Mi demonio acosador ||Kokudou|| (R+18)

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Sus seis ojos se abrieron y Douma sintió su cuerpo estremecerse al notar la intensa mirada del demonio sobre el. -Eres mío, Douma.-

Después de esas palabras, el peliplata se desmayó ante el temor, siendo cargado en brazos por el demonio de seis ojos, quien con sólo observar fijamente su frente ya sabía todo el ojiarcoiris, ya que había entrado en su cerebro, obteniendo la información de su presa.

-Perfecto.- Susurró el pelinegro y de un chasqueo se teletransportó a la habitación del mejor, dejándolo tendido en su cama, poniéndose de pie junto a esta recorriendo su cuerpo con la mirada. Cerró sus ojos superiores dejando sólo abiertos cuatro de sus ojos y sonrió ladinamente observando a través de la ropa del humano. -Perfecto.- Repitió cerrando sus ojos inferiores, dejando únicamente abiertos los ojos centrales de su rostro y apoyó una mano a la altura del corazón del menor, cerrando ahora sus seis ojos, mientras las marcas en su frente y mentón comenzaban a brillar. -De ahora en adelante tu eres mío, tu eres el único que puede verme y en el momento que yo desee mostrarme ante ti, olvidaras que me conociste y todo lo demás, llegaste aquí en brazos de tu mejor amigo quien te dejó en el cuidado de tu tía y se retiró a su hogar.-

Tras decir esas palabras, se teletransportó a la habitación de la tutora del menor y tocó su corazón. - Tu sobrino llegó inconsciente en brazos de su mejor amigo, quien lo dejó en la cama y se retiró a su hogar. Su sobrino de ahora en más me pertenece, el no hablará ni mirará a nadie que yo no le permita, permanecerá encerrado en su habitación todo el tiempo que me plazca y usted no interferira. Por más gritos, llantos, gemidos, quejidos o golpes que escuche no entrará a verlo, ni siquiera se acercará a la puerta.-

Volvió a teletransportarse a la fiesta donde estaban todos los adolescentes aterrados y quietos del terror. Los únicos que estaban de pie eran Shinobu y Akaza que intentaban abrir la puerta para ir a buscar a Douma, sin embargo, esta no cedía ante nada, ni siquiera se abrió con la llave.

-Duerman.- Ordenó y todos se quedaron dormidos.

-Douma me pertenece, ninguno de ustedes interferira en nuestra relación. A partir de ahora Douma será solitario, no quiero que nadie se le acerque, si lo hacen pagarán con sus vidas. Olvidarán que fui invocado. Simplemente intentaron hacerlo, falló, volvieron a emborracharse y se durmieron.-

Se acercó a la pelinegra de puntas moradas y al pelifucsia y tocó la frente de la fémina. -Parece que en realidad estás enamorada de Douma y sólo sales con Tomioka porque tienes miedo a estar sola. Pues a partir de ahora ya no amas a Douma, lo detestas, el no es nada para ti y jamás sentiste nada por el, en cambio estás enamorada de Tomioka.-

Apoyó la mano en la frente del varón y fruncio el ceño. -Tus sentimientos son un desastre niño. Estás saliendo con una tal Koyuki que no pudo venir a la fiestita por estar enferma, sin embargo, no sabes que sientes por Douma, el es como un hermano para ti ya que lo conoces desde que eran niños pequeños, y no sabes si es amor de hermanos o amor de pareja. Pues no es amor de nada. El único amor que recibirá Douma es el mío, y al único que amará Douma soy yo. Tu en realidad odias a Douma, el te cae muy mal y no quieres saber nada de el. Solo lo llevaste hasta su casa, lo dejaste en su cama y te fuiste a la fiesta otra vez, ibas camino a tu casa y decidiste volver.-

Se separó y flotó unos metros sobre el aire. -Quien se atreva a desafiar mi palabra, morirá de manera dolorosa y despiadada.-

Las marcas del demonio desaparecieron y volvió a teletransportarse con su presa, observandolo dormir tan pacíficamente sin saber lo que le espera.

Un hombre de aretes y marca en la frente despertó agitado sobándose el corazón sintiendo su marca brillar. -Michikatsu hermano mío... ¿Quién te quitó del infierno en el que te metí?-