Capítulo 13

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Hera tenía preparado el cuchillo cuando el gigante que estaba a pocos metros lo llamaron.


—¡Por aquí! ¡no pierdas el tiempo en ese sitio!—


El gigante se apresuró a donde estaba su compañero, Hera discretamente desde el árbol obserbava a los gigantes mirar los restos del animal mutilado.


—Otra vez—uno de los gigantes decía preocupado—Esta es la sexta vez en este mes que encontramos los restos de un animal y hace unos días mató a varios de los nuestros—


Hera frunció el ceño ¿alguien había estado matando a los gigantes de aquí?


—Sí encontramos a Taolh prácticamente irreconocible cuando encontramos a esa cosa lo juro por Gaia que le arrancaré los tendones—dijo con ira.


—Vamos debemos volver al Bunker hay que vigilar a los prisioneros sobre todo con los nuevos—


Cuando se fueron Hera salió conmocionada ¿esto era lo que le había querido decir aquél extraño ser de múltiples colores? Si era cierto Hera tendría que trazar un plan y colarse en ese Bunker y averiguar lo que pasaba.



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En un área del bosque cerca del Bunker uno de los soldados humanos estaba tendido en el suelo degollado, sus ojos miraban sin expresión hacia en cielo estrellado. Hera limpió su cuchillo del y se colocó el uniforme y armadura luego se introdujo con la llave de acceso al Bunker.


Saludó a los soldados y gigantes con un ligero cabeceo, se puso pinturas de guerra para ocultar sus facciones, miró a su alrededor el sitio estaba lleno de soldados y gigantes ¿que estaban tramando?


Había armas en distintas habitaciones y ordenadores con personal comunicándose, entrecerró los ojos, si pudiera hacerse con la información y pasársela de forma discreta a su hijo Hefesto el podría enviársela a los pocos dioses que estaban libres.


Hera fue con discreción en distintos niveles hasta que vio algo que casi le hizo perder su autocontrol.


En un laboratorio había varios científicos y gigantes pero lo que más le llamó la atención fue que entre ellos había una diosa más concretamente su hermana Démeter. Hacía tanto que no la veía, y no fue en los mejores términos ¿que hacía allí?


—¡Me lo prometisteis!—dijo furiosa la diosa de la cosecha, sus ojos brillaban verdes y peligrosos.


—Me temo que la situación a cambiado mi señora—explicó el científico no afectado en absoluto por el estado de agitación de la diosa ante él—Al rey Porfirión y sus hermanos no les gusta la idea de que la reina del inframundo ande suelta por hay—


Demeter entrecerró los ojos apretando fuertemente los puños.


—Hice todo lo que me ordenó ayude en todo y la invasión del Olimpo es gracias a mí ¡ahora quiero a mi hija como se me prometió!—


Hera abrió los ojos como platos no podía ser su hermana los traicionó.


Pero ahora que lo pensaba bien no era tan descabellado, pensaba sombríamente. Démeter tenía una seria obsesión con su hija y podía llegar a grandes extremos sólo para tenerla. Tristemente en realidad no le sorprendió lo que hizo su hermana siempre tubo mucho rencor hacía el Olimpo por su parte en que Perséfone ya no estuviera con ella sobre todo con Hera.


Los gigantes se rieron como si la diosa hubiera dicho algo extremadamente gracioso.


—¿¡De verdad creías que renunciaríamos a una baza así!? Y no eres defiar si has traicionado a tu propia familia ¿como podemos fiarnos de ti? No, tu hija se quedará en estas instalaciones no la llevaremos con los otros prisioneros en el Olimpo—


Demeter palideció al igual que Hera mientras escuchaba todo esto.


—¿Que pretendéis?—había algo de temor y haría bien por su estupidez se habían puesto en peligro a ella y su hija.


—Bueno nos serviréis estupendamente como conejillos de indias estupendos—sonrió.


Demeter no dijo nada sino que su respuesta fue convocar enredaderas espinosas y atacándolos, algunos de ellos fueron atravesados pero los gigantes pudieron esquivarlos y mostraron a una Perséfone inconsciente y atada con un frasco que contenía un líquido cerca de sus labios.


—Si no te detienes tu hija empezara ser un sujeto de experimentación consumiendo este líquido que puede incluso matar a un inmortal o dejarla con secuelas para siempre—


Demeter los miró con los ojos muy abiertos alarmada estuvo distraída el tiempo suficiente para que uno de los gigantes la golpeara fuertemente en la cabeza dejándola inconsciente.


Hera observaba con horror.



Yo soy HeraWhere stories live. Discover now