Al parecer, Carrera entendió el mensaje y no tuvo la audacia de argumentar en contra, por lo que solo asentió en silencio y se acercó a recoger el borrador que había traído para ser examinado.

Después de esa conversación, su empleado y al mismo tiempo mejor amigo salió de la oficina, sin ni siquiera dirigirle una mirada. Se había ido, cargando su evidente decepción con él y provocando que en su interior la culpa empezará a florecer.

Se recostó con pesadez sobre su silla y dio un largo suspiro, sentía que toda la energía que tenía reservado para sus labores diarios había sido agotada.

Esto estaba resultando ser demasiado difícil, se quitó los lentes de lectura para masajearse las sienes, sintiendo como su cabeza estaba a punto de estallar. Necesitaba una nueva nota, una nota excelente, una que le probara que todo lo que había invertido y sacrificado había valido la pena, por lo menos solo un poco.

Como si fuera una mala jugada de su mente, el recuerdo de las palabras de su padre le atormentaba de nuevo, como solía suceder siempre que cerraba los ojos para descansar.

"¿Comunicaciones? ¿Has perdido la razón? Morirás de hambre."

Esas palabras le hicieron sentir otro agudo dolor. Su padre siempre había sido conservador y de mente cuadrada, el hombre más aburrido que jamás haya pisado la tierra. No podía recordar ni una sola vez en que su viejo lo hubiera apoyado en alguna de sus ideas. Y aunque Spreen era Spreen Dmc y no un artista lunático o un hijo descarrilado, no recordaba ni un solo momento donde su padre lo hubiera apoyado en alguno de sus sueños.

Rio amargamente y pensó; "Viejo choto, te voy a demostrar que estabas equivocado".

La frustración y la impotencia lo dominaban. Se levantó de su silla, cuidadosamente guardó sus lentes y todos sus papeles importantes en el maletín que le encantaba llevar por todos lados, el cual lo hacía sentir más importante de lo que realmente era. Finalmente, salió de su oficina.

Ya no había nadie más en el piso que había alquilado para su revista. El último en irse había sido Carrera, quien a menudo lo acompañaba hasta su apartamento y, a veces, también se unía a ellos otra empleada llamada Mayichi, quien era el nuevo interés amoroso de su amigo.

Ahora, ante la soledad que le provocaba esa fila de escritorios completamente vacíos, se sintió un tremendo idiota por tratar groseramente a su amigo, al amigo que siempre estaba para él, incluso cuando la cagaba una y otra vez.

La tercera punzada en su sien fue suficiente para que Spreen entendiera que no debía seguir atormentándose con eso. Mañana hablaría con Carrera como si la pequeña pelea nunca hubiera pasado y no tocaría el tema de nuevo, además ignoraría los sentimientos que las palabras del castaño habían provocado en él.

No le gustaba ser sentimental y prefería ignorar esas sensaciones hasta que se olvidara de que las había experimentado en primer lugar.

Era Spreen Dmc, el jefe de Tortillanews, y no tenía tiempo para cursilerías como esas.

[♡]

Las luces brillantes de los autos, casas y faroles iluminaban la noche de esa fría ciudad, y el chico de cabellos negros caminaba a su casa siempre mirando fijamente a su alrededor en busca de algo nuevo o algo sorprendente para poner en su revista, pero como siempre, no encontró nada.

"¿Un hechicero?"

"Hechicero supremo."

Spreen detuvo su caminata cuando escuchó esa tonta palabra; hechicero. Pensó de inmediato: "¿Qué idiota sigue creyendo en eso? ¿Tienen tres años o qué?"

𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣Where stories live. Discover now