Tras el chasquido de Thanos, Matt Murdock desapareció junto a la mitad del universo. Sin embargo, la valentía de los héroes más poderosos del planeta logra traerlo de vuelta. Pero al regresar cinco años después, el Diablo de Hell's Kitchen deberá ha...
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09.el viaje
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—Lamento lo que ocurrió.
—¿Qué?
Murdock abrió los párpados luego de varios minutos. Había logrado apartarse de cualquier tipo de pensamiento, hasta casi quedarse dormido. Sin embargo, era más que consciente de su desnudez, del agua cálida que lo empapaba, el cuerpo de Josephine Thalmann entre sus brazos, y sus respiraciones acompasadas. Matt Murdock se encontraba en su propio cielo personal, y no estaba dispuesto a salir de allí tan pronto.
—Lo de mi hermana.
Le tomó unos buenos segundos al abogado recordar de qué se trataba.
Al principio, le había parecido mala idea dejar Hell’s Kitchen durante tanto tiempo. Pero Foggy Nelson había tenido una profunda conversación con él sobre lo que Matt consideraba su deber, y lo que el rubio consideraba, debía ser su vida. No quería entrometerse en sus asuntos más personales, pero Nelson también veía algunos de sus momentos más complicados. Era su mejor amigo, y había estado allí en sus puntos más bajos, como así también, en los más altos. Por esa razón, Matt había decidido escucharlo, al menos, una vez.
No era fácil mantener sus dos vidas. Aunque Josephine ya lo sabía, y lo había aceptado, Murdock podía sentir el temor en su corazón cada vez que se iba durante las noches. Y también, cuando regresaba golpeado y magullado. La mujer se preocupaba terriblemente por él. Y Matt sólo podía pagarle con mayor temor, ya que no se detenía ni una sola noche. El corazón de la castaña era demasiado grande como para negarle su otra vida.
Tenía razón. Incluso allí, Matt sabía que Foggy tenía toda la razón. Y no se arrepentía de haber aceptado la invitación.
El padre de Josephine, el importante hombre de negocios que jamás descansaba, había querido llevar a ambas hijas de vacaciones. Por alguna razón, decidió invitar a Murdock también. Él apenas había tenido la oportunidad de encontrarse con el padre de Jo unas cuantas veces, por lo que consideraba que aún seguía siendo un extraño para la familia. Pero aquel hombre lo había recibido de brazos abiertos. No dudaba en invitarlo cada vez que podía pasar tiempo con sus hijas. Y Murdock apreciaba aquello. Lo hacía sentir parte de la familia.
