Perséfone

33 7 6
                                    

JinYoung siente que la desesperación se apodera de su cuerpo. Finalmente la guerra por la que estaban pasando los humanos llegó a su fin y los juicios finales retomaron su ritmo habitual, él podría salir de su palacio, sin embargo, permanece dando vueltas dentro a pesar de que casi a largo de una semana deseó poder librarse de las paredes que lo retenían en el mismo lugar. Nunca pasó por una situación como aquella así que no sabe cómo lidiar con todo eso que siente en sus entrañas, es un sentimiento extraño que le provoca retortijones en el estómago y golpeteos erráticos en el pecho cada vez que piensa en el chico de ojos verdes, BamBam.

Oh, incluso si no lo encontrara una vez más, JinYoung recordaría su nombre por siempre porque, demonios, cómo olvidarlo siquiera cuando él fue responsable de que anduviera de aquí para allá, caminando en círculos con la cabeza envuelta en la preocupación al no saber lo que le sucedía. BamBam le ha hecho algo, lo puede sentir, aunque fue algo de manera inconsciente sabe que toda la marea que lo ha estado arrastrando en las últimas semanas es por su causa.

Con toda la fuerza de voluntad que posee se obliga a sí mismo a permanecer en su reino y no ir desesperado al mundo terrenal. Lo consigue durante un par de semanas, luego la sensación regresa con muchísima intensidad. JinYoung ya no puede seguir en su mundo sin revolverse el cabello o soltar suspiros que ocultan su verdadero estado; está muy impaciente por ver al chico, lo desea tanto que incluso en sus sueños no deja de aparecer.

Se dice que una vez no le hará mal, sólo necesita ponerle fin a la tormenta en la que ha estado atrapado desde que lo vio chapotear con las ninfas. Quizá sólo es curiosidad, hace siglos que no pisaba aquellos terrenos y cuando al fin decide hacerlo se lleva una gran sorpresa al encontrar algo tan inesperado.

No esperó que su risa lo atrajera igual que el canto y la lira, que sus ojos lo hipnotizaran a tal grado de perderse en ellos y dejar de respirar, pero sobre todo, que sus pensamiento fueran robados por el menor de cabellos ocre y destellos dorados. Al cerrar lo ojos es lo único en lo que puede pensar, toda su mente está absorta en BamBam y decide ponerle fin al darse cuenta de que no podrá arrancárselo de la cabeza. Así que apenas se revelan los primeros rayos del sol, el Dios toma su casco que lo oculta de todos y sale disparado hacia los límites de su reino.

Las cosquillas se hacen constantes y sus extremidades hormiguean, ya quiere verlo para calmar la sensación extraña que lleva por dentro. JinYoung recorre el camino exactamente por donde lo vio, en el arrollo con las ninfas y luego el sendero lleno de flores. Cuando llega hasta el cúmulo de flores con las que BamBam habló, se acerca por impulso y pasa los dedos de manera delicada por cada pétalo con la esperanza de recoger la sensación que el menor dejó en ellas. Cierra los ojos en busca de concentración y segundos después un jadeo se le atora en la garganta al sentir la energía y la grácil vibra que las flores guardaron durante semanas.

¿Cómo es posible que después de tanto tiempo el toque de BamBam aun pueda persistir en las flores que acarició? Bueno, realmente no le importa saber por qué, al fin y al cabo agradece que su rastro no hubiera desaparecido con el viento o con el suave rocío de la mañana. Ahora que tiene la fragancia en sus dedos le será más sencillo dar con él. Sin perder más tiempo sigue el camino invisible que Bam ha dejado al pasar por ahí, pero luego de horas y horas de búsqueda JinYoung no logra encontrarlo. Tal parece que el muchacho se la pasa muy seguido en ese lugar puesto que su presencia se concentra en esos campos verdes que se extienden ampliamente.

Su paciencia está a punto de acabar porque siente que se le escapa entre los dedos y la maldita desesperación que lo estuvo atormentando días y noches enteras comienza a brotar con el paso de los segundos. Lo siente tan cerca y casi puede jurar que su presencia es tangible, pero no le oye ni le ve, sólo le siente. Su tiempo se está agotando, pronto tendrá que regresar al Hades para hacer su trabajo pero JinYoung no quiere darse por vencido, está consiente de que al regresar a su mundo subterráneo su mente será nuevamente un caos. No señor, él no se irá hasta que por fin haya encontrado al chico, hasta que haya posado sus ojos en cada parte de sus bonitas facciones y pueda memorizarlas a la perfección.

Autumn, Winter [JinBam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora