[9: Remedy & Confusion]

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Soobin estaba intranquilo, sumamente inquieto esa mañana -sin mencionar su noche en vela otorgada por el ardor en su nuevo corte y los diversos cuestionamientos en su cabeza- porque iba a entregar, junto a Yeonjun, todo el dinero a los sujetos del...

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Soobin estaba intranquilo, sumamente inquieto esa mañana -sin mencionar su noche en vela otorgada por el ardor en su nuevo corte y los diversos cuestionamientos en su cabeza- porque iba a entregar, junto a Yeonjun, todo el dinero a los sujetos del casino para saldar la deuda. Sin embargo, su estado no se acredita al miedo contra los matones a los que se enfrentarán; no, ellos sólo le provocan desprecio y repulsión. Su temor se debe a algo distinto:

El espejo en su mano estaba ocasionándole demasiada ansiedad al rememorarle su gran y serio conflicto, uno que acarrea desde hace poco más de un siglo. El problema es que está muy consciente de que, si da este paso al entregar el dinero, existe una gran posibilidad de que Yeonjun se marche con el resto, nada lo detendría, lo que implica que toda su oportunidad se iría a la borda... Pero también tiene claro que no sólo le afectaría por aquel tema, pues no le hace sentir agradable el saber que el impredecible rubio ya no estará a su alrededor.

No comprende del todo la razón, no es alguien que suela encariñarse fácil ni tan deprisa, pero él le estaba haciendo sentir tan bien, mejor que lo que se había sentido en demasiados años. Además, detesta experimentar el fracaso.

La única esperanza que le queda es el que el Choi mayor no se marche por compromiso, ya que, si bien no se lo iba a exigir, internamente esperaba que fuera de ese modo. Porque no iba a retractarse, no...

Odia más el que Yeonjun esté en peligro, en el fondo lo acepta, porque se le creaba un vacío que le aprisionaba el pecho al sencillamente imaginar que por no accionar a tiempo, algo pudiese sucederle.

–Ya está listo el hechizo. Una vez paguen la deuda, no lo molestarán más .

–Espero que así sea.

–Soy una gran hechicera, más fé en mi no te haría daño – pausa interesada al percatarse de la fijación del azabache en el objeto encantado –. ¿Te preocupa mucho?

–Más bien tengo una duda. ¿El hechizo sigue existiendo? – aprovecha de soltar sin más, confundiendo a la chica.

–Sí, continúa ahí – Lisa corrobora al haber sostenido el espejo en sus propias manos, con una mueca intrigada –. Créeme que sabrás cuando esté roto. Sigo percibiendo magia en él.

Soo farfulla estresado, pasando sus largos dedos por su cabello.

–Maldición, ayer nos besamos, ¿No basta con el asunto del amor? 

Lalisa escapa el aire con ironía.

–Será porque el amor no es un beso, idiota. Un beso es un simple beso, la magia es muy inteligente. Lee los corazones, por si no lo tenías presente.

–Como sea – gruñe de mala gana, quitándole el espejo para guardarlo en el cofre que lo resguarda –. Debe de estarme esperando abajo para ir con los imbéciles esos. Que no te vean aquí.

–No soy tan torpe como tú, Soobinnie~

Ir al punto de encuentro no fue complicado, los maleantes no eran tan ineptos como para lastimarlos o intentar algo tonto en un sitio publico a plena luz del día, recibieron el dinero tras asegurarse de que estuviese completo y le dieron una advertencia al hijo del deudor, igual al pelinegro por haberse metido con los suyos. El que le propinó el corte en el brazo, mismo que igualmente peleó con él en el callejón, no les dirige mirada siquiera, y Soobin supo que el hechizo estaba funcionado: El idiota iba a mearse encima de verlos siquiera, porque Lisa le ha infundado terroríficas ideas y amenazas, jugó con su mente y logró penetrar su débil espíritu.

Maze In The Mirror | SooJunWhere stories live. Discover now