Doce

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El sonido de mi madre cantando fuera de tono y el olor del tocino me despertó. Me estiré y entrecerré los ojos con el brillo del sol de la mañana. La noche anterior lentamente volvió a mí y me senté en la cama y miré hacia la ahora silla vacía. Eché un vistazo alrededor de la habitación y me di cuenta que me encontraba solo.

¿Me había dejado?

Confiaba en él para mantenerme a salvo. Me levanté, necesitando abrir la puerta y estar cerca de mi madre. Estar solo no figuraba en mí lista de cosas "por hacer".

Me volví y vi la guitarra en un rincón, y un poco de desahogo regresó, sabiendo que una parte de él permanecía aquí. Sin embargo, una guitarra no era él, así que corrí escaleras abajo.

— Buenos días, Cariño. —dijo mi madre desde la estufa. Puso un trozo de tocino en la parte superior de una toalla de papel.

—Buenos días.—Le dije en una voz áspera por el sueño profundo en el que había estado.

El aclarado de una garganta masculina me sorprendió y me volví para ver a Taehyung sentado en el sofá, mirándome.

Creíste que me fui. Te dije que no lo haría. —dijo con una sonrisa.

Dejé escapar un suspiro de alivio y sonreí débilmente.

—Aquí, cariño, toma un panqueque. Antes de que se enfríen y toma un poco de tocino.

—El café está fresco si quieres un poco.

Sonrío y fui a tomar yo misma un plato.

Huele bien. —dijo desde su lugar en el sofá.

Fruncí el ceño, preocupada por él, por no poder comer.

Se rió entre dientes.

Está bien, Jimin, no necesito de los alimentos. Se trata de un beneficio. —Me serví una taza de café y le eché azúcar y leche antes de dirigirme a la mesa— Te ves como si hubieras dormido bien.—dijo, evaluando mi apariencia.

Me sonrojé pensando en mi pelo sin peinar, que no me había cepillado, debido a la precipitada fuga de mi habitación vacía.

Ni siquiera pensaste en cepillártelo. Me gusta, es sexy. —Rodé los ojos y me hundí en la silla, y tomé un mordisco.

—Así que, ¿Cuáles son tus planes esta mañana, cariño? —Preguntó mamá desde la cocina. La miré mientras arreglaba su plato.

—Um, voy a comprar para el baile de bienvenida con los chicos, tal vez consiga un vestido, sabes que me gustan — Taehyung se rió entre dientes.

Así que, ¿Kim Namjoon llevará un vestido?—Lo miré y luego me volví hacia mi madre cuando se sentó a la mesa frente a mí.

—Oh, así que ¿joonie te pidió que fueras con él? Eso es emocionante. Puedes llevar la tarjeta visa. Sólo asegúrate de que no conseguir nada rojo o amarillo. Esos colores no son buenos con tu cutis.—Asentí con la cabeza y le di otro mordisco.

Azul, azul suave.—dijo Taehyung, en voz baja, como si estuviera pensando en ello, más que decirlo. Mantuve los ojos en mi comida.

—Tengo una cita con el ordenador hoy día. Mi último manuscrito está casi terminado. Estoy emocionada acerca de esto más de lo que he estado con todos los demás. —Su voz había adquirido el tono alegre que sólo tenía cuando hablaba de su escritura.

O, mejor aún, de un rosa muy pálido. —dijo él y me puse rígido.

Sus palabras se sentían como una caricia y tomaba todas mis fuerzas no temblar. Se rió, y luego se levantó y caminó hacia la puerta. Quise preguntarle a dónde iba, pero no pude con mi madre sentada aquí.

The Devil; VMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora