Déjame Salvarte [Jay Halstead x TN]

IX

Dos semanas más tarde...

___ Lang 

Llevaba dos semanas de baja, es la primera vez en años que tengo ganas de ir a trabajar. Extraño a mis compañeros, atender a los pacientes y enterarme de los cotilleos, lo malo de todo esto es que hoy es mi último día de baja y que ya no estaré más seguido con Jay.

Durante estas semanas, Jay iba a trabajar y volvía a mi casa para saber si estaba bien, todas esas noches dormimos juntos. No os lo voy a negar, tuvo pesadillas pero lo ayudé a tranquilizarlo y que volviera a dormir. 

Ahora me encontraba preparando las cosas para mañana, estaba nerviosa. Seguí preparando y después de eso, me dispuse a ordenar mi armario, que era una montaña de ropa. Una hora y media más tarde terminé, me acosté en la cama pero adivinar, alguien tocaba el timbre.

-Voyy- dije lo más alto posible 

Bajé corriendo las escaleras y abrí, era Jay. Lo recibí con un beso en los labios y un gran abrazo.

-¿No ibas a venir más tarde?-le pregunté

-Me he escapado de Voight-me dijo

-Vaya, que chico más malo-le dije dándole un puñetazo en el pecho, a modo de broma

-Te tengo una sorpresa, vístete elegante-me dijo, a lo que le miré de arriba a abajo, iba en traje. No me había fijado

-Pero si vas en traje madre mía, vale voy a cambiarme-le dije dándole un pequeño beso

Subí arriba y abrí el armario de mi habitación, menos mal que lo había ordenado, opté por un vestido, una chaqueta a conjunto con el vestido y unas medias de pelo, porque estábamos en diciembre, me maquillé lo mejor que pude y me peiné, solamente me lo alisé un poco. Después de todo esto, bajé.

-Pero que ven mis ojos-dijo Jay mientras bajaba las escaleras

-Lo mismo puedo decir, Halstead-le miré- ¿A dónde vamos?-le pregunté

-Es sorpresa-me comentó riendo

-Vaya vaya-dije riendo

-Venga vámonos-me dijo cogiendo mi mano suavemente

Cogí mi bolso y cerré mi casa, me monté en el coche de Jay y arrancó hacia el lugar sorpresa. Cuando paró el coche, Jay me dijo que cerrara los ojos, así que le hice caso.

-Vale, no los abras aún, te va encantar- dijo Halstead

-¿Ya?-le pregunté

-3..., 2..., 1...

-¡Madre mía Jay!- le abracé mientras lloraba de la emoción

-Es aquel restaurante que me comentaste, que te gustaba venir con tu padre. Lo siento por venir temprano pero te esperan más sorpresas -me dijo recordándome a mí con mi padre, de pequeña.

-Es demasiado caro, no hacía falta que hicieras esto. Gracias y no pasa nada-le dije dándole un beso intenso

-Venga vamos a cenar algo- le cogí su mano y la enlazamos

Entramos dentro del local lujoso y estaba como lo había recordado. Sigue todo igual, todo esto me hizo sonreír demasiado. Fuimos a nuestra mesa reservada y pedimos de cenar.

Jay pidió salmón a la plancha con patatas y yo me pedí un plato de pasta con albóndigas. Para beber, bebimos vino tinto. Estuvimos hablando de un montón de cosas, sobre los recuerdos que tenía de este lugar, nuestras infancias, la vida de Jay, de nuestra relación, etc...

-¿Cuántas sorpresas me tienes?-le pregunté

-Te tengo muchas-me sonrió

-Uy, que ganas- le dije contenta