ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 2

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       𝕬nnabelle Swan era una mujer vivaz, a pesar de tener una mente muy cerrada como su hermano, ademas de intrépida y escéptica, muy escéptica. Razón por la cual le costó creer que el hombre del que se había enamorado en su juventud era parte de un mundo sobrenatural, uno que no creía que existía. Su en ese entonces futuro esposo, era un brujo.

Christian Kyteler, un hombre mestizo de rasgos asiaticos, descendiente del aquelarre Kyteler, quien no era un brujo ordinario. Su linaje era conocido por ser hechiceros muy poderosos, algunos bastante malévolos según antiguas leyendas.

Es bien sabido que un gran poder conlleva a una gran responsabilidad y riegos, pero cargar con magia y su apellido, solo aumentaba este. Es por esto que al enterarse que su hija había heredado su magia, trató de enseñarle todo lo que sabía sobre su mundo, leyendas, libros, y hechizos, muchos hechizos de ataque y protección. Pues tenía muy en claro que no viviría lo suficiente para protegerla y esperaba que su hija no corriera con su mismo destino.

Pero los intentos no fueron suficientes, mucho menos lo fueron los años viviendo en paz con su pequeña familia, pues los problemas llegaron.

Las dificultades empezaron cuando los vampiros se tomaron la ciudad en la que vivían, los brujos fueron oprimidos, exterminados y hasta torturados para hacer conjuros al benefició de las criaturas de la noche. Tenían prohibido hacer magia a menos que sea para él, para el líder.

El vampiro que había tomado la ciudad debía permitirlo, pero no se trataba más que de una falacia, pues las brujas descubiertas eran aniquiladas por este mismo y sus seguidores.

Cuando los señores Kyteler se vieron arrinconados con el temor que descubrieran a sus hijos, optaron por salir de la ciudad, así no los reconocerían. Al menos no a el primero, ya que era buscado por vampiros, lobos y brujas.

Aprovencharon el viajar para esconder armas y buscar un lugar para poder irse con sus hijos y tratar de vivir en paz.

Christian no era un santo, tampoco es que andara en truculencias, pero sí estuvo involucrado con gente peligrosa y solo por ese hecho ganó bastantes enemigos. Ayudar a la familia original con un par de hechizos había terminado por cerrar su sentencia y colocar una soga a su cuello.

Lo único en lo que podía pedir, era que no dañaran a sus hijos.

Jade, su hija mayor, era una pequeña encantadoramente desafiante, había sacado la intrepidez y mente cerrada de su madre, y la sagacidad con la astucia de su padre. Sin embargo, su potencial se vio desde mucho antes que si quiera ella se diera cuenta, desde bebé aliviando inconscientemente leves sintomas de algún resfriado que sus padres hayan tomado, al prender velas espontáneamente, pero lo que marcó un antes y después fue lo que hizo una tarde en una caminata por el bosque...

𝐅𝐥𝐚𝐬𝐡𝐛𝐚𝐜𝐤

Se trataba de una usual salida al arbolado

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Se trataba de una usual salida al arbolado.

Había soltado la mano de su padre adelantándose un poco observando los árboles, admirando el panorama, hasta que el sonido de algo moviéndose con las ramas la asustó y cuando se dio cuenta de donde venia, pudo ver que se trataba de un animal lastimado, sin poder evitarlo se acercó como acto de impulso a ayudar a aquel asustadizo ciervo tratando de no asustarlo.

El adulto trató de detenerla, pero la menor de en ese entonces 5 años puso sus manos sobre el animal y tras cerrar sus ojos y ceñir su ceño concentrada se puedo ver como el animal a los pocos segundos ya no tenía herida y corría lejos de ellos.

Mientras el hombre observaba como su hija no había solo sanado al animal, pues el venado estaba moviéndose por espasmos dando a ver su falla, faltaban segundos para que su corazón dejará de latir. Pues el hombre había visto qué la herida de aquel ciervo eran un desgarre muy conocido para el, solo un vampiro haría tal desgarre, pues si veías bien y conocías a aquellos seres, se veían leves marcas de unos dientes muy filosos, marcas que fácilmente los humanos podrían confundir por un oso.

Pero no era así.

Un vampiro bebió de ese animal, por lo mismo tomó a su hija y desesperado le llevó a casa, pues aquella criatura de la noche probablemente seguía allí.

𝐅𝐢𝐧 𝐟𝐥𝐚𝐬𝐡𝐛𝐚𝐜𝐤


Fue ahí cuando su padre preocupado creo el hechizo de las joyas Kyteler, se trataba de joyas que pasarían desapercibidas, una cadena delgada, un anillo sencillo, aretes, tobilleras, joyas con piedras que fueran capaces de contener sus poderes.

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Una piedra capaz de cubrir o atenuar su aroma e influencia magica ante los demás para poder pasar desapercibido, un protector que te avise cuando estés en peligro o frente a un ser sobrenatural, encapsulando y reteniendo parte del poder del portador.

Además de esconder en lugares estratégicos utensilios de brujería que les podrían ser útiles en algún momento, ocultó los grimorios de la familia.

Todo lo que creía que necesitaría y lo que no, todo lo que los Kyteler tenían estaba oculto y escrito en los únicos 3 grimorios hechos por Christian, los cuales había guardado para sus descendientes.

Y había llegado la hora de que ellos vieran que hacer, con sus vidas y su destino, pues el ya no formaría parte de ellos, y lo sabía...siempre lo supo.

"Por favor, sean fuertes"  fue el último pensamiento que el hombre tuvo antes de ver solo oscuridad.



 | 𝐁𝐄𝐋𝐋𝐄𝐙𝐀 𝐘 𝐁𝐑𝐔𝐓𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃 | Jasper HaleWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu