No eres el enemigo

1.3K 94 6
                                    

Hipo

Tenia muchas dudas sobre ella, desde que la escuche hablar no podía dejar de pensar en las alas sobre su espalda y en el hecho de que era en parte dragón, tampoco podía dejar de pensar en su especie, donde esta el "nido" de los raquiras, cuantos mas hay como ella, como son sus costumbres, que tan dragones o que tan humanos son en realidad.

Preguntas como estas me rondaban por la mente pero no podía preguntarle todo de una vez, lo mejor era empezar por lo primero. Me acerque a ella y me senté a su lado recargado en el mismo tronco que ella y me llene de valor para empezar a hacer las preguntas que tanto deseaba hacer.  

-¿Cual es tu nombre?-fue la primera de muchas preguntas que planeaba hacerle.

-Mi nombre es Dalla-respondió ella volteando a verme, era muy linda-Dalla Valencico II.

-Me llamo Hipo Horrendo Abadejo III, es un placer conocerte Dalla-dije estrechando su mano amistosamente.

Fue cuando me di cuenta de que llevaba guantes largos hasta los codos, Berk es frío pero los guantes no son realmente necesarios, tal vez los use para ocultar que tiene escamas en las manos, "No puedo preguntarle así nada mas sobre sus posibles manos escamosas, además no creo que me responda" pensé buscando otro tema para preguntar sobre ella.

-Tienes un lindo nombre, que significa-dije intentando hacerme su amigo, aunque creo que fue algo brusca mi pregunta ya que me miro extrañada-me refiero a que es una tradición vikinga llamar al mas pequeño un Hipo, pero nunca había escuchado de una Dalla.

-Llevó el nombre de Dalla en honor a mi abuela-dijo casi en un susurro-ella...murió poco después de que nací, nunca pude conocerla...pero todos dicen que Dalla Valencico I era un verdadero ejemplo a seguir. Las antiguas creencias dicen que ella me cuidara el resto de mi vida por llevar su nombre y portarlo con orgullo.

-Lo siento-me disculpe agachando la cabeza-yo no sabia, lamento lo de tu abuela...yo...tampoco conocí a mi madre.

-No tienes por que disculparte-dijo poniendo una mano en mi mejilla para que la mirara de frente, me perdí en sus bellos ojos verdes por un momento-ni tu ni yo podríamos haber echo algo, la vida tomo su curso, lo único que podemos hacer es aceptarlo.

No podía creer que nos entendiéramos tan bien, era como si estuviéramos destinados a encontrarnos. Ya habíamos charlado de todo tipo de cosas, le hable de como había domesticado a Chimuelo y de cómo habíamos derrotado al Muerte Roja, incluso le hable de mi pierna de metal, la cual le llamo mucho la atención. Después de explicarle como funcionaba y como controlaba la cola de Chimuelo con ella dijo con voz suave.

-Debe ser muy difícil tener que controlar el vuelo de un dragón, como puedes hacerlo.

-En realidad-dije- Chimuelo y yo hemos aprendió a confiar el uno en el otro y hasta podemos entendernos.

Ya le había contado mucho sobre mi y los dragones pero realmente no sabia casi nada de ella, aun no lograba ganarme su confianza, no podía preguntarle sobre su familia y su gente, debía ser algo mas sutil. Decidí hacerle una pregunta que había tenido desde que empecé a volar sobre Chimuelo.

-¿Que se siente volar como un dragón?- creo que mi pregunta le extraño porque volteo a verme con esos hermosos ojos  verdes que tenia, se levanto sonriendo mientras tomaba mi mano y dijo.

-Es una sensación increíble de libertad y fuerza-dijo caminando al filo del barranco por donde caímos antes-pero no tienes que creerme, puedo mostrarte.

-Mostrarme-dije caminando tras ella-como piensas hace.....

Ni siquiera me dejo terminar de hablar porque salto por el barranco llevándome con ella. Juro que creí que moriría mientras caiamos uno frente al otro hacia las poco profundas aguas del río. Se dio vuelta dándome la espalda y me dijo que me sostuviera de su cuello, aunque era un poco incomodo lo hice.

Media sangre de dragon (HipoxDalla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora