17 (Final 1/3)

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La ojimorada negó con la cabeza y sujetó su patineta negra con una mariposa morada, yendo al hogar del peliplata. -Espérame Douma, voy a salvarte.-

Douma abrió los ojos al escuchar el timbre, sintiéndose abrumado al recordar lo ocurrido en la fiesta.

Miró para todos lados aterrado y encontró a Nefertari durmiendo a su lado.

Se levantó con las piernas temblorosas y caminó a la puerta, sorprendiéndose al abrir y recibir un fuerte abrazo. -¡Perdóname Douma!¡Por mi culpa ese tipo fue por ti!¡No debí seguirle la corriente a Giyuu y debí haber anulado la invocación!-

Douma sollozó abrazándose a su cintura. -No te preocupes, estoy bien. Vuelve a tu casa, no quiero que tengas problemas con tu novio por mi culpa.

-No te voy a dejar solo, no después de lo que te hice.-

-¿Douma?- El peliplata alzó la mirada y sus ojos se cristalizaron al reconocerlo.

-Akaza...-

El pelifucsia se acercó y se unió al abrazo. -Perdóname por dejarte solo.-

Douma sollozó emocionado de estar nuevamente con sus amigos, y cuando quiso hablar todos estaban allí. Al recuperar la memoria, todos sus amigos fueron preocupados a verlo, todos menos Giyuu.

Kokushibo, quien estaba sentado junto a la puerta con Yoriichi, ambos imperceptibles para los humanos le habló a su hermano menor. -Me voy a entregar.-

-¿Qué?- Yoriichi lo miró sorprendido.

-Lo que oiste, me voy a entregar. Ustedes quieren saber donde esta Muzan-sama y analizar un demonio, ¿no?- El pelirrojo asintió. -Entonces me entregaré bajo mis condiciones.- Yoriichi lo miró con curiosidad.

-No quiero que le hagan daño a los demás demonios o a Muzan-sama. Solo me analizaran a mi y a el solo lo encarcelaran.- Yoriichi asintió con la cabeza.

-No quiero que se acerquen a los amigos y la tía de Douma, la bola de pelos de Nefertari y mucho menos a Douma.- Yoriichi volvió a asentir.

-No quiero que me llamen como cuando era humano, para ustedes soy Kokushibo.- El pelirrojo asintió.

-Me iré contigo esta noche, para poder ver a Douma el día de hoy.- El de aretes asintió.

-Y mi última condición es que pase lo que pase, me dejen uno de mis poderes, el de la visión. Así al menos podré ver todos los días si Douma está bien y es felíz y... Encuentra el amor.-

Yoriichi suspiró y bajó la mirada triste. -Está bien hermano.- Volteó a verlo y sonrió con tristeza. -Espero que tu inmortalidad te ayude a sobrevivir.-

Douma comía con sus amigos mientras Kotoha le hacía masajes, Shinobu le tomaba la mano libre, Kanae le peinaba el cabello y Gyokko le abrazaba.

Por un lado se sentía felíz de estar nuevamente con sus amigos y con su gatita, la cual ronroneaba en el regazo de Akaza, quien junto a Kyojuro y Senjuro le daba caricias mientras entre los tres compartían besos.

Pero por otro lado, sentía que algo le faltaba, los cariños que recibía lo hacían felíz, pero no sabía porque esa felicidad no era plena.

Cerró los ojos recordando los mimos de Kokushibo y una lágrima cayó de sus ojos, sintiendo su corazón doler.











La noche había caído y los gemelos observaban al menor dormir en compañía de sus amigos.

-¿Crees qué esta sea una buena idea, Mi- Kokushibo?- Se corrigió rápidamente Yoriichi.

-No se si sea buena, pero Douma merece una vida normal.- Se inclinó y dejó un beso en la frente del menor, viendo una hermosa sonrisa sincera y un notorio sonrojo en las mejillas. -Siempre te amaré, Douma.- Susurró alejándose del peliplata comenzando a llorar en silencio mientras seguía a su hermano menor.


Dos años más tarde

Douma reía correteando de la mano con Kotoha, su novia desde hace tres meses.

Superar a Kokushibo no fue fácil, pero saber que nunca estuvo solo le ayudó a seguir adelante.

En una semana tendría que ir a Londres a la Universidad junto con Kotoha, quien estudiaría en la misma Universidad, pero otra carrera.

Esa noche tendrían una cena de despedida con su tía Makio, ya que la semana siguiente se instalaría en la casa de su novia para ayudarla con el equipaje.

Kokushibo sonreía melancólico viendo la pareja. Le gustaba que Douma sea felíz y siga adelante, pero le dolía no poder ser el quien estaría a su lado en el momento más importante de su vida.

Observó preocupado como al entrar Douma en la casa había alguien más además de su tía y su gata.

Eran dos hombres.

Uno albino de ojos verdes.

Y el otro castaño de ojos azules.

-Hola hijo... Al fin nos conocemos, eres idéntico a su madre~.- Sonrió ladinamente el ojiverde.

-Hola bebé, ¿te acuerdas de tu papi~?¿Aún quieres que te enseñe a nadar~?- Se relamía los labios el ojiazul.

-¡VETE DOUMA!- Gritó Makio, quién estaba atada a una silla.

Cuando Douma retrocedió para huir, alguien lo sujetó por detrás y puso un trapo sobre su boca. -Por tu culpa Shinobu acaba de dejarme y se mudará a Londres. Vas a pagar muy caro, Douma.- Gruñó furioso Giyuu viendo como Douma se desmayaba tras el cloroformo, el padre de Douma hizo lo mismo con Makio y esta se desmayó al mismo tiempo que su sobrino.





-¡NO!¡DOUMA!- Gritó furioso el antiguo demonio que antes tenía seis ojos. -¡Ya voy a salvarte mi amor!

Mi demonio acosador ||Kokudou|| (R+18)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt