Capítulo 36

1.3K 80 7
                                    

All the voices in my mind. I feel the chemicals burn in my bloodstream.

-¿Qué es lo que pasa ahora Antony?.

-Necesito que vengas a mi oficina lo más pronto que puedas.

-En 20 minutos estaré allí.

Esa mañana hacia mucho frio, vestí con mis zapatillas negras, mi buzo gris favorito, un jean azul y una campera anti-lluvia celeste, tomé mi bolso, tapé mi rostro con la capucha del buzo y me dirigí a la "oficina de Antony".

-¿Qué es lo que necesitas?- pregunté cuando por fín llegué a la oficina. Me sentía rara, la cabeza me dolia y todo me daba vueltas. La oficina se veia distinta.

-Como sabes, Mario el amigo de Rubius, trabaja para mi ¿No es así?.

-Sí.

-Bien, quizas todo estoy te parezca confunso, siempre lo es. Pero de eso se trata ¿Me entiendes?.

-Sí.

-Bien, te contraté a ti para que mataras al Rubius ya que sería algo despiadado que Mario asesinara a su amigo, tan mala persona no lo soy ¿O sí?.

-No.

-Bien, en fín, decidí que tú debias asesinarlo, y así será, se que hace unos días dije que no lo haras, pero no tengo más tiempo ¿Está claro?.

-Sí.

-Bien, se que él asesinó a tu familia, y se que tú no estas cumpliendo con tu misión asi que, escucha con atención. Cortaras el cuello de Rubius cuando la misión del banco termine, esa misma noche ¿Entiendes?.

-Sí.

-Bien, excelente nena. Ya puedes retirarte- dijo chispiando sus dedos.

-Pero ¿Para qué me llamaste? ¿Qué es lo que necesitas?.

-Ya te lo dije nena, prónto recordaras.

Salí de su oficina, en su magnífico prostibulo para "gente con clase", el dolor de cabeza se hacia cada vez más intenso. Caminé sin rumbo alguno pero por alguna extraña razón llegue a casa.

-¿Qué fue lo que Antony dijo?- esa pregunta rondeaba mi mente pero no tenia respuestas para mi duda.

Tome una larga ducha con agua caliente tal y como me gustaba, esperando que los recuerdos volvieran a mi memoria pero no fue así. Después de un largo tiempo de pensar tomé las llaves de mi auto y conduje hasta el bar de Katherine.

-Primero dijo que lo matára, luego me dijo que no y ahora quiere que lo mate otra vez.

-Quiza quiere confundirte nena, asi es ese tipo de trabajo.

-Lo que aún no logro entender es porque quiere ver a su propio hijo muerto.

-No lo conoces, algún error debio haber cometido.

-Sí, matar a mi familia y tener lastima de mi después- dije irónica cosa que no le gustó a Katherine.

-No digas eso ____. Nunca permitas que tengan lastima de ti y menos mostrarles debilidad.

-Sí, tienes razón.

-Además... esa gente no tiene lastima por nadie.

Después de un par de horas en el bar de Katherine bebí mi último trago de cerveza y me dirigí a casa. Faltaba tan solo dos días para la "gran misión".

Llegue a mi asqueroso barrio, a mi asquerosa posiga, en mi asqueroso auto, me senté en el sofá con la mirada fija en el techo de la casa. Cerre mis ojos y recorde mi vida pasada. La hermosa masión en donde vivia, los autos de lujo de mi padre, mi ropa de marca, mi tecnología y principalmente a mi familia. Extrabaña todo eso.

Tocaron la puerta haciendome exsaltar y sacandome de mis lindos recuerdos.

-¿Qué haces aquí?.

Él no dijo nada, su mirada corrio de arriba hacia abajo por todo mi torso, solo sonrió de un costado haciendo que en su mejilla se formara un oyuelo.

-¿Qué?.

-Tienes una manera tan particular de vestir.

-¿Qué quieres Rubius?.

-Solo pasaba por aquí para verificar que no arruinaras mi misión.

-No lo haré.

-Okey, eso espero.

-¿Necesitas algo más?-dije irónica esperando un no.

-Sí.

-Dime.

-¿Quieres ir a cenar?. McDonals, yo invito.

Dude en responder pero al final acepté su invitación. Nada mejor que una cena gratis, además podria conocer sus "puntos débiles" para terminar la jodida misión.

El viaje fue silencioso, yo estaba concentrada en mis pensamientos y él en los suyos. Por momentos veia como su mirada estaba fija en el camino y como sus labios se movian como si hablara para sí mismo.

¿Qué tiene de malo mi ropa? No tengo que más vestir. Puto Rubius, siempre me he vestido así

Como toda mujer tengo inseguridades y más aún con el atuendo, pero no tenia dinero para un mejor vestuario. Ni siquiera él vestia bien, una remera roja con una mujer semidesnuda, una campera negra con bordes blancos, negros y rojos, un jean gris y esas zapatillas de todos colores.

-¿Qué tiene de malo mi ropa?.

Él solo me miró haciendo otra vez su sonrisa de costado.

-Nada, solo que ¿Nunca pensaste en usar más colores? Es muy aburrida, no lo sé.

No, me gusta mi ropa y los colores aburridos. ¿Tú nunca pensaste en usar menos colores?.

-Voy a pensarlo.

De pronto un doloroso chillido rosonó en mis oidos provocando un increible dolor de cabeza, mi vista se nublo por un momento. Mis manos rodeaban mis oidos, lo único que pude escuchar fue el eco de la voz de Rubius, distante.

-¡_____! ¿Te encuentras bien?.

Traducción de la frase de inicio: Todas las voces en mi mente. Siento las sustancias quemar en mi torrente sanguíneo.

Enamorada de mi enemigo [Rubius y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora