12|Cita.

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—¿Una cita dices? —inquirió Scott confundido

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—¿Una cita dices? —inquirió Scott confundido.

—Eso mismo. —respondió el pelirrojo con una sonrisa de orgullo.

El moreno se encontraba aún confundido ya que se había levantado hace solo diez minutos por qué la puerta de su casa había sido golpeada abruptamente. Eran las 8:30 AM cuando esté se apareció con la idea de que sería bueno tener un cita para estar todo ese día juntos, ya que él estaba de descansó en su trabajo y quería mostrarle a Scott que enserio le gustaba.

—Ok, está bien. —Jared suspiró aliviado de que el aceptará gentilmente la propuesta. — Pero aún debo bañarme y prepararme, tal vez me tarde una hora.

—Está bien, puedo preparar el desayuno mientras tanto. —el pelirrojo sonrió y paso a la casa sin siquiera pedir permiso.

Scott soltó una risa y negó, ya estaba más que acostumbrado a que esté entrara en su casa como si fuera suya. Cerró la puerta de la misma y subió a su habitación donde se encontraba el cuarto de baño para luego desnudarse y entrar en la ducha dejando que el agua golpeara en su rostro y cayera por su espalda.

Mientras Scott se bañaba, Jared se encontraba en la cocina preparando unas tostadas, café y té para Scott por qué sabía que odiaba el café.

Escucho pasos bajando por las escaleras así que salió a la puerta de la cocina para decirle a Scott que el desayuno estaría listo pronto, pero para su sorpresa no era el moreno el que descendía si no, su primo Agus.

—¡¿Tu?! —preguntó el segundo moreno de la casa con asombro, luego su rostro cambio a uno de molestia.

Jared por el contrario se encontraba serenó, sabía de Agustín el primo menor de Scott, el ser amigo del moreno tenía sus ventajas ya que conocía a la mayoría de su familia al igual que Scott con la suya. Además no era muy difícil darse cuenta que eran familiares, los dos tenían rasgos parecidos.

—Hola, pensé que ya habías vuelto a casa. —contestó mientras volvía a la cocina.

—No estamos hablando sobre mí. —Agustín hablo mientras seguía a Jared a paso firmo hacia dentro de la cocina. — Como puedes aparecer en esta casa después de lo que le hiciste a mi primo. —le dijo señalándolo con su dedo índice.

El pelirrojo se detuvo abruptamente y recordó todo lo que le hizo vivir a Scott desde el momento que tuvieron su primera vez. Sin embargo sabía que no podía cambiar el pasado, ahora lo único que le quedaba por hacer era demostrarle a Scott que el enserio valía la pena.

—¿Quieres que te prepare el desayuno? —preguntó, tratando de cambiar de tema.

Agus confundido pero aún molestó, tomo asiento en uno de los taburetes que se encontraban en la isla de la cocina.

No quería hablar de eso, el remordimiento lo mataba por dentro y sentía que le faltaba el aire cada vez que lo pensaba. En estos momentos para él la única solución era tratar a Scott como realmente se lo merecía y no volver a cometer esos errores.

Mientras tanto, el moreno se encontraba tarareando una melodía alegre mientras escogía el outfit que usaría para la primera cita con el chico que le gustaba. Jared no le había dicho hacia donde irían así que no se encontraba seguro sobre que ponerse. Fue por la opción sencilla y decidió ponerse algo básico, unos jean color celeste junto a una camiseta blanca y unos tenis del mismo color, ató su cabello en una media cola quedando satisfecho con el resultado.

Bajo las escaleras feliz pero a medió caminó se detuvo al escuchar la vos de su primo y Jared charlando.

—¿Está vez es enserio? —la voz de Agustín se oía baja y ronca.

—Muy enserio. —contesto — Estoy seguro de que me gusta, así que planeo hacer las cosas bien con él.

El pelinegro asomó un poco su cabeza por la puerta de la cocina y vio que los dos se encontraban frente a frente con la mirada fija en el otro. Los ojos de Jared se notaban decididos, no pensaba bajar la cabeza ni echarse para atrás con su decisión.

Scott decidió traspasar por ella y cortar el momento de tensión que se había formado en la cocina.

—¿Terminaste, Jared? —preguntó dulcemente mientras apoyaba la barbilla en el hombre del pelirrojo y miraba la buena pinta de las tostadas y el té que sabía perfectamente que era para él.

—Si —respondió, dirigiendo su mirada hacia el con una sonrisa amable. — Toma asiento, deja que te sirva.

Había perdido, definitivamente había perdido, el moreno de ojos oscuros lo tenía en la palma de su mano. Hace solo un segundo se encontraba tenso pero luego de que escucho su voz y tuvo un mínimo de contacto con él, todo su cuerpo entro en un estado de tranquilidad absoluta, ahora solo tenía ojos y oídos para el más bajo.

Luego de que le sirviera el desayuno a Scott y por defecto también a Agus, Jared tomó asiento y comenzó a desayunar.

—¿A dónde vamos a ir hoy? —inquirió lanzando una mirada rápida al pelirrojo.

—Es una sorpresa, Cariño. —Los dos contrarios escupieron un poco la infusión que estaban bebiendo y comenzaron a toser de la impresión.

Jared los miraba confundido sin saber el porqué de la reacción de Scott y su primo, tras pensarlo unos segundo cayó en lo que había dicho, sin embargo y aunque se encontraba nervioso, siguió tomando su café con una pequeña sonrisa. Tenía que admitir que le había parecido un poco graciosa la reacción del pelinegro. Usaría esa palabra un poco más seguido.

Unos minutos después salieron de casa hacia la sorpresa que tenía Jared preparada. Al llegar, Scott se quedó con la boca abierta, desde niño había querido ir a unos de esos divertidos lugares donde todo el mundo era feliz.

Un hermoso parque de diversiones.

Nunca había tenía la oportunidad de asistir ya que era extraño que uno de ellos se instalará por un tiempo en la pequeña ciudad que habitaban, sin mencionar el hecho de que cuando era niño su madre no tenía la estabilidad económica como para llevarlo a conocer uno, aún así cuando su madre si la tuvo y el parque llego a la ciudad está sufrió un horrible accidente haciendo que Scott dejara de tomarle importancia.

Sin embargo no esperaba que Jared recordara o supiera que el anhelaba entrar en uno de ellos, este pequeño acto hizo que su corazón se llenará de ternura.

—¿Te gusta? —preguntó a la expectativa de su respuesta.

—Me encanta. —contestó mientras le daba una sonrisa.

Los dos muchachos entraron al parque llenos de alegría, Jared ya había comprado las entradas anteriormente por Internet así que no debían hacer la fila para comprarlas, digamos que tenían como un pase VIP.

Después de unas horas de comer y jugar, los muchachos divisaron el juego de la pistola, este consistía en reventar unos globos con una pistola y así ganar un oso de peluche.

—Voy a intentarlo. —dijo el pelirrojo tomando una gran bocanada de aire.

—Tú puedes. —soltó, luego le dio unas palmadas en la espalda y lo empujó hacia el puesto.

Jared vio la carita de Scott y noto la emoción de su rostro, mientras que Scott observó en los ojos del contrario las ganas de ganar ese juego. El más alto del dúo se llenó de valentía luego de esa pequeña demostración de confianza.

—Tres tiros, por favor. —pidió, entregando el dinero.

Los pensamientos de Scott viajaron a su caja de recuerdos y encontró en ella la ves que Jared quiso jugar a los dardos en un bar y lastimosamente el único lugar a donde pudo clavar los dardos fue por encima del tablero.

"Espero esto salga bien"

•••

Instagram: Daynizleguizamon.

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