Plan L: Fin

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Harry se despertó por la luz del sol entrando por la ventana, definitivamente no se sentía con ánimos de volver a la Universidad ni de hablar con alguien, pero la voz de Remus diciéndole que se levante lo obligó a hacerlo. Bajó hasta la cocina y saludo a ambos mayores con un asentamiento de cabeza, se sentó a comer mientras su cabeza daba vueltas y vueltas.

Sirius y Remus notaron eso, no sabían que hacer ni que decir para animarlo, Remus se acercó al odio de Sirius y le susurró que era mejor dejarlo hasta que él mismo decida contarlo y el otro aceptó. Harry se fué, el día estaba muy bonito, pero sus ánimos no ayudaban en nada.

Cuando llegó a la universidad y bajó de su carro murmullos se escuchaban por todos lados, lo que pudo entender es que alguien nuevo había llegado de Francia, el corazón de Harry se detuvo. ¿Podría ser?

Harry sacudió la cabeza, era un simple coincidencia, pero la pregunta se respondió sola cuando entró y vio a Draco con el supuesto chico nuevo, hablando con una sonrisa de oreja a oreja. Los celos recorrian a Harry.

—Hola Harry!—Harry dejo de verlos y volteó su vista hasta donde estaba Romilda, una muchacha bastante guapa, se acercó a Harry e intento abrazarlo, siendo apartada por este—Uh! Cierto—rió un poco fingido—nada de abrazos.

—¿Necesitas ayuda en algo, Romilda?—La muchacha pensó unos segundos antes de responder.

—Va a haber una fiesta, quería ver si podías ir conmigo!—a Harry le incomodaba la cantidad de miradas clavadas en él, la chica que tenía detrás a una fila de hombres rogando por ella, le pedía ir al baile al rarito que a casi nadie le cae bien—¿Qué dices?

—No me gustan las fiestas, pero gracias Romilda—la chica hizo un puchero y pegó con el zapato el piso, cruzandose de brazos, fingiendo ser una niña pequeña.

—Ay, Harry, por favor! Va a estar divertido, anda—le tomo del brazo y lo jaloneo, a Harry se le estaba empezando a acabar la paciencia con la chica—además que es una fiesta de bienvenida al nuevo chico—volteó a ver al chico, quien los miraba confundido, de reojo pudo notar el seño fruncido de Draco.

—No Romilda, gracias—se soltó del agarre de la chica—me tengo que ir—antes de emprender su camino miró a todos con mala cara—¿Se les perdió algo?—Como si hubiera sido orden de un general, todos se metieron en sus asuntos de nuevo, Harry fue hasta el salón de fotografía, había algunos muchachos hablando emocionados de la fiesta, lo cual solo logró hartar más a Harry.

Todo el maldito mundo hablaba de la dichosa fiesta, luego pasar todas las clases Harry tenía dolor de cabeza y estaba sentado en el césped de uno de los jardines que estaban más alejados del campus, una voz con un acento bastante raro le hablo.

—Eh, disculpa—el azabache subió la mirada—eges Hagy—oh genial, si no era suficiente con la fiesta ahora el francés que le estaba robando a su novio, se le acercó.

—Si, soy yo.

—Uh!—el chico se sentó a su lado y con una sonrisa le extendió la mano—un gusto, soy Noam—Harry se quedó viendo la mano y de mala gana la aceptó—eges  el novio de Dgaco, ¿Vegdad ?

—El mismo—Harry volvió a ver al piso y seguir masajeando su frente—¿Por qué?

—Nada, es solo que me habló de ti y quegia conocegte—Harry alzo una ceja y suspiro.

—Mira, se que vienes con las mejores intenciones, pero no estoy en condiciones de entablar una conversación, asi que si me disculpas, tengo que irme—Harry se levantó y tomo sus cosas.

CasamenterasWhere stories live. Discover now