Todoroki presiona sus labios al mismo tiempo que sus puños y solo baja su cabeza, en silencio.

Las cejas aceitunadas de Izuku alzan preocupadas mientras abre la puerta y enciende las luces. —Mamá debe estar durmiendo. Adelante. —dice mientras saca sus zapatillas.

Y un rugido enorme emerge en la sala, lo que genera que Izuku parpadee de forma inmediata.

Un sonrojo evidente nace de Shoto al instante que pone su palma sobre su abdomen.

—Uh... ¿Quieres un sándwich? —inquiere el pecoso sonriente mientras avanza a la cocina. —La verdad yo también tengo un poco de hambre a pesar de que comí, heh. —añade mientras abre el refrigerador y saca los alimentos.

Todoroki avanza en silencio tras él a la cocina mientras le mira preparar la comida, moviéndose de un lado a otro. —Lo siento, me vi acorralado y solo corrí. Entonces recordé tus palabras para cuando fuimos al parque y solo vine hasta acá. —dice honesto mientras observa como el pecoso posiciona la lechuga en el pan.

— ¿Por qué te disculpas? —susurra Izuku sin desviar su mirada en lo que hace. —Te dije que somos amigos.

Todoroki le mira y sus ojos comienzan a picar. Pasa su antebrazo con rapidez y niega. —Pepinillos. —susurra mientras avanza hasta él.

— ¿Eh?

—Me gustan los pepinillos. —dice cogiendo el pote con pepinillos y abrirlo para posicionar unos cuantos sobre un sándwich. — ¿Y a ti?

—Sí, le da un toque. —responde sonriente.

Ambos habían comido en silencio en la cocina mientras una cabellera peliverde medio asoma por el umbral y lanza un suspiro aliviado. Era Inko que tenía los demonios a mil por hora. Al notar que su hijo estaba a salvo y había traído a un amigo prefirió simplemente irse a dormir.

Pero mañana por la mañana definitivamente me escuchará. —piensa decidida con su ceño fruncido.

Habían acabado en su habitación, más que satisfechos.

—Es mi padre. —confiesa el bicolor ya recostado con todas las luces apagadas bajo la cama de Izuku, en un futón. —Él simplemente se instaló en mi casa sin autorización. Dice que quiere hablar conmigo pero... —susurra débil presionando las yemas de sus dedos en contra el cubrecamas. —Yo no quiero escucharlo.

Izuku se endereza en su cama y le mira. —Eso es sorpresivo. —susurra sorprendido. — ¿Por qué tu padre haría algo así tan repentinamente?

—Porque las telecomunicaciones no lo han dejado en paz. Aunque no sé qué es lo que espera hablar conmigo, seguramente quiere que haga alguna conferencia expresando mi arrepentimiento. —murmura bostezando. —No sé que tan grave es que simplemente lo mencionara.

Izuku parpadea recordando la infinidad de noticias que rodea en las redes sociales en torno a Todoroki Enji. —Supongo que a veces las telecomunicaciones dan miedo. Uhm, pero si crees que no estás listo para escucharlo, deberías decírselo. Tal vez de esa manera te deje tranquilo, al menos por un tiempo.

Todoroki frunce su ceño. —No quiero hablar con él. Sería cumplir uno más de sus caprichos. —suelta molesto.

Izuku quiere entender que la relación de padre e hijo es complicada, ya que los heterocromáticos aún si se ven fríos y molestos, muy en el fondo se ven vacíos y rotos.

—Está bien como estás haciendo las cosas justo ahora, Todoroki-kun. No te presiones. —responde Izuku de forma suave mientras le sonríe. —Confía en que todo mejorará, independientemente del resultado. Creo que si tu padre tiene intenciones honestas de hablar contigo, entonces él lo volverá a intentar tarde o temprano y si te sofoca que lo haga de la forma en la que lo hizo hoy, puedes volver aquí. —añade honesto. —Solo procura decirle cómo te sientes la próxima vez que te enfrentes a él o de lo contrario él lo seguirá haciendo.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Where stories live. Discover now