9

90 17 0
                                    

La vida de Sakura dio un giro de ciento ochenta grados después de la boda de su hermano. Tras haberse quejado del amor y las relaciones durante la primera mitad del año, ahora podía alegar que su eceptisismo había sido derretido como una capa de hielo por unos ojos azules y una sonrisa radiante. Así es, Sakura se había rendido completamente ante los encantos de Naruto, pero temía exponer demasiado su corazón para que al final resultara herido. Era como saltar al vacío de un precipicio.

La noche de la boda de Konohamaru no fue la única que compartieron juntos. Sus encuentros siguieron repitiéndose de manera regular desde aquel desliz. Sin embargo, el comportamiento de Naruto dio un ligero cambio, pues ahora era más atento y siempre buscaba la manera de verla con frecuencia, además de que de vez en cuando pasaba a recogerla a su trabajo, e incluso a veces la recibía con flores.

Si no fuera por el mar de sentimientos en el que constantemente Sakura estaba inmersa, juraría que el rubio se comportaba como su novio, aunque él nunca sacó el tema a colación y ella tampoco lo mencionaba por miedo a malinterpretar las cosas. Es decir, quizás Naruto sólo quería que fueran amigos con derechos y nada más, pero la pelirosa ansiaba algo más...

Todas estas dudas aumentaban al acercarse el cumpleaños de Naruto, pues ya habían transcurrido dos meses desde que comenzó su aventura y aún no tenía idea de en qué punto se encontraba su relación. No sabía si hacerle un regalo en calidad de novia o darle un detalle sólo como amiga. Era muy complicado entender el panorama.

Suspiró por milésima vez mientras revolvía su almuerzo con el tenedor sin poder tomar un solo bocado, cuando Ino tomó asiento frente a ella y azotó las palmas sobre la mesa para llamar su atención.

-Por Díos, Sakura. Me tienes harta con tu interminable suspirar. ¿Qué te sucede? -interrogó su mejor amiga.

-No es nada, Ino -respondió estoica. Aun así, continúo jugando con su comida y con la mirada decaída.

-A mi no me puedes engañar, sé que algo te ocurre y no me iré de aquí hasta que me lo cuentes.

-De acuerdo -soltó el tenedor con fuerza y miró a la rubia severamente-. ¿Quieres saber la verdad? La verdad es que me gusta demasiado Naruto, pero no sé cómo decirle que quiero ser más que una amiga. ¿Contenta?

Tras la expresión asombrada de Ino, la doctora pasó a explicarle toda la situación desde el comienzo y las dudas que la estaban acongojando.

-Si seras tontita -dijo Ino después de escuchar el relato de Sakura-. Es obvio que Naruto siente lo mismo que tú, pero al ser tan despistado se le olvida que una mujer necesita que le pidan ser su pareja explícitamente, si no, abrirá paso a confusiones como esta.

-¿Y si estás equivocada? ¿Qué tal si hablo con él y resulta que no quiere estar en una relación? -la doctora sacó a relucir sus inseguridades.

-Sakura -Ino restregó su rostro con hartazgo-, Naruto muere por ti desde hace tiempo, así que deja ya de darle vueltas al mismo tema y sorprendelo con un regalo sexy.

Las mejillas de la pelirosa se tiñeron de rojo ante las palabras de su amiga; sin embargo, tenía que admitir que ella estaba en lo correcto. Era hora de dejar de torturarse con los mismos pensamientos de siempre y hacer algo al respecto.

[...]

El 10 de Octubre solicitó la tarde libre en el trabajo, además de que con anterioridad invitó a Naruto a su casa, así que en cuanto llegó del hospital se apresuró para tener todo preparado.

Ordenó comida ya que no era muy buena cocinera y tampoco le daba el tiempo, por lo que optó por tomar una ducha, arreglarse y decorar el comedor con velas y la vajilla más formal que poseía.

Amor De CalendarioWhere stories live. Discover now