17. Provocar al orgulloso

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Feliz noche de gays spookys.

Prepárense para la explicación que Izan nos debía.

¿De qué se van a disfrazar en Halloween? Si no lo harán, ¿de qué lo harían si así fuera?

¿De qué se van a disfrazar en Halloween? Si no lo harán, ¿de qué lo harían si así fuera?

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꒷🌹꒷

Capítulo 17

"Provocar al orgulloso"

IZAN

Su primer impulso fue dar un paso al frente, pero el agarre de Wanda en su brazo lo detuvo. La figura de Samael se había alejado junto a la de Zeth, ese doctor risueño que había insistido en que el hijo del director debía regresar a otro par de revisiones a la enfermería. Lo que ahora a él le parecía más una excusa para reunirse con Samael.

Estaba mal en todos los aspectos. Incluso Sanem debió pensarlo, puesto que la hermosa mujer permaneció con la mirada fija en la puerta por la que el par de chicos acababa de salir.

—Hablaremos en casa, Izan —dijo su madre, le sonrió y le dio un apretón en el hombro antes de irse, pero no se despidió de Wanda, ni si quiera los miró.

La comprendía, él no le había dicho que lo que sea que tenía con Samael se había terminado, y no es que hubieran roto un compromiso o un matrimonio; Sanem se mostró complacida con la idea de que él compartiera con ellos el hecho de que le gustaban los chicos.

Aunque, si lo pensaba mejor, no es que le gustaran los chicos, le gustaba Samael, y se sentía atraído por esa aura imponente que emanaba de un cuerpo tan pequeño y delicado.

—No te conviene aclararle nada —habló la voz de Wanda a su lado. La peliblanca apartó el agarre que mantenía en su brazo.

Ambos quedaron solos, el salón en el que estaban sería algo como un lobby en el hotel. Él se sorprendió cuando los Zebell le dijeron que irían a un evento esa noche, y aún más al saber que se trataba de uno organizado por los padres de Gideon, el mejor amigo de Samael, lo que significaba que éste estaría presente.

Wanda le había llamado un par de horas después para proponer que asistiera juntos, en los últimos días había hecho buenas migas con ella. Era sencillo dejar que ella dirigiera la conversación cada vez, él solo tenía que limitarse a asentir, sonreír o responder si era necesario.

A diferencia de cuando salió con Samael, el castaño lo instaba a que él preguntara y tomara la iniciativa casi siempre. Lo que no le suponía un esfuerzo, pero estando con Wanda podía evitarlo.

—Piensa que estamos juntos —respondió él. La chica se sentó en uno de los sofás y palmeó el lugar a su lado.

—No le debes explicaciones —dijo ella—. Ya no están juntos, Izan.

—Tal vez me apresuré —confesó. Lo había pensado apenas vio a Samael salir del salón de artes.

No dejó nunca de pensar en la imagen del castaño al verlo a él entrar, cómo sus pupilas se habían dilatado y sus mejillas se encendieron. Estaba alterado por la discusión con Micah y él solo llegó con más reclamos, sin saber nada, pero con demasiadas cosas en la cabeza.

Sangre puraWhere stories live. Discover now