Capítulo 15: "El beneficio de la duda".

8 3 1
                                    

Lía y yo salíamos del cine, la película me pareció un asco pero a ella le gustó, el director de la misma parecía ser el mismo que dirigió la película de comedia que vimos en la casa de Charlie hace una semana.

- A mí en lo personal, no me pareció buena. - Sacudí la cabeza mientras tiraba los paquetes de comida vacíos al tacho de basura. - No es mi humor.

- La próxima vez invitaré a alguien que sí aprecie la comedia tanto como yo. - Ironizó.

- Auch. - Dramaticé. - ¿Alguien como quién?.

- Rose o Charlie, a ellos les gustó la película del otro día, esta les hubiese gustado también. - Sacó su teléfono y sonrió al ver las notificaciones.

- ¿Qué tal las cosas con Charlie?. - Ladeé la cabeza.

- Bien. - Me miró con el ceño fruncido, confundida. - ¿Por qué?.

- No lo sé, había averiguado su estado amoroso por ti y parece que te ha beneficiado el hecho de que esté soltero. - Enarqué una ceja mientras esbozaba una sonrisa.

- Bueno, es un buen chico. - Admitió tras guardar su teléfono en su bolsillo trasero. - Pero apenas lo conozco, ¿sabes?.

- Lo sé, entiendo. - Elevé la comisura de mis labios. - ¿Vamos un rato al parque?.

- Claro. - Sonrió y nos dirigimos hacia el mismo.

En el trayecto me preguntó sobre mi madre, con quien no había estado hablando mucho, cosa que me pareció extraña porque suele reclamármelo constantemente, pero supuse que mi tía la había estado manteniendo al tanto, tampoco me preocupé por eso ya que confío en ella y sé que no dirá nada que nos perjudique a ambos.

- ¿Y con Víctor?. - Su sonrisa pasó de ser amigable a ser pícara. - Desde que llegué noté que te mira con ganas.

- No lo sé. - Mis mejillas se enrojecieron. Recordé que ella no tenía la nueva información o pequeños detalles, como por ejemplo que me había acostado con él. - Tengo algo que decirte.

- ¿Qué?. - Enarcó una ceja.

- Hay una cosita que no te he contado. - Agaché la cabeza intentando hacer énfasis en esa palabra, intentando alivianar el golpe de traición. - Alex lo sabe y si es así, no veo porque no podrías saberlo tú.

- Soy tu mejor amiga, ¿pasó algo que marcas como importante y ese algo lo supo un español con problemas de ira antes que yo?. - Dramatizó. - Nunca creí que llegarías a traicionarme de esa forma, Lombardi.

- Cierra la boca. - Rodé los ojos. - ¿Quieres que te cuente?.

- Soy toda oídos. - Se acomodó sobre el banco del parque en el que nos habíamos sentado hace un momento.

- La noche de películas, ese día que nos quedamos a dormir. - Hice algo de suspenso antes de tirar la bomba. - Dormí en la habitación de Víctor.

- ¿Con él?. - Enarcó una ceja reprimiendo esa sonrisa pícara y esos gritos que sabía que se avecinaban. - ¿En su cama?.

- Si. - Apreté los labios.

- ¿Te acostaste con él?. - Sus ojos se abrieron como platos.

Hice silencio para darle la respuesta sin necesidad de emitir un sonido, cosa que hizo que la pelicastaña se enrojeciera y ensanchara esa sonrisa que ya se estaba formando en su rostro desde hace unos segundos. Rato después me golpeó en el brazo por no contarle e hizo preguntas como si me había cuidado y qué tal estuvo, cosa que hizo que me enrojeciera mucho más.

- No te diré eso. - Fruncí el ceño. - Sí, me cuidé. Pero lo que pasó de ahí en adelante es tema mío.

- Y de él. - Enarcó una ceja nuevamente. - ¿Entonces están saliendo?.

En otra sintoníaWhere stories live. Discover now