Mi demonio acosador ||Kokudou|| (R+18)

16

-¡P-Puedo explicarlo hermano!- Habló Yoriichi poniéndose de pie dejando al menor en el suelo viendo al mayor gruñir furioso señalañándolo con su katana.

-¿Hermano?- Preguntó Douma confundido viendo a ambos adultos.

-En lo que a mi concierne, ya no tengo hermano.- Gruñó Kokushibo con una voz espectral. -Primero rechazas mi nuevo estilo de vida, luego te llevas a la mayoría de mis amigos a ese Cielo del que tanto hablan y ahora me quieres quitar al amor de mi vida. ¿No te bastó con haberme arruinado en el amor cuando era humano?-

-Yo no te arruiné, tu te arruinaste solo.- Respondió Yoriichi y chasqueó los dedos invocando a su espada. -Y ya se que Douma te ama, pero si tanto te amara perdonaría que le borraras y modificaras la memoria a sus amigos y los sentimientos a el. El estaba enamorado de Shinobu cuando tu le obligaste a dejar de amarla.-

-¿Q-Qué...?- Ambos voltearon al ver al menor sollozando. -¿E-Eso es verdad Kokushibo...?¿P-Por qué lo hiciste?-

El demonio al verlo llorar se relajó y volvió a su forma original acercandose al peliplata preocupado. -Douma mi amor, puedo explicarlo.-

Yoriichi al ver que se acercaba al ojiarcoiris corrió hacia el pelinegro y lo abrazó por detrás con fuerza. -Douma no te ama Kokushibo. ¿Cómo amaría a alguien que le borró la memoria a sus seres queridos?-

El de seis ojos estaba listo para safarse del agarre de su hermano y atacarlo, sin embargo, pensó seriamente las palabras de su hermano. -Tienes razón Yoriichi...- Murmuró el demonio inclinándose delante de Douma, quien lo veía con furia y decepción. -Estaba tan ilusionado de ser amado al fin y tuve tanto miedo de que te alejaran de mi, que terminé aislándote del resto del mundo.- Cerro sus ojos superiores e inferiores y dejó abierto los centrales. -Si en verdad te amo... Debería dejarte ser felíz con tus amigos y familiares, y que estés con alguien que te ame de verdad. Le devolveré los recuerdos a ti y a tus seres queridos, y te cuidaré por última vez.-

Yoriichi se cruzó de brazos viendo seriamente a su hermano, quien tocó la frente de Douma y alzó una mano al aire mientras sus ojos y marcas brillaban, bajó la mirada al suelo al sentir sus propias marcas brillar y saber que su hermano estaba haciendo lo que dijo.

Douma se quedó dormido cuando las marcas de Kokushibo terminaron de brillar y este lo cargó entre sus brazos viendo las marcas de Yoriichi dejar de brillar. -Se lo que dirás, pero voy a cuidarlo una última vez.- Habló el de seis ojos llevando en brazos al peliplata a la habitación.

Con sumo cuidado lo vistió y peino recostándolo en la cama, todo bajo la atenta mirada del de aretes. -Te amo Douma, y siempre te amaré.- Susurró dándole un suave beso al humano y se teletransportó al exterior de la casa ocultándose al hacerse invisible.

-Hiciste lo correcto hermano.- Habló Yoriichi saliendo por una ventana.

Kokushibo no le respondió, solo se limitó a sentarse junto a la puerta de la casa de Douma, viendo con nostalgia el jardín donde solían tomar sol o cuidar las plantas. Suspiró con tristeza y cerró sus seis ojos apoyando la espalda en la pared.

Shinobu estaba en una cita con Giyuu en un restaurante cuando ambos se quedaron dormidos. Al despertar la expresión de Shinobu era de terror, mientras que Giyuu mantenía su rostro inexpresivo. -¡¿Qué fue lo que hicimos?!¡Douma está en peligro!¡Tenemos que ayudarlo Yuu!- Se puso de pie y pagó su parte de la comida.

-¿Y ese a quien le importa?- Se puso de pie malhumorado el pelinegro. -En mi opinión se lo merece, y no tengo dinero.-

Shinobu bufó y pagó la parte de su novio saliendo del restaurante. -Vamos a verlo Giyuu. Es lo mínimo que podemos hacer por el. Y yo no se hacerlo, pero deberías revertir la invocación.-

-No me lo acuerdo.- Respondió saliendo junto a ella. -Y ve tu, a mi me da igual lo que le pase.-

Shinobu bajó la mirada al suelo con tristeza y vió de reojo a su novio. -Hasta mañana Yuu.-

-Adiós Kocho.- Respondió yéndose al lado contrario.

La ojimorada negó con la cabeza y sujetó su patineta negra con una mariposa morada, yendo al hogar del peliplata. -Espérame Douma, voy a salvarte.-