Dalla levanto vuelo poco antes de tocar el agua, realmente era increíble volar como un dragón.

-Como puedes saltar de un barranco así nomas-dije algo asustado por la caída de hace poco.

-No temo caer desde alturas inimaginables-dijo mientras volaba entre las nubes cada vez mas alto-porque confió en que mis fuertes alas me levantaran en vuelo por encima de las nubes. Eso lo decía mi abuelo cada vez que me llevaba a volar junto con mi hermanos.

-Desearía ser un raquira como tu-le dije mientras se alejaba cada vez mas de la tierra.

-Es una locura-respondió ella riendo-yo desearía ser como tu, ya sabes sin las enormes alas. Una chica como las de tu aldea.

Después de un rato volando regresamos al mismo lugar de donde partimos para poder seguir hablando. Al fin reuní el valor suficiente para preguntarle sobre de donde venia y de su gente, en especial de su gente.

-¿Como son los raquiras?-pregunte ansioso-son como tu o hay diferentes tipos de raquiras.

-Son...somos...-se corrigió a si misma-bueno...todos los raquiras tienen alas, aunque solo los guerreros tienen cola, dicen que eso los ayuda a pelear o algo parecido.

-Tu no tienes cola-dije algo dudoso-o si.

-Claro que no-dijo entre risas-solo tengo alas sobre mi espalda.....y....algunas escamas en las manos.

"Lo sabia" dije para mis adentros cuando me hablo de sus manos.

-Odio las escamas-dijo quitándose los guantes hasta las manos, para mostrarme sus escamas-por eso uso guantes, para ocultarlas. Haría lo mismo con mis las alas pero es imposible son enormes.

-Si yo fuera como tu-dije lleno de orgullo-no me ocultaría, aunque tuviera el cuerpo cubierto de escamas y tuviera que arrastrar una cola de dragón y unas alas tan grandes que al caminar las arrastrará nunca pensaría en ocultarme.

Al escucharme decir eso Dalla se abalanzo sobre mi y me abrazo, le devolví el abrazo como si supiera que ella lo necesitaba, de la nada Dalla empezó a llorar en mi hombro.

-Hipo-dijo secándose las lágrimas de los ojos-como me recuerdas a mi hermano, no sabes lo mucho que lo extraño.

Me sentí muy extraño teniendo a una chica como ella llorando en mi hombro, debía hacer algo para calmarla, pero que podía hacer. Intente calmarla haciéndola sentir mejor.

-Tu hermano debe estar muy orgulloso de ti-le dije secando las lágrimas de sus mejillas-estoy seguro de que el estaría muy orgulloso de ver en la bella raquira en la que te has convertido.

-Gracias Hipo-dijo levantando la cabeza y secándose las lágrimas ella misma-sabes muy bien como hacer sentir bien a una chica-cuando termino de hablar me dio un beso en la mejilla, no pude evitar sonrojarme al sentir sus labios en mi piel.

-Cambiando de tema,-dije intentando evitar que ella se diera cuenta de que me sonroje-¿De donde vienes?

-Vengo de una lista al suroeste de aquí-respondió señalando al suroeste y haciendo una corta pausa para después hacer una pregunta importante-¿Exactamente donde es "aquí"?

-Estas en la isla de Berk-respondí-se que te capturaron los dragones y después....paso esto. ¿Pero a donde ibas?

-Me dirigía a una isla al norte de aquí donde se supone hay una aldea de raquidias-respondió señalando al norte.

-¿Para que ibas a esa supuesta isla? Y porque supuesta, sabes que existe o no estas segura-dije expresando mis dudas, aunque por la forma en que me  miro dejo muy en claro que realmente no estaba muy segura de si existía o no.

Dalla

"Para que voy a esa isla, pues por que escape de casa y buscaba refugio es esa aldea. Es mejor mentir a que sepa la verdad." pensé.

-Es una tradición de mi pueblo-mentí algo dudosa, pero luego mas segura dije-cuando llegas a cierta edad debes hacer un viaje muy largo para demostrar que eres mayor.

-Ah-dijo creyendo mi mentira-cuanto duran esos viajes.

-Depende de cada persona-dije cada vez mas segura de mi mentira-llevo al menos dos meces de viaje.

Mi mentira era cada vez mas grande, en realidad si habían pasado dos meces desde que escape, pero hace una semana pase por donde estaba mi aldea.

No quería seguir hablando de eso, necesitaba cambiar de tema lo mas rápido posible.

-Ya esta anocheciendo- dije viendo como caía el sol-debo llevarte con los demás antes de que se haga de noche, todos estarán preocupados buscando te.

-Tienes razon-dijo agachando la cabeza, en ese momento sentí como si algo estuviera mal, no quería verlo así, pero tampoco podía quedarme- pero promete me que volverás a visitarme algún día.

-Lo prometo-dije abrasándolo con alegría-tu promete me que nunca cambiarás.

Después de hacer que lo prometiera me di la vuelta para que se sujetara de mi y poder levantarlo en vuelo y llevarlo de regreso a la arena donde lo "rapte".

-Recuerda rodar al tocar el piso-le recomendé mientras nos acercábamos a la arena.

A unos tres metros del piso lo solté, estaba realmente preocupada de la forma en que pudiera rodar o no hacerlo. Todo salio muy bien, supo como rodar y al levantarse y sacudirse el polvo me despidió sacudiendo su mano.

Para despedirme de el gire en el aire escupiendo fuego formando un espiral de fuego alrededor de mi cuerpo; mi hermano me enseño esa maniobra como una estrategia de defensa, aunque para mi era un espectáculo muy hermoso de ver.

Me aleje volando hacia el norte sin mirar atrás cuando por tercera vez me encontré atrapada entre las garras de un Pesadilla Monstruosa que me regresaba de nuevo a la arena. "Como pude ser tan tonta" pensaba mientras intentaba soltarme del agarre de ese temible dragón.

Podía ver la arena, estaba segura de que si me encerraban de nuevo Hipo me ayudaría a escapar, pero prefería no tentar al destino confiandome demasiado en la forma en que Hipo pudiera actuar al verme en una jaula otra vez.

Cuando llegamos al lugar el dragón me lanzo desde el aire haciéndome rodar dentro de la arena donde me encontré de nuevo con el Nadder Mortal azul de antes, que me atrapo entre sus garras y el piso, tuve suerte de que no perforara mis alas.

Media sangre de dragon (HipoxDalla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora