Capítulo 15

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Tonta Démeter, tonta, inconsciente ¿en qué pensabas? A ya lo sabía su estúpida hermana no lo hizo.


Conmocionada observó a los soldados y gigantes llevarse a madre e hija del lugar,tenía que hacer algo a pesar de todo lo que hizo Démeter seguía siendo su hermana y Perséfone tampoco se merecía aquello. Era delos pocos hijos bastardos con los que se llevaba bien sobre todo porque la entendía debido al incidente con Minthe.


Tubo que esperar un buen rato hasta la noche cuando las instalaciones se vaciaron un poco, Hera entonces de sus cosas sacó un ordenador portátil y pirateó las instalaciones. No muchos sabían esto pero la antigua diosa era una autentica experta en hackear y ordenadores. Su hijo Hefesto le enseñó en el pasado para ayudarla a que gestionase mejor sus deberes en el Olimpo pero pronto se hizo evidente que era verdaderamente experta en tecnología el dios ya sabía de donde había sacado ese talento.


No era tan buena como su hijo pero lo suficiente para sortear los cortafuegos de estos idiotas y conseguir los planos de las instalaciones.


Por fin consiguió los planos de la base y donde estaban Perséfone y Démeter y fue sin demora por una serie de pasillos hasta un ascensor que descendió varios pisos.


Con cuidado fue por las distintas celdas la mayoría estaban vacías pero otras estaban llenas con mortales, criaturas, etc.


-Tu no eres una de ellos-


Se volvió hacia la voz, en una de las celdas había un hombre de mediana edad de origen asiático no muy alto pero en sus ojos había mucha inteligencia y un brillo que le recordaba a Atenea. Y si algo había aprendido la ex diosa de sus enfrentamientos con la diosa dela sabiduría era a no subestimar a alguien con una mente notable y afilada.


Antes de que Hera pudiera responder otra voz de una de las celdas también sonó, esta vez femenina.


-¡Que bien visita!-había sarcasmo goteando en su voz.


La mujer en la celda era de origen claramente árabe pelo negro y ojos dorados estaba sentada en un rincón de la celda con una expresión aburrida y amarga.

La mujer en la celda era de origen claramente árabe pelo negro y ojos dorados estaba sentada en un rincón de la celda con una expresión aburrida y amarga

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-No empieces Hathor ya estoy harto de tus sarcasmos-dijo una voz cansada y algo, claramente joven.


Un adolescente intentaba dormitar y miraba molesto a su compañera de prisión, de rasgos asiáticos también y había algo en él que hizo que Hera tuviera cuidado.


-Vaya ya veo que no estás de humor como siempre ¿eh pequeño mocoso?-dijo la mujer y Hera juraría que sus ojos brillaron dorados por un segundo.


-Vuelve a hablar contigo misma ya que tienes doble personalidad-contesto el adolescente con esa expresión que a ella le recordaba a sus hijos en su adolescencia.


-Atrévete moco...-


-¡BASTA LOS DOS!-retumbó una voz.


Hera se estremeció había algo en esta voz...algo antiguo y con mucho poder que le recordaba a deidades como Erebo o su padre Cronos.


En una celda rodeado de cadenas se encontraba un hombre moreno de piel cobriza pero al mismo tiempo de un tono ceniza, sus ojos eran lo más escalofriante de un marrón rojizo y miraban fijamente a la recién llegada.

En una celda rodeado de cadenas se encontraba un hombre moreno de piel cobriza pero al mismo tiempo de un tono ceniza, sus ojos eran lo más escalofriante de un marrón rojizo y miraban fijamente a la recién llegada

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-Tranquilo Seth sabes que siempre discutimos-dijo el joven.


-El problema es que con eso no hallaremos la solución para salir de aquí-


Hera se adelantó interrumpiendo la discusión.


-Un momento ¿Seth? ¿Hathor del panteón egipcio?-


-¿Y qué si es así?-dijo la llamada Hathor.


Hera se volvió hacia el adolescente.


-Tú y el otro hombre encerrados ¿quienes sois?-


El joven frunció el ceño y no contesto pero el otro puso los ojos en blanco.


-Sugawara no Michizane es mi nombre pero me llaman Tenzin y ese joven testarudo de allí es Ne zha-


-Tenzin y Ne zha-incrédula observó a los prisioneros ¿acaso era una broma? Si no se equivocaba esos nombres pertenecían a deidades de panteones del sintoísta y taoísmo. Pero entonces se acercó a Seth y lo miró fijamente reconociéndolo no cabía duda era él.


-Por las Parcas eres tú Seth-


El dios observó a la extraña mujer y sus ojos se ampliaron ¿Hera?


Los dos no se conocían mucho, pero sus panteones habían tenido encuentros entre ellos y escaramuzas.


¿Que demonios planeaban los gigantes con dioses de distintos panteones del mundo?



Yo soy HeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora