Capítulo 8: Otra oportunidad

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Elena

Por primera vez, en lo que parecía toda una vida, me sentía amada y protegida por mi hermana mayor, al fin tenía lo que tantas veces había soñado, Bella me entendía, me quería y estaba ahí para mí como yo siempre lo estuve para ella. Me dejé llevar por su abrazo y saqué con lágrimas todo el dolor por mi madre, por verme lejos del Campamento Mestizo al que llamaba hogar, porque me hubieran alejado de mi familia de Dioses y semidioses y también lloré de alivio porque, sin saberlo, necesitaba ese abrazo, necesitaba una razón real para creer que mi hermana seguía viva de alguna manera y que no se había convertido solo en un cascarón vacío y ansioso de sangre.

El frío y la dureza de su piel y el rojo en sus ojos me recordaron que, por más que lo deseara, ella no era la misma. Bella había dejado de ser mi torpe y consentida hermana que me ponía los pelos de punta con su forma de ser pero que también solía llevarme chocolate caliente con malvaviscos cada noche que había tormenta desde que tenía uso de razón. Era un vampiro, nunca más volvería a verla tropezar o sonrojarse, nunca escucharía a su corazón volver a latir. Era un vampiro, un chupasangre, pero ya no estaba segura si eso era bueno o malo.

Durante todo este mes a pesar de haberme mantenido lo más lejos posible de ella y de todos los Cullen, no había podido evitar observarlos y percatarme de todo. Sí eran helados chupasangres pero también eran una auténtica familia. Emmett era el hermano travieso, Alice la adicta a la moda, Rosalie la rubia perra, Jasper el freaky, Edward y Bella la pareja amorosa, Carlisle y Esme los padres que ponían a todos en su lugar si hacia falta y que estaban listos para proporcionarles siempre amor y seguridad y estaba Nessie que se había convertido en el núcleo de todos, la cuidaban, consentían, era el sol de la vida de cada uno, la más pequeña de la familia, la más amada, tal y como ocurre en todas las familias cuando llega el primer nieto.

Bella, en particular, durante su vida humana siempre fue tan insegura, tan torpe, tan desesperante y ahora era, por mucho, todo lo opuesto, la miraba firme, astuta y hábil y además feliz con su nueva familia y, sin embargo, haciendo todo lo que estaba a su alcance para mantenernos cerca a Charlie y a mí. Quizás este nuevo yo era lo que necesitaba para alcanzar la mejor versión de sí misma así como yo necesité encontrar el Campamento Mestizo. Tal vez el destino de Bella era convertirse en vampiro tal y como el mío era nacer siendo una semidiosa.

—Te amo, Bella pero si veo tus colmillos o los de cualquiera de los Cullen cerca de mí eso no me impedirá darles una lección que nunca olvidarán.—

Deshicé el abrazo y me miró seria un momento antes de que las dos nos soltaramos a reir, sentí una calidez extraña en mi interior como si mi corazón hubiera recuperado una pieza que había extraviado hace mucho tiempo. Cuando dejamos de reir Bella cambió su semblante a uno más sereno aunque me era dificil saber lo que pasaba por su cabeza por su estúpido estado vampírico que la desproveía de gestos faciales normales.

—¿Cómo supiste sobre... sobre nosotros?—

Sabía que llegaría pronto el día en que tuviéramos esta conversación pero no estaba lista para confesarle todo, no aún, podía ser que estuviéramos más cercanas de lo que hemos estado por años y que comenzara a aceptar su yo vampírico pero de eso a confiar cien por ciento en ella y los Cullen había una distancia abismal. Si todo seguía yendo bien y lograban demostrarme que en realidad son tan buenos como parecen entonces quizás y solo quizás estaríamos en camino para decirles todo sobre mí pero aún no llegabamos ahí. Al fin de cuentas ese secreto no era solo mío, pertenecía a todos los que consideraba familia y esa información en manos equivocadas podría ponerlos en peligro, era algo que jamás podría permitir y por lo que era realmente cautelosa.

—Bueno fue fácil de saberlo, conozco cómo es un vampiro y no soy tan miope como para no haber notado que los Cullen y ahora tú encajan en todos y cada uno de los requisitos.—

Iba a preguntarme otra cosa, super que sería cómo es que conocía esa información y no quería mentirle, no quería comenzar esta clase de nueva relación de hermanas entre nosotras con mentiras así que no la dejé seguir cuestionandome.

—De acuerdo, Bella sé que seguirás insistiendo, tengo muchas cosas que desconoces y lo siento pero aún no estoy lista para compartirlas contigo y tu familia. Solo, por ahora, conformate con saber que soy parte del mundo sobrenatural y que no debes preocuparte, no haré nada que te ponga en peligro ni a ninguno de los Cullen.—

La tomé de las manos y la miré directo a los ojos.

—Toma esto como un nuevo comienzo entre nosotras y como una prueba de confianza, tú debes confiar en que jamás te lastimaría ni a nadie a quien ames y yo debo seguir confiando en que no seré la cena de navidad para ustedes.—

Volvimos a reir y nos abrazamos, con menos fuerza que antes pero con el mismo sentimiento de amor.

—Confío en ti, Elena, con todo mi corazón, gracias por esta nueva oportunidad te juro que no la desperdiciaré y esperaré hasta que estés lista para confiarme tu gran secreto, yo más que nadie sé que hay cosas que no son fáciles de compartir.—

Las dos sonreímos felices y escuchamos a dos terremotos entrar en la habitación. Mini terremoto Nessie y mega terremoto Jacob, nos giramos las dos para mirarlos, venían riendo y exaltados de tanto correr.

—Me alegra que hayan hecho las paces por fin, Nessie quiere ir a pescar copos de nieve para celebrar.—

Sonreí ante esa imagen, amaba ver a esos dos tan felices y aún más que Bella y yo también lo estábamos así que sí, debíamos celebrar.

—Vamos por esos copos de nieve que no se pescarán solos.—

Cargué a Nessie y me encaminé afuera con mi mejor amigo y mi hermana detrás de mí. No estaba lista para llamar hogar también a la casa de los Cullen pero al menos ya no me sentía como una completa extraña.



Amanecer: Una semidiosa en la familia.Where stories live. Discover now