Capítulo 29

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Hello? Hello? Anybody out there? Cause I don't hear any sound. Alone, alone, I don't really know where the word is but I miss it now.

Dormi varias horas, muchisimas horas y aún sentia lo cansado y degastado que estaba mi cuerpo. Miré mi muñera, en la blanca gasa habia una pequeña macha de sangre, nada grave.

Se senté al borde de la cama, con los pies en el piso rodeados de vidrios, traté de evitarlos para no cortarme, lo cual fue difícil.

Levante mi vista de mis descalzos pies y pude observar que en mi mesa de noche se encontraba mi navaja, exactamente en el mismo lugar donde Rubén la dejó. La tomé para observarla mejor.

En el mango de la navaja habia una pequeña insignia, nunca supe que era, ni que significaba. Solo sabia que mi abuelo la hizo, se la heredó a mi padre y mi padre a mi.

-Mi abuelo a mi padre, mi padre a mi- dije en voz alta pensando.

¿Por qué mi abuelo creo una navaja? ¿Cómo sabia crearla? ¿Por qué fue una herencia?.

Sabía muy poco de mi abuelo, aún que lo adoraba, era un hombre amable pero misterioso. Silencioso pero divertido. Y una de los cosas más raras de él, era que pertenecia a una extraña y misteriosa asociación. Nadie sabia de ello, solo mi padre y yo, era nuestro "pequeño secreto".

-No... no... ¡no por favor!- grité rompiendo en llanto.

-¡Mierda! ¡Mierda! ¿¡Por qué a mi!?.

Fue ahí cuando me di cuenta que la extraña asociación a la que mi abuelo pertenecia era en donde yo trabaja, matando gente.
El raro secreto que compartiamos los tres era ese, el que mi padre evitó que yo me uniera, al que Antony me metió adentro a la fuerza.

Sabia que  mi padre y mi abuelo compartian un tatuaje. Así que evitando los vidrios, rebusque entre las viejas fotos familiares que tenia guardadas en un antigüo ropero y encontré una foto que romperia mi ser aún más.

Mi abuelo y mi padre, abrazados, como padre e hijo en un soleado y perfecto día en la casa de campo de mi abuelo, los dos con sus pequeños tatuajes en sus antebrazos. El mismo simbolo que se encontraba en la navaja.

Así confirme, que yo era parte de su creación, de sus misterios, de sus asesinatos, ellos me criaron para ser una asesina y eso nunca cambiaria.

Nada tenia sentido en mi vida, definitavamente nada. Solo queria renacer en otra familia, en otro cuerpo, tener otra vida. Pero... era mi destino, mi destino era ser una pequeña asesina, una hija de puta, una mujer sin piedad. Pero en mi si habia piedad, tenia ese trabajo para... para sobrevivir.

Depronto el telefono sonó sacandome de mis pensamientos. Lo tomé sin ver quien llamada y respondi.

-Hola nena.

Mi corazón se paró, mis ojos abiertos como platos estaban y mi sangre ardia de la rabia.

-Hola Antony.

-No se mucho sobre tí estos últimos días. Debemos hablar.

-No hay mucho de que hablar. Estoy ocupada tratando de matar a Rubius.

-Bien, me parece perfecto, sigue así. Pero debes venir a mi despacho a buscar el dinero de todas las últimas misiones que hiciste.

-Esta bien. Mañana por la tarde estaré allí.

-Excelente nena.

Mis ojos se cegaron por la contensión de lagrimas acumuladas, por fin cuando finalizó la llamada pude romper en llanto. No sabia porque queria que matar su propio hijo. ¿Quién quería a su propio hijo muerto?...Cierto, Antony lo queria.

Algo en mi lo impedia, pero sabia que si no lo mataba, yo moriria, aunque ya no tenia nada que perder. Ya nada me importaba.

Me vestí con un buso gris, un jean negro apretado y mi campera jean negra. Sabia que jean con jean no era la mejor combinacion pero no me importó. Amaba ese buso, mi madre me lo regaló hace algunos años atrás. Lo que más me gustaba era lo abrigado que era y que tenia capucha.

Salí a caminar con la capucha puesta, necesitaba aire fresco aún que queme mi cara. Sin mi navaja de la suerte, sin mis cuchillos, nada. Me sentia algo descubierta, desprotegida. Caminé un par de horas hasta entrar en calor.

Caminé, caminé y caminé hasta llegar a un pequeño lago. Ese mismo lago que visitamos con mis padres y mi hermana el día del accidente. Me senté en la orilla a complemplarlo.

Depronto sentí una mano posada en mi hombro lo que hizo que me sobresaltara.

-Lo siento, no quise asustarte.

-¿Qué haces aquí?.

-Te seguí.

Era Rubén, con un gran explandor.Miré hacia atrás de él, un gran auto negro sobresalia sobre el lugar. Parecia caro y nuevo. Me hizo recordar los autos que mi padre coleccionaba.

-Lindo auto.

-Gracias. Lo compré hace un par de meses.

-¿Tú? ¿Comprando cosas?- dije irónica.

-Muy chistosa. Y si, lo compré.

Hablamos sobre algunas cosas, cosas de su vida, cosas sobre mi vida.

-Sabes, desde la primera vez que te vi, supe que no eras de "por acá". Siempre me pregunté de donde provenias.

-No nací aquí, no vivia aquí. Solo vine de vacaciones- dije con la mirada perdida.

Y le conte. Le conté que el día del accidente vine a unas pequeñas vacaciones, ese día cambio toda mi vida, haciendo que perdiera todas las riquesas, todas mis cosas, todo mi familia. Dejando mi vida normal en otro país.

-Mi padre vino aquí por negocios, supongo que esa "clase de negocios" con tu padre.

-Si, asi fue.

-Nunca supe el fin de esas vacaciones.

-Esa tarde... mi padre te... te iba a incluir en el negocio y... y tu 0adre se negó. Por eso me obligó a... ya sabes dijo con la voz entrecortada y con un hilo de voz.

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Traducción de la frase del inicio: Hola? Hola? Hay alguien hay afuera? Porque no escucho ningún sonido. Sola, sola, en realidad no se donde esta el mundo, pero lo extraño ahora.

Enamorada de mi enemigo [Rubius y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora