Epílogo

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Era temporada de lluvia. ¿Le gustaba? La verdad muchísimo. Los adictos al trabajo de sus padres siempre evitaban laborar en extremo durante ese mes. Su padre Yoongi siempre se ponía sensible durante las tardes y le pedía a su papá Jimin estar junto a él. Un día, le preguntó el porqué, «siento que desaparece», le respondió. No entendió, pero su padre Jimin le contó la época difícil que tuvieron meses antes de que él llegara al mundo. Así que comprendió a su progenitor alfa, aunque sea un poco.

Pese a que su papá Jimin siempre parecía ser distante con el resto del mundo, con su familia se volvía la persona más amorosa que Dong-dong hubiese conocido en toda su corta vida. Su padre Yoongi, aunque era más relajado, a él siempre le exigía ser buena persona. «Puedes ser egoísta, Dong-dong, le dice en ocasiones, siempre y cuando sea por las personas que amas», esa era la única ocasión en la que podía ser mala persona, egoísta.

Aunque, si ha de ser sincero, no tiene muchas personas a quienes ama. Está su familia, toda esa lista larga de tíos, tías y primos. Sin embargo, las personas especiales las puede contar con los dedos de una sola mano: sus padres, su hermana menor y un cachorrito que huele a chocolate. Bueno, y su prima SeokJoon en ocasiones, sólo cuando no está de vanidosa maquillándose los labios y los mechones de su cabeza de diferentes colores neón.

—Dong-dong-ie —llamó de manera cariñosa el conductor designado de esa mañana, así que giró su cabeza para mirarlo a través del espejo—, recuerda que debes proteger a Woo-woo.

—¡No soy una cachorra! —bufó molesta la aludida.

—Pero claro que lo eres —frotó su mano sobre la cabeza de su hermana menor.

—Para nosotros y tu hermano siempre serás una. Así que deje de quejarse, señorita —reprendió su padre alfa al girarse del asiento del copiloto—. Vas a tener que aguantar a Dong-dong tras de ti, por seguridad.

Park Woo cruzó sus brazos al torcer sus ojos y girar su cuerpo hacia su propia ventanilla. Dong-dong soltó una risita, divertido por ver a su hermana menor enfurruñada. Era la edad, estaba seguro, tener quince años era apenas el comienzo de la adolescencia. Pero, en ésta ocasión, Dong-dong, como el hermano mayor, estaba de acuerdo con sus padres sobre que debía cuidar de ella. Era especial, como su padre Jimin cuando tenía su edad.

Por supuesto que sabía la historia, toda. Sus padres nunca guardaban secretos. Era la regla en el hogar.

—Servidos, cachorritos —anunció su papá Jimin al estacionar la camioneta familiar cerca del Instituto—. ¡Disfruta tu primer año, mi Woo-woo! ¡Y tú el último, Dong-dong!

—Gracias, pa'. Adiós, papá Yoon.

—Adiós, cachorro —su padre agitó su mano diestra y le sonrió, mostrando las encías—. Oye, tú —se dirigió a Woo—, dame un beso antes de que te vayas.

Mientras Woo dejaba de lado su cara de molestia y besaba encantada la mejilla de su padre alfa, Dong bajaba de la camioneta, se dirigió a la puerta del piloto y éste bajó la ventanilla.

—Ay, mi bebé —dijo de manera cariñosa al sacar su mano y acariciar sus mechones rubios—. Iremos a cortarte pronto ese cabello. Ven —ordenó y Dong acercó su rostro, entonces su papá Jimin susurró—: No dejes que la molesten cuando se den cuenta de que no tiene olor, y si te siguen molestando a ti, pégate más a Tae y a Joon, ¿está bien?

Dong-dong suspiró, asintiendo. No sabía cómo rayos iba a defender a su hermana menor si apenas y podía defenderse a sí mismo cuando lo molestaban por no tener casta aún.

—Ya vendrá —de nuevo, su papá Jimin le consolaba, prometiendo que algún día llegaría su celo—. Dale tiempo.

La doctora Cha le había dicho, cuando cumplió quince, que él, por ser engendrado después del enlace de sus padres, sí tendría una casta. Pero, después de tres años, comenzaba a creer que realmente sería un Sin Destino, como Woo.

Sin destino [YoonMin] ~Omegaverse~Where stories live. Discover now