó su primer ratón hace dos días y creo que eso es todo.

El ruido de mi puerta rechinando volvió a interrumpir mi llanto, estuve llorando menos, pero aún dolía como si hubiese sido ayer, mi madre se acercó y se sentó a mi lado en la cama.

- No puedes seguir encerrado aquí, Noah. - Espetó la rubia.

- No tengo ganas de salir. - Agregué mientras me abrazaba las piernas.

- Debes seguir con tu vida, salir con tus amigos, decidir a qué universidad irás. - Mencionó. - Eso es lo que Víctor hubiese querido.

- No te atrevas a mencionar su nombre. - Le dediqué una mirada agria. - No te tomaste el tiempo de conocerlo, no tienes idea de lo que él hubiese querido.

- Está bien, lo siento. - Espetó en un suspiro. - Sólo pienso que deberías intentarlo al menos, no estas comiendo bien, te duermes hasta tarde y no creas que no te escuché salir de la casa en la noche.

No le dirigí la mirada, centré la misma en un par de zapatillas viejas y gastadas que yacían en el rincón de mi habitación.

- ¿Qué tanto haces en la noche, Noah?. - Frunció levemente su ceño.

- Veo las estrellas. - Espeté.

- ¿Invitaste a tus amigos y sus familiares para año nuevo?. - Cambió de tema.

- No. - Escondí mi rostro entre mis piernas y brazos. - Luego hablo con ellos, ¿de acuerdo?.

- Podrían encontrarse y hablar, ahí podrías aprovechar para preguntarles. - Insistió.

- ¿Si salgo esta tarde me dejarás en paz?. - Levanté mi mirada y fruncí mi ceño.

- Tal vez. - Esbozó una sonrisa. - Quiero ayudarte, hijo.

- Lo sé, mamá. - Esbocé en un suspiro.

- Ya, te dejaré solo. - Besó mi frente. - Hay pasta para recalentar por si se te antoja, ¿sí?.

- Sí, gracias. - Forcé un poco mi sonrisa hasta que la rubia cerró la puerta a sus espaldas. - Carajo..

Miré a Zaz, quien estaba durmiendo arriba de un montón de ropa sucia que separé para lavar hace una semana, agarré mi teléfono y le mandé mensaje a Charlie, realmente es el único con el que quiero juntarme para hablar, su personalidad tan pacífica me tranquiliza y ayuda a mantener al margen.


- Gracias por aceptar salir. - Espeté mientras le seguía el paso.

- No hay de qué. - Esbozó una sonrisa. - ¿Cómo has estado?.

- No lo sé, mi familia insiste para que salga de mi habitación, parece que pasó un tornado por mi cuarto y no puedo ver a mi gata sin empezar a llorar. - Centré mi mirada en el paisaje, estamos caminando por el parque central. - ¿Y tú?.

- Los estudios me ayudaron a mantenerme ocupado, ahora que no tengo clases, fue bastante difícil. - Mencionó el rubio. - Pero hay que seguir adelante.

En otra sintoníaWhere stories live. Discover now