| 𝐁𝐄𝐋𝐋𝐄𝐙𝐀 𝐘 𝐁𝐑𝐔𝐓𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃 | Jasper Hale

𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 7

—Creo que es hora de entrar.

—Faltan 20 minutos Rosalie— Contradijo Alice cruzándose se de brazos, quería esperar un poco más.

—Sí, pero se llenará de humanos y de por sí odio tenerlos cerca, prefiero escoger mi asiento ahora, que las aulas están vacías.

—Ni que hubieran tantos estudiantes, medio salón estará vacío, tu argumento no es válido, mujer. — Le respondió la más baja y río al ver la cara molesta de su hermana.

Y le agradeció con la mirada por hacer más tiempo, la rubia solo miro a su mellizo adoptivo quien parecía impaciente mirando a la nada y asintió refunfuñando a la pelinegra

Jasper estaba tenso, lograba captar cada emoción, y distinguir las genuinas de las falsas, volteo mirando sospechoso a cierta vampira.

— ¿Qué sabes Alice?

—Nada.

— ¿A qué refieres con nada? ¿No quieres decirme?

—Me refiero a que no puedo ver nada.

— ¿Cómo? —Se metió la rubia alarmada

—Sí, yo...No puedo ver nada relacionado con... — Se calló al escuchar el fuerte sonido de una canción, "¿Qué canción es esa?" Pensó mientras aparecía un gran Jeep Negro, sin duda era lindo y llamativo, no era típico de un pueblo como en el que estaban.

Rosalie no puedo evitar pensar que el dueño tenía un gusto decente en carros, y es que vaya que era llamativo y sofisticado.

Sin embargo, para la mala suerte de todos, nadie bajó del vehículo,  logrando acrecentar las ansias. El volumen de la música seguía bastante alto

Bella se había acercado a Alice al verla tan curiosa, comentó :

—Jade y sus canciones, iré a saludarla y decirle que baje el volumen. — Dijo Bella divertida, sabía que los vampiros oían demasiado fuerte la canción, literalmente podían oír hasta un mosquito por lo que escuchan a la chica cantando desde el vehículo como también moviéndose, para según sus sentidos recostarse en el respaldar de uno de los asientos.

—Pero que letra más...sugestiva.

Susurró Alice, mientras Emmett soltaba una carcajada soltando comentarios pícaros que hubiesen incomodado a Jasper, si le hubiese prestado atención.

Todos hacían sus ideas y pensamientos sobre quién se hallaba ahí pero Jasper estaba piedra. Edward lo miró. Estaba Helado, estático, algo había entrado en su campo magnético, una fragancia exquisita, era refrescante, algo dulzona cómo menta y lavanda.

A medida que lo olía su cuerpo se relajaba, pero a la vez sentía que su pecho explotaría, aunque no hubiera siquiera un solo latido, sentía unas ansias de acercarse al vehículo y no podía hacerlo. Sentía la ponzoña palpitar nublando sus sentidos.

—Jasper...

Dijo el lector de mentes, alarmando a los demás al verlo como un gato cando lo mojan, tenso y con los pies plantado en el asfalto, oyeron como el cementó crujió bajo sus pies, estaba presionando mucho.

—No tengo sed.

Dijo para calmarlo y es que era cierto, no tenía sed, era algo más...

Edward lo notó, él no quería ir para saciarse, quería ir, porque lo llamaba, estar en mente también lo llamó a él y no podía creer como tenía el auto control para resistirse a aquello.

— ¿Cómo puedes resistirlo? Tu mente me hace querer...

El brazo de Edward sonó cual hielo rompiéndose cuando Jasper lo sostuvo fuertemente. Un crugido que asustó a los vampiros.