El Diario de la princesa [Editando Y Pausado]

Corte de gastos

Narra liah 

Hoy teníamos algunas visitas y mí abuela como nunca invito a Paolo para que me peinara, maquillara y me buscara un atuendo digno de una reina, o eso dijo.

Paolo termino de arreglarme a lo que solo faltaba el atuendo. Saco un pantalón de vestir amarillo, camisa blanca y una chaqueta gris, mí cara era de asombro, no pensaba ponerme eso, ni, aunque me pagaran.

-No... no me pondré eso. Buscare algo más formal y... normal.

Paolo me miro serio

-Majestad, no puede, se lo prepare especialmente para usted. -Dijo con una sonrisa

No quería decepcionar a Paolo, pero no había ninguna posibilidad a que usara eso.

-Paolo, por favor, ni lo pienses. Por favor busca algo más normal ¿quieres? Viene Nicholas con su hermano al palacio, no quiero parecer payaso.

Paolo rodo los ojos y se volvió al gran armario.

Mí abuela toco la puerta para luego entrar y regalarme una sonrisa.

-Liah, ¿ya estas lista? -Pregunto

Claramente no lo estaba, y lo veía como una pregunta algo tonta, ya que estaba parada en frente de ella con la bata rosa de seda.

-Solo me falta la ropa abuela, en un segundo bajo con ustedes.

-Charlotte vendrá a buscarte entonces. -Dijo para luego depositar un beso en mí frente y salir de la habitación.

Paolo salió con un traje de vestir azul oscuro con una blusa negra que era bastante escotada, aunque me gustaba.

-Me gusta, pero... de seguro hay algo mejor –Comencé a caminar hacia el armario gigante, pero Paolo me detuvo.

-Quieta ahí. -Dijo serio.

Me gire sobre mis talones y lo mire con una sonrisa fingida.

- ¿Usted quiere verse bien? -Pregunto.

Realmente si, quien no.

-Si...

- ¿Usted quiere verse sexi, y ver como el hermano de Nicholas babea por usted?

Suspire

-Esta es la ropa ideal, con estas prendas, no te va a reconocer nadie.

Rodé los ojos.

-He.. sí, Pero yo no puedo ponerme eso, En vez de reina voy a parecer una bailarina de un burdel Paolo. Es una locura –Dije.

-Majestad, lo se. Pero locura es lo que van a sentir los hombres por usted cuando la vean. Además, usted me vino a pedir ayuda a mí, ¿o no majestad?

-Si, pero...

-Y yo se la estoy brindando –Su rostro se puso serio y me miró fijamente –Ahora le ordeno que se coloque esto... sin ofender majestad.

Tome de mala gana la ropa y fui al probador a ponermelo, al mirarme al espejo me veía completamente diferente, o bueno eso pensaba en ese momento.

A los minutos charlotte toco la puerta y al no recibir respuesta entro, y me vio mirándome al espejo.

-Esta preciosa majestad, le quería avisar que llegaron unas amigas de su abuela, quiere presentarles a ustedes –Dijo mientras miraba su porta papeles.

-Claro, te sigo.

Charlotte asintió y salimos de la habitación.

-Son viejas amigas, solo quiero advertirle, son algo pintorescas asi que no se preocupe si la miran demasiado.