3|Sentimientos encontrados.

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Al llegar a casa Scott le rogó a Jared que se quedará a dormir esa noche en su habitación, al principio Jared no se encontraba muy seguro de aceptar la oferta, pero la clara insistencia de su amigo lo llevo a dar el brazo a torcer

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Al llegar a casa Scott le rogó a Jared que se quedará a dormir esa noche en su habitación, al principio Jared no se encontraba muy seguro de aceptar la oferta, pero la clara insistencia de su amigo lo llevo a dar el brazo a torcer. Ahora los dos se encontraban acostados mirando al techo, o bueno solo Scott se encontraba mirado el techo, ya que Jared en cuento apoyo la cabeza en la almohada se quedó dormido.

El moreno repasaba en su cabeza los sucesos que habían transcurrido hace unas horas, trataba de entender por qué había hecho eso, a el nunca le había molestado ver al pelirrojo besarse con alguien, es más, está no sería la primera vez que se fueran por separado después de encontrar a la persona con la que pasarían la noche.

"Debo descubrir que son estos sentimientos". "Tal vez un beso resuelva mis dudas".

El pensamiento más tonto e inmaduro había cruzado por su mente, ¿Robarle un beso a Jared? Claramente era una idea estúpida, pero para Scott era la mejor alternativa en ese momento.

El más bajo se sentó en la cama y giro su cuerpo quedando en dirección a su amigo, este otro dormía plácidamente como si de un bebé recién nacido se tratara. Scott acercó su rostro al de Jared y estiró sus labios para plantarle un pequeño beso, a centímetros de la boca del pelirrojo se detuvo. El moreno volvió a enderezarse y se dio una pequeña cachetada.

—¿Realmente eres este tipo de persona? —se cuestionó a sí mismo en un susurro para no despertar al más alto. — Si quieres un beso lo harás cuando tengas su consentimiento, no cuando el este durmiendo, estúpido Scott. —las palabras salían en pequeños siseos de su boca.

Lo que Scott no sabía y tal vez no se enterase por un tiempo, es que el pícaro de su amigó se encontraba despierto y había escuchado todo lo que este otro decía.

Aún que Jared también estaba confundido en cuanto a sus sentimientos, no se hacía tanto problema como Scott, el solo esperaba que todo se aclarara de la forma más natural posible, literalmente no pensaba forzar nada. Así que con eso en mente decidió girar su cuerpo dándole la espalda al moreno y seguir durmiendo.

Aun así siempre le agradecería a su amigo el que no violara sus derechos mientras dormía.

Al día siguiente el dúo se encontraba ya levantando desde temprano, y ahora estaban ubicados en la cocina de la casa de Scott apunto de tomar su desayuno.

—Me duele la cabeza. —lloriqueaba el moreno en la isla de la cocina. Jared rio y dejo un vaso de jugo de naranja frente a su amigo.

—Eso te pasa por tomar de más.

—Solo fue un vaso. —refutó, sin levantar la cabeza de la isla.

—Entonces no sé qué tenía ese vaso. —los recuerdos de la noche anterior golpearon de repente en la mente de Jared, el pelirrojo solo una pequeña risa y se sentó en frente a su amigo en un taburete lo suficiente alto como para llegar a la base de la mesada.

Después de que terminaron su desayuno, el dúo comenzó a hablar de cualquier cosa que se le venía a la cabeza, las risas de los dos no faltaron y era más que seguro que se podrían escuchar hasta en la otra parte del continente.

De un momento a otro a Scott le empezó a doler el estómago de tanto y reír y más cuando Jared casi se cae del taburete.

El moreno secó las lágrimas que habían caído de sus ojos y tomo un gran respiró tratando de tranquilizarse.

—Cambiando de tema —Scott hablo mientras se sostenía el estómago. — ¿Tu papás ya se reconciliaron?

—Obviamente, Ya los conoces, se pelean y a los dos segundos andan de la mano otra vez. —Jared negó la cabeza. — Me tienen un poco cansado. —esta vez paso su mano derecha por su cabello y lo desordenó un poco.

—No te preocupes, tú más que nadie sabe cómo son. —como siempre el más bajo trataba de subirle los ánimos a su más cercano amigo, pero a veces era imposible y él lo entendía.

Los papás de Jared se la pasaban todo el tiempo peleando, y aun que estás peleas nunca incluían a primer hijo, si le afectaban directamente, por esa razón el pelirrojo había tratado con todas sus fuerzas de ganar dinero para conseguir un lugar nuevo dónde vivir, lejos de las discusiones de los mayores.

—Solo, no veo la hora de juntar el suficiente dinero para irme de ahí.

—¿Por qué no vives aquí conmigo? —la pregunta fue acompañada de un sutil gestó, Scott tomo la mano de Jared por encima de la mesa y acarició el dorso de su mano con su pulgar.

La casa de Scott era el lugar perfecto para que vivieran como compañeros ya que lastimosamente la madre del moreno había fallecido hace dos años dejando la casa a nombre de su único hijo y siendo la única persona que quedó habitándola.

De un momento a otro los dos dirigieron sus miradas hacia sus manos que se encontraban unidas, y así se quedaron por unos momentos, con las miradas fijas en ese pequeño gestó, era la primera vez que tenían éstos sentimientos, es más era la primera vez que estos amigos se tomaban de las manos en años.

Pero aun así los dos muy en el fondo sabían que el extraño sentimiento que estaban sintiendo no era por ser la primera vez que se tomaban de las manos, si no, que iba más allá de su amistad.

De pronto el teléfono de Scott empezó a sonar rompiendo el momento "íntimo" que estaban teniendo, el sonido que este emitía los saco de su trance, haciendo que separaran sus manos.

Jared comenzó a mirar hacia todas las direcciones sin saber dónde dejar su vista fija, en cambio Scott se levantó lo más rápido de pudo dirigiéndose hacia el rincón de la cocina para atender el teléfono.

Los dos tenían las mejillas rojas y el calor de sus cuerpos había subido de manera inmediata dejando los nervios que estaban sintiendo expuestos el uno para el otro.

—Hola, sí, soy yo. —aún que el más bajo trataba de mantener la calma y hacer como si nada hubiera pasado su mano se encontraba cerrada en un puño. — Oh, Entiendo, para la próxima será, muchas gracias.

El más alto se dio cuenta como el aura de su amigó cambió repentinamente, vio como este otro se sentaba con la cabeza agachada y un fuerte suspiro salía de su boca.

—¿Que sucedió? —preguntó olvidando por completo la situación que habían vivido hace minutos.

—Eran de la empresa que me entrevistó ayer... —Scott levanto la cabeza en dirección a Jared, parecía que quería llorar. — No me tomaron. —el pequeño puchero que hizo con su boca fue suficiente para que el otro estallara en risas.

Scott indignado se levantó del asiento y golpeó el brazo del contrario, empezó a hacer un pequeño berrinche molesto por la reacción de su mejor amigo.

—¿Por qué te ríes tonto?

—Lo siento, lo siento. —aunque Jared intentaba controlar su risa, se le estaba haciendo difícil, jamás pensó que rechazarían a su amigo tan rápido y encima que este hiciera un puchero que lo hacía ver ridículo.

—Cállate, si no fuera por la herencia que mi mamá me dejó no sé de qué hubiera vivido estos años.

—Saldremos adelanté, sabes que si te quedas sin dinero puedes contar conmigo. —Scott miro al pelirrojo y rodó los ojos. — al fin y al cabo yo si tengo trabajo.

—Es el colmo, vete de mi casa. —el más alto seguía riendo como foca desquiciada, pero es que hacer enojar al moreno era tarea sencilla y para él era el mejor programa de comedia que podría existir. — El rico siempre humillando al pobre, bastardo.

A continuación el moreno giro sobre sus talones y salió de la cocina enfadado hacia su preciada habitación, por su parte el mayor de los dos comenzó a seguirlo pidiéndole disculpas pero sin poder dejar de reír.


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