Diez

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Mis preguntas todavía no tenían respuestas. 

Caminé rápidamente de vuelta al estadio iluminado, frustrado con Taehyung y su determinación por ser evasivo, incluso cuando él mismo parecía ser la causa de mi vida hecha desastre.

El campo lleno de alumnos, celebraban mientras caminaba por entre las masas de estudiantes y padres. Comencé a buscar a mis amigos

Una risa familiar llamó mi atención y me giré para ver a Jisso con sus manos en el pecho de V mientras él bajaba la mirada hacia ella con una sonrisa en su rostro. Me congelé.

Él parecía contento y despreocupado con la atención de la animadora Castaña, cuando hace solo momentos se encontraba maldiciendo hacia el cielo y diciéndome que amenazara a cualquier otra alma parlanchina que tuviera contacto conmigo.

La urgencia de acercarme a Jisso y jalarla por los cabellos hasta que estuviera a unos buenos tres metros lejos de ella, era difícil de resistir. Sus ojos se apartaron de los de la chica y me encontraron.

Asintió como saludando antes de volver su mirada a la chica en sus brazos.

Tragué la sensación de traición y retiré mi mirada lejos de ambos. Taehyung no me pertenecía, así que, en realidad, no me traicionaba. Ese recordatorio no me hizo sentir para nada mejor.

En ocasiones, parecía como si Kim Taehyung y el alma fueran dos seres completamente distintos. Confiaba en el alma. Kim Taehyung me confundía.

—¡Jimin!

La voz de Hobi se escuchó por entre las voces de celebración. Me giré, sin estar segura de poder enfrentarla en estos momentos. Miré de nuevo hacia el estacionamiento, pensando en alguna manera de poder escapar.

Pero mi casa ya no parecía segura. La hermosa alma rubia me había asustado.

—¿Jimin?— Llamó Hoseok, de nuevo, y volví mi atención nuevamente a la multitud, sabiendo que debería ir hacia el.

Namjoon estaría esperándome. Sin embargo, esa yo que conseguiría, no era la que merecía. No celebraba por la victoria. En vez de eso, me encontraba aterrorizada de lo desconocido.

—Ve con ellos. Estoy aquí. Te encuentras a salvo.

La voz de Taehyung llegó fuerte y clara por entre las voces de la multitud. Justo como antes, nadie más pareció escucharlo. Busqué su familiar rostro entre aquellos de las personas a mí alrededor.

—¡Jesús, Jimin, estás sordo! ¿Dónde has estado? Vámonos.

Hobi tomó mi brazo y comenzó a jalarme por entre la gente que celebraba. Le permití llevarme y forcé una sonrisa. Namjoon lo esperaría de mí.

Hoseok y Yoongi lo esperarían de mí. Iba a terminar diagnosticado de loco si no me controlaba.

—¡Allí está!

Me gritó mi amigo al tirarme hacia Namjoon. Él acababa de salir de los vestuarios, recién bañado y con un par de vaqueros descoloridos y un jersey limpio. Tomé una gran bocanada de aire y plasmé una sonrisa en mi cara.

Él miró en mi dirección y lo saludé con la mano. Sonrió ampliamente y corrió hacia mí.

Antes de poder darme cuenta, me levantaba y presionaba contra su pecho. No tuve tiempo de prepararme para cuando sus labios cubrieron los míos.

Sus brazos a mi alrededor eran cuidadosos debido a que mis costillas todavía sanaban. Él me recordaba la calidez y la seguridad.

Subí mis manos hasta su pecho, esperando poder aferrarme a él un poco más y pretender que de verdad me encontraba a salvo. Sus manos se deslizaron por mi cabello e inclinó mi cabeza hacia atrás al profundizar más el beso.

The Devil; VMinWhere stories live. Discover now