Capítulo 37

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I like to blame it all on life, maybe we just weren't right. So close to being in love.

-¡____! ¿Te encuentras bien?.

Algo extraño pasaba en mi, quería hablar, gritar pero no podía pronunciar ni una sola palabra. El dolor era tan fuerte que hasta me gustaba. Mis cinco sentidos estaban al máximo como jamas habían estado. Sentía mi sangre correr por mis venas en cada parte de mi cuerpo y mis pupilas dilatadas.

De pronto sentí como algo corría por mi oído izquierdo. La voz de Rubius me atormentaba, el dolor de cabeza volvió de golpe al igual que el mareo.

-¡Mierda!.

-¿Qué es lo que sucede?.

-Tu oreja, está sangrando.

Toqué mi oído y tenia razón, estaba sangrando. Un hilo de sangre corría por mi oreja llegando a mi cuello, manchando mi ropa.

-Debemos ir al hospital.

-No, estoy bien, no es nada- dije limpiándome.

-¿Estás loca? Podría ser grave, ¡tu oreja sangra!.

-Llévame a casa, quiero estar allí.

-Pero que diablos sucede contigo, podría pasarte algo. Debemos ir al puto hospital.

-¡Que no! ¡Llévame a casa de una jodida vez!.

-Como digas- dijo sin ninguna expresión en su rostro.

Giró el auto en dirección hacia casa, el dolor de cabeza se hacia cada vez más fuerte y mi vista se nublada en contadas ocaciones.

Llegamos a la calle que conducía hasta mi asqueroso barrio. Era tarde y las chicas salían a "hacer su trabajo" en las esquinas, como todas las noches. Los drogadictos reunidos en los callejones oscuros, los indigentes durmiendo en el suelo de la fría calle.

-Gracias por la no cena.

-No se que sucede contigo, te ves... distinta.

-Nada sucede conmigo. Nos vemos en el robo- Me alejé del auto unos 5 metros hasta que escuche la voz de Rubius.

-Sabes, si necesitas mi ayuda podría quedarme contigo hasta que te sientas mejor.

-No, gracias Quiero estar sola.

Mi último recuerdo fue ver la foto de mi familia un día en el lago, junto con mi navaja de la suerte en la mesa de noche. Debía descansar después de un día tan raro.

-No por favor.

-¿Tuviste piedad con mi familia?

-Por favor, te lo ruego.

-No, dí tus últimas palabras Doblas.

-Te amo ____.

De pronto desperté del sueño, asustada, exsaltada. Mi cuerpo estaba cubierto de sudor y la luz de la luna se reflejaba en la pequeña ventana de mi cuarto. Tome mi teléfono y miré la hora "03:45 am". Me senté en la orilla de mi cama mirando mis descalzos pies, hasta que fui por un vaso de agua. Cambie mi mojado pijama y me recoste en la cama.

-¿Qué diablos fue lo que soñé?. Concentrate estúpida.

El silencio consumio mi sueño quedandome dormida hasta que el despertador sonó a las 06:30 am. Mierda, puto despertador.

Esa mañana entrené hasta que se hizo el medio día. El teléfono sonaba pero no lo antendia. Necesitaba de la ayuda de Katherine para entrenar mejor pero ella no debia saber sobre el robo asi que hice lo mejor que pude.
Me recorté en el húmedo suelo del jardín de mi casa, un árbol en la esquina izquierda y plantas de distintos colores conformaban mi pequeño pero cálido jardín. Puse un poco de música para distraer mi mente. Obseve el celeste y despejado cielo, las nubes se deformaban a medida que se alejaban. Los intensos rayos de sol quemaban mi piel pero eso me mantenia caliente.

De a poco me iba quedando dormida, hasta que sentí que alguien tocaba mi brazo despertandome.

-Mierda- dije cuando me desperte asustada.

-Despierta.

-¿Cómo diablos entraste?.

-Por favor, soy el Rubius, entrar a tu casa es más fácil que jugar un video juego.

-¿Qué haces aquí?.

-Debemos entrenar.

Al cabo de una hora me encontre a mi misma entrenando en el jardín de su mansión. Primero con Luzu, lo vencí, luego con Cheeto, lo vencí, Mangel, lo vencí. Vegetta, lo vencí y así fue con todos sus amigos hasta llegar a Mario.

Tuvimos una fuerte pelea de idas y vueltas, golpes y cortes. Hasta que por fin luego de estar varios minutos tratando de encontrar su punto debil, lo vencí, pero no lo suficientr para dejarme en paz.

-Dejame ganar- dije en el oido de Mario cuando lo tiré en el suelo mientras quedaron nuestras miradas fijas.

-Es suficiente- dijo Rubius cruzado de brazos.

Después de un par de horas más enbsu masión me llevo a casa otra vez.

-Por favor, recuerda todo lo que dijr y cada paso que debes realizar.

-Lo recuerdo- dije abriendo la puerta de su costoso auto blindado.

-_____- dijo antes de que bajara.

-¿Sí?.

Lo único que pude ver fueron sus ojos miel y sus tibios labios sobre los mios. Ese beso era diferente, pero exquisito. Rubius sabia como besar, pero yo no sentia nada hacia él, debia cumplir mi misión.

-Te extrañaré ____.

Traducción de la frase de inicio: Me gusta echarle la culpa de todo a la vida, tal vez simplemente no encajamos. Tan cerca de estar enamorado.

Enamorada de mi enemigo [Rubius y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora